El PSOE entra en la cuenta atrás

El PSOE entra en la cuenta atrás

Ambientada a mediados de la década de los ochenta, en plena guerra fría, El día después fue una película de los ochenta que narró los devastadores efectos de un holocausto nuclear en la vida de los habitantes de un pequeño pueblo norteamericano en Kansas llamado Lawrence. Sus gentes hacían vida normal, pero cuando la guerra estalla, la cercanía de la diminuta localidad a una base de misiles nucleares americanos firmará la sentencia de muerte a la mayoría de sus habitantes.

En el universo socialista la guerra ya ha estallado y hace meses que sus habitantes padecen las consecuencias de la auténtica bomba de neutrones que cayó sobre la calle Ferraz el pasado 1 de octubre. Lo que no se sabe aún es si las primarias convocadas para el 21 de mayo firmarán o no la sentencia de muerte de un partido centenario, el que más años ha gobernado este país en democracia.

Los aspirantes a las primarias presentan hoy las precandidaturas para la secretaría general

Nada está escrito, pero la guerra por el liderazgo, gane quien gane, no augura en absoluto una reconciliación inmediata, sino mucho dolor y muchos más años de reconexión con el electorado perdido (cinco millones desde 2008). Demasiados errores, demasiadas heridas abiertas, demasiada bilis, demasiados personalismos y demasiado cuadro que busca literalmente la aniquilación del contrario. Los efectos pueden ser devastadores para el socialismo y para España el día después al 21 de mayo.

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La cuenta atrás para la batalla definitiva empieza hoy con la presentación en Ferraz de las precandidaturas. Y la tensión es máxima. Buena cuenta de ello es la virulencia que afiliados y dirigentes se cruzan a diario en las redes sociales y en las cuentas de apoyo a cada uno de los candidatos. Alcaldes contra jefes de prensa, barones contra candidatos, militantes contra militantes... De la mordacidad en las redes se salva sólo el tercero en la liza. Patxi López no entra en el combate por el tuit, el comentario, las impresiones o la viralidad. Al fin y al cabo el target al que incumbe esta consulta es de apenas 180.000 personas de una media de edad entre los 58 y los 60 años, con estudios secundarios y que rara vez se ha asomado las narices por Twitter.

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¿Por qué entonces tanto esfuerzo por la primacía de un canal que los afiliados del PSOE no ocupan mayoritariamente? Simplemente por el reflejo que los medios de comunicación hacemos de lo que pasa por las redes. El afiliado sólo está al tanto de las polémicas, los insultos y las descalificaciones que se cruzan en las cuentas de apoyo a los candidatos -principalmente las de Susana Díaz y Pedro Sánchez- por lo que los diarios cuentan de ello. Pero poco o nada sabe de las 10.999 citas con una media de 38,19 cada cinco minutos que registra la cuenta 100por100psoe que gestiona el susanismo o de sus más de 24 millones de impresiones al día. Y lo mismo ocurre con las 6 millones de impresiones de somossocialistas o las 4.144 apariciones diarias del pedrismo.

Si algo demostraron las primarias que en 2014 enfrentaron a Sánchez con Eduardo Madina es que con lo que ocurre en las redes no se gana un solo voto, por lo que cualquier espejismo al respecto suele acabar en la decepción de quienes creen suscitar mayor entusiasmo entre los aficionados a Twitter y Facebook. La política no es cuestión de shocks de modernidad, ni indigestiones de intelectualidad, sino más bien de constancia, sinceridad y coherencia.

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Así que todo indica que la movilización en las redes y la recogida de avales no tendrán una traducción matemática exacta con el resultado que salga de las urnas. Y en esto último coinciden tanto la candidaturas de Patxi López como la de Pedro Sánchez, conocedoras como son ambas de que la de Triana pretende hacer una aplastante exhibición de fortaleza orgánica el próximo 4 de mayo (último día para la recogida de avales) ante la sede de Ferraz. No hay duda, eso sí, de que los tres aspirantes sobrepasarán los 9.000 avales. Unos más que otros, claro, porque "el aval es cautivo y el voto libre", aseguran los adversarios de Díaz para distinguir entre el número de firmas que pueden recabar los aparatos territoriales y la papeleta que cada cual puede, después, ya libre de presiones, introducir en la urna.

López acudirá a Ferraz personalmente a oficializar su propuesta mientras que Díaz y Sánchez enviarán a sus emisarios

El próximo jueves 20 empezará la recogida de avales -cada aspirante necesita la firma de, al menos, un 5% de los afiliados, es decir unos 9.000- y el 4 de mayo las firmas se entregarán al Comité de Garantías para que se validen. El 8 de mayo se sabrá ya quiénes son los candidatos oficiales, aunque nadie espera sorpresas y el 9 comenzará oficialmente la campaña, pese a que para entonces los tres contendientes ya habrán realizado decenas de actos entre mítines y encuentros con afiliados.

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Hoy, no obstante, arranca una recta final, en la que Susana Díaz, que parte como favorita de los "notables" y los aparatos territoriales, tendrá que demostrar algo más que ser la candidata del oficialismo y de la derecha política y mediática, además de aportar un proyecto capaz de conectar con una militancia que hasta hoy considera a la sevillana más parte del problema que solución para los males que acechan al PSOE.

La confrontación permanente en las redes sociales da cuenta de la virulencia de la batalla por las primarias

De momento, en el arranque de su campaña no se ha visto demasiado contenido. Sólo arengas y soflamas de una candidata que pide un acto de fe en sus posibilidades para ganar a la derecha. Si aún así se impusiera en las primarias, está por ver que el votante de izquierdas vea en ella el reflejo de una España moderna y cosmopolita. Las encuestas, de momento, no lo atisban, y las posibilidades de que el PSOE vuelva a tener opciones de gobierno son remotas, a no ser que teja alianzas con otras fuerzas de izquierdas, una hipótesis que Díaz hoy por hoy no contempla. Es ésta, además de otras muchas, una de las diferencias que le separan de Sánchez o de López, que no descartan el entendimiento con Podemos para arrebatar el gobierno a la derecha.

Sea cual sea el resultado y las posibilidades que el PSOE tenga de recuperar el espacio que le arrebataron los herederos del 15-M, la cuenta atrás ha empezado y para quienes aún albergan dudas o intentan sembrar sombras de sospecha, Patxi López llegará hasta el final de la competición. Esta misma mañana acudirá a Ferraz personalmente para oficializar su oferta. Y allí mismo volverá a empeñar su palabra en que no habrá pacto con Díaz, como trata de extender el "pedrismo". Y tampoco con Sánchez, como teme el "susanismo" y pese a que la suma en ese caso tendría un efecto multiplicador y reduciría notablemente las posibilidades de victoria de la presidenta de Andalucía.