Un gobierno de unidad para el PSOE

Un gobierno de unidad para el PSOE

Pedro Sánchez ha vivido estos días su particular Halloween y, como los más pequeños, ha corrido a encender una hoguera para combatir a las fuerzas del mal y ahuyentar los malos espíritus. No lo tiene fácil. Fuera de casa, la tendencia de las encuestas es que Ciudadanos dará el sorpasso y dejará al PSOE en la tercera posición del tablero. Dentro, los vientos del sur llegan huracanados sin respetar -imposturas aparte- la tregua de la campaña electoral ni imaginar las consecuencias -más allá de lo orgánico- de que el partido que más años ha gobernado España en democracia quedara sin representación por primera vez en más de una docena de provincias.

Noche de terror, brujas y fantasmas... Pedro Sánchez ha vivido estos días su particular Halloween y, como los más pequeños, ha corrido a encender una hoguera para combatir a las fuerzas del mal y ahuyentar los malos espíritus. No lo tiene fácil. Fuera de casa, la tendencia de las encuestas es que Ciudadanos dará el sorpassoy dejará al PSOE en la tercera posición del tablero. Dentro, los vientos del sur llegan huracanados sin respetar -imposturas aparte- la tregua de la campaña electoral ni imaginar las consecuencias -más allá de lo orgánico- de que el partido que más años ha gobernado España en democracia quedara sin representación por primera vez en más de una docena de provincias.

El caso es que muchos sueñan ya con la pira donde arda lo que quede del actual secretario general tras la noche del 20-D si se confirman los peores augurios. Por mucho menos de lo que avanzan hoy los sondeos a Rubalcaba le enviaron al exilio y a punto estuvieron de quemarlo en la plaza pública. Y la tentación para provocar idéntica deriva no vive arriba, como en la película de Billy Wilder, sino abajo, es decir en Andalucía.

La diferencia entre aquél y este momento es que Susana Díaz no es hoy la misma Susana Díaz ni para los cuadros ni para la militancia. La jefa del PSOE-A se ha dejado en este año y medio algunos pelos en la gatera. Primero por cuestionar día sí y día también el liderazgo de quien ella misma promocionó de forma entusiasta para la secretaría general. Segundo porque ya no es es el único referente institucional ni orgánico del partido, sino que las voces de Javier Fernández (Asturias), Guillermo Fernández Vara (Extremadura) o Emiliano García-Page (Castilla-La Mancha) son tan escuchadas al menos como la de ella. Y tercero porque para quienes algo tienen aún que decir sobre el futuro, su desembarco sin más en Madrid no cerraría en absoluto la herida por la que supura el PSOE desde el Congreso Federal de Sevilla en el que se enfrentaron Chacón y Rubalcaba.

Así que, lejos de quienes creen que ella sola trazará la hoja de ruta a seguir a partir del 20-D, están los que hablan ya de un necesario "gobierno de unidad" en el PSOE que podría presidir el asturiano Javier Fernández en el caso de que llegue una contundente derrota. Sólo un cuadro de notables, ajeno a las luchas cainitas de las últimas batallas internas, podría ordenar el futuro orgánico y político de la socialdemocracia española.

Es precisamente con los barones asturiano y extremeño, ajenos siempre a cualquier maniobra de desestabilización del partido, con quienes la presidenta de Andalucía ha intentado tejer en los últimos meses mayor complicidad. Sabe de sobra que cualquier movimiento deberá contar con la aprobación de ambos, a quienes siempre movió el interés general del partido, nunca la ambición personal de nadie ni los ajustes de cuentas.

Hasta entonces, en el Comité Electoral del PSOE advierten del precio a pagar por quienes no entienden que dar pellizcos al candidato, a 50 días de las elecciones, es dárselos al partido. Los mismos que se quejan de Díaz por el "mayor ejercicio de deslealtad visto con una dirección federal" rechazan de plano la tendencia de los sondeos a los que se agarran sus críticos para diseñar el "golpe" de gracia a Pedro Sánchez. "Nosotros somos más de evaluación continua que de exámenes sorpresa", dicen para restar importancia a la demoscopia.

Claro que para sorpresa la que se llevaron todos los militantes cuando la semana pasada recibieron por mail desde la dirección federal una encuesta sobre tendencias electorales realizada por el GETS (Grupo de Estudio sobre Tendencias Sociales) y publicada en la revista Temas, que dirige el "guerrista" José Felix Tezanos. Con una muestra de 2.300 entrevistas domiciliarias, el trabajo revela que una mayoría muy amplia de españoles (75 %) desea un cambio de Gobierno y que el PSOE es el primer partido en intención primaria de voto, en voto secundario y en simpatía. Esto además de que Sánchez ocupa la primera posición en el ranking de valoración de líderes mientras que Rivera aparece el último.

Nada que ver con las tendencias que avanzan otras empresas ni con la con sensación generalizada de que el PSOE camina hacia el abismo y Sánchez encadena una semana "horribilis" con otra. En la última, pasó sin pena ni gloria por la prensa y por la opinión pública la presentación de una reforma constitucional que afecta a más de 100 artículos de la Carta Magna y que en otras circunstancias hubiera copado el espacio mediático y el debate púbico durante días. A ello se unió el malestar de los barones por ocultarles su reunión con Rajoy en La Moncloa para hablar de la declaración de ruptura del independentismo catalán, además del protagonismo que Albert Rivera y Pablo Iglesias lograron en su comparecencia pública tras su visita al palacio presidencial mientras que Sánchez, que optó por un comunicado pactado con el Gobierno, se quedó en la irrelevancia.

Por si fuera poco, desde Andalucía volvieron a enmendarle la plana en público. Esta vez con una corrección al programa electoral y la negativa de la dirección a incluir en el mismo la derogación completa de la reforma laboral, incluido lo que respecta a la indemnización por despido. Es sólo el aperitivo de la Conferencia Política que dentro de dos semanas aprobará el programa definitivo y en la que el "susanismo", seguro, intentará marcar el paso. ¿Recuerdan la de noviembre de 2013? Allí empezó todo. Díaz, como gran revelación del PSOE, mientras todas las miradas se posaban en tres supuestos aspirantes a unas primarias nunca celebradas. Hoy ninguno de ellos está ni se le espera. O sí, quién sabe.