Acciones fáciles que podrían haberse llevado a cabo para celebrar el 8 de Marzo

Acciones fáciles que podrían haberse llevado a cabo para celebrar el 8 de Marzo

AFP

Este texto también está disponible en catalán

Desde hace un tiempo, los medios de comunicación informan y hacen mención con más o menos acierto del 8 de Marzo. En algunos, este año las periodistas incluso dejaron de estar presentes en la pantalla de doce a doce y media, haciéndose eco de la huelga parcial convocada por organizaciones feministas.

Un gesto que no habría costado un duro podría haber sido que, paralelamente, las presentadoras hubieran vestido normal, es decir, cómodas y a gusto y, sobre todo, con zapatos que no provoquen lesiones, y no todas siguiendo el mismo patrón, tal como el machismo prescribe que vistan. Donald Trump, la cabeza más visible de esta imposición, lo puso bien de manifiesto cuando les ordenó que vistieran «como mujeres».

Este gesto lo habrían podido tener también las tertulianas, especialmente las que hablaban sobre los derechos de las mujeres y la libertad.

Además, siquiera un día, las pantallas habrían desmentido este irreal mundo de hombres extremadamente frioleros, habitualmente ataviados con americana y camisa (y quién sabe si camiseta), y unas mujeres sometidas permanentemente a tórridos sofocos, tengan la edad que tengan. Siempre es pleno verano para las mujeres en las pantallas; recuerden, por ejemplo, cómo van cuando retransmiten las campanadas a la intemperie en lo más crudo del crudo invierno.

Otro gesto gratis habría sido invitar, siquiera por una vez, a feministas a cada mesa en la que se hablaba del 8 de Marzo. Ser una política o una mujer pública está muy bien, pero no quiere decir que necesariamente sepas de todo, incluido de feminismo.

Otro gesto agradecido habría sido repasar algunos de los datos que brindan encuestas como las del CIS. Por ejemplo, que a lo largo del 2016, en el Estado español, las delincuentes fueron el 12% del tota,l mientras los delincuentes alcanzaron el 88%. Que según la DGT, los hombres provocan la mayoría de los accidentes mortales de tráfico. Que hay más graduadas en educación superior que no graduados. Que las mujeres participan más en actividades culturales. Que leen más. Que hay más mujeres que hombres que trabajan en actividades comunitarias o en trabajos voluntarios no remunerados en asociaciones o colectivos de interés público. Que tienen más amor a los principios democráticos. Que, como las europeas, votan menos a los partidos populistas. Que rechazan en mayor grado el belicismo y creen más que los hombres en el diálogo y la negociación para resolver los conflictos.

Estos datos y otros desmienten la existencia de las cuotas femeninas, un rumor que tanto marea la perdiz, y ponen de manifiesto que las cuotas, en todo caso, son masculinas, ni más ni menos, y bien transversales por cierto.

Como también este 8 de Marzo, para nuestra desgracia, fue obligado, como cada día, hablar de la corrupción que pudre y empobrece todo el Estado, un gesto bonito habría sido informar del tanto por ciento de hombres y de mujeres involucradas y encausadas en esta peste. O dejar de pasar de puntillas por el dinero que los corruptos malversan en «volquetes de putas» para celebrar obscenas orgías de negocios fraudulentos tras participar en otras cacerías que no quiero ni imaginarme, o lo que se gastaban en masajes a altas horas de la noche una serie de personajes irreprochables a cuenta de negras tarjetas. Es sospechoso que apenas se informe de la relación entre corrupción y prostitución, como si se quisiera hacer olvidar que encima de cada prostituta hay un montón de hombres, en general no especialmente vituperados ni vistos como prostituidores.

Ligado a esto, otro gesto la mar de simbólico —no gratuito del todo, habrían dejado de ingresar algunos mafiosos dineritos— habría sido que el 8 de Marzo medios de comunicación que se dicen progresistas y que proclaman que están a favor de la libertad de las mujeres hubieran expulsado de sus páginas y cuñas radiofónicas publicidad sobre prostitución. ¿O quizás piensen que es pasarse de la raya?

No es que reivindique informar con lo que ahora se denomina «perspectiva de género» (que significa informar teniendo en cuenta las mujeres), sino tan sólo empezar a informar sin «perspectiva de género masculino».