Así es el solsticio de verano en el corazón de Groenlandia

Así es el solsticio de verano en el corazón de Groenlandia

Ayer celebramos el solsticio de verano en la expedición Cumbre de Hielo 2016. Era, también, el Día Nacional de Groenlandia, la fiesta grande, y nuestro compañero Malik Milfeldt se empeñó en sacar la bandera para ondearla sobre esta planicie de hielo. Incluso pretendió que cantáramos en groenlandés el himno, pero solamente Ramón Larramendi es capaz de hablarlo.

2º Ciencia en el WINDSLED from 90 Grados Norte on Vimeo.

Ayer celebramos el solsticio de verano en la expedición Cumbre de Hielo 2016. Era, también, el Día Nacional de Groenlandia, la fiesta grande, y nuestro compañero Malik Milfeldt se empeñó en sacar la bandera para ondearla sobre esta planicie de hielo. Incluso pretendió que cantáramos en groenlandés el himno, pero solamente Ramón Larramendi es capaz de hablarlo.

  5c8b1e92240000f7054ce507

Ya estamos a 200 kilómetros de la meta y sólo nuestras tareas científicas y un viento que es flojo en estas latitudes nos mantienen en el corazón de esta isla ártica. También algunos imprevistos. Uno de ellos, que pudo ser importante, fue la pérdida de una cometa de 80 metros cuadrados, la que más utilizamos para arrastrar el convoy. Se fue volando en plena ventisca. Primero salieron en su búsqueda dos de los expedicionarios, pero volvieron sin ella en medio de una fuerte nevada. Cuando amainó, salieron otros tres, con Ramón a la cabeza, y tras recorrer seis kilómetros tampoco la encontraron. La dábamos por perdida, cuando al día siguiente, ya con el Trineo de Viento en marcha, vimos una mancha de color en el horizonte. No podía ser otra cosa. El grito de alegría de Larramendi debió escucharse hasta en España.

Los trabajos científicos también llevan su tiempo. Hacer perforaciones a 13,5 metros de profundidad, cuando nunca antes las hiciste, no es nada fácil. Los encargados han sido Manolo Olivera e Hilo Moreno. Primero, introducen el perforador y sacan un testigo de hielo; luego le suman una pieza de un metro para profundidad, y luego, otras más... hasta llegar a los 13.5 metros.

Más tarde, en unas cuadrículas que nos había facilitado el científico responsable del proyecto, Jason Box, van especificando el tipo de nieve, su peso, si tenía o no fracturas cada uno de los testigos... Lo hacen con tres muestras cogidas cada 10 centímetros. Además, van midiendo la temperatura nivel a nivel y la consistencia de la nieve, una propiedad que se averigua por el sencillo método de comprobar si se hunde un dedo o todo el puño en el suelo. Para terminar el experimento, fotografían esa nieve cada 10 centímetros, para lo cual hincan una bandeja metálica en la superficie. Estamos deseando saber lo que averiguarán los científicos el Servicio Geológico de Dinamarca con estos datos, que nos dirán cosas importantes sobre la situación de nuestro planeta.