Macron mantiene su rumbo pese a la contestación callejera a la reforma de las pensiones en Francia

Macron mantiene su rumbo pese a la contestación callejera a la reforma de las pensiones en Francia

Cerca de medio centenar de detenidos en París después de otra noche en la que se han registrado fuertes enfrentamientos entre policía y manifestantes.

Emmanuel Macron en una imagen recienteLUDOVIC MARIN/POOL/AFP

El presidente francés, Emmanuel Macron, mostró este martes un mensaje de firmeza frente a la multiplicación de manifestaciones callejeras contra la reforma de las pensiones, que mantienen paralizados varios sectores económicos y amenazan con una penuria de carburantes en los próximos días.

Tras recibir a los pesos pesados de su Gobierno y de su grupo parlamentario en el Elíseo, el presidente filtró un mensaje de que ni cambiará el Gobierno, ni convocará elecciones, ni un referéndum, como le pide la oposición, poniendo fin así a la multitud de rumores sobre ese asunto.

Macron romperá su silencio este miércoles, cuando será entrevistado en las dos principales cadenas del país donde se espera que desvele su estrategia de salida de la crisis política en la que le ha situado la controvertida reforma de las pensiones.

Pero en un segundo encuentro con parlamentarios dejó claro que las manifestaciones callejeras no le harán cambiar el rumbo de su política.

"La revuelta no puede imponerse a los representantes del pueblo", dijo Macron, que aunque dijo entender el enfado de los franceses por su reforma, que retrasa dos años, hasta los 64, la edad mínima de jubilación, apostó por mantenerla.

Desde el bando presidencial se obstinan en dar por superado un pulso que sindicatos y oposición quieren mantener, tanto en el plano institucional como en el frente social, espoleados por lo apretado de la votación parlamentaria, que el Ejecutivo libró por tan solo nueve votos.

La oposición ha presentado recursos ante el Consejo Constitucional y pretende forzar al Gobierno a convocar un referéndum, para lo que necesita 4,5 millones de firmas.

Pero la presión es más patente ahora en las calles del país, donde, desde que el pasado jueves el Ejecutivo decidió adoptar la reforma sin voto parlamentario, se han multiplicado las manifestaciones espontáneas, con frecuencia acompañadas de incendios de basuras o de mobiliario urbano.

Según el Ministerio del Interior, se han registrado 1.200 de estas concentraciones, la mayor parte de ellas en la capital, donde solo en la pasada noche se produjeron casi 300 arrestos.

El titular de Interior, Gerald Darmanin, advirtió hoy mismo de que estas protestas antigubernamentales están entrando en una fase de "enorme desorden" y citó la invasión de edificios públicos, el lanzamiento de proyectiles contra las fuerzas de seguridad y la quema de vehículos.

"Deberíamos todos homenajear a los policías y gendarmes heridos, condenar la violencia y, quienes lo deseen, manifestarse contra la reforma de las pensiones, de manera republicana", agregó.

Los próximos días parecen clave para conocer la fortaleza del nuevo frente social, que los partidos de la izquierda y los sindicatos apelan a reforzar. El jueves aparece como una fecha clave, con la novena convocatoria de manifestaciones por todo el país, la primera desde que el texto acabara sus trámites parlamentarios. Los sindicatos cuentan con hacer una demostración de su fuerza.

Huelgas en varios sectores contra la reforma

Ningún sindicato, ni siquiera la dialogante CFDT, se ha bajado del frente unido contra la reforma, que completa las manifestaciones con llamamientos a la huelga en diversos sectores.

El de las recogidas de basura está provocando que, en diversas ciudades, sobre todo en París, se acumulen las montañas de desechos, pese a la imposición de trabajo decidida por el Ejecutivo, lo que ha llevado a la alcaldesa, Anne Hidalgo, a abrir un gabinete de crisis para pilotar la situación.

La otra patata caliente son los combustibles, puesto que el bloqueo en las principales refinerías del país comienza a hacer escasear la gasolina o el diesel en algunas estaciones de servicio. Según algunos datos oficiosos, casi una de cada diez ya sufre restricciones, una proporción que es más importante en algunas regiones, como la de Marsella, donde la mitad tienen escasez. 

Por ello, el Gobierno ha impuesto el retorno a la actividad del depósito de Fos sur Mer, en el sureste del país, para evitar la penuria, una medida que aseguran que llevarán a otras instalaciones si detectan problemas de aprovisionamiento. 

En los transportes, tras varios días en los que la situación parecía normalizarse, ahora vuelve a complicarse, con una jornada negra en París para este miércoles. En los aeropuertos, se suspenderá el 30 % de los vuelos del parisiense de Orly y uno de cada cinco de Lyon, Marsella y Toulouse.

En ese clima de tensión, Gobierno y oposición se enfrentaron en el Parlamento sobre la actuación policial durante las manifestaciones ciudadanas. Los partidos de izquierda acusaron al Ejecutivo de usar la brutalidad policial para atemorizar a los manifestantes, mientras que la primera ministra, Elisabeth Borne, defendía la labor de las fuerzas del Estado y recordaba que 400 de ellos han resultado heridos.

Nueva noche de enfrentamientos

Al menos 46 personas han sido detenidas este martes en París tras registrarse fuertes enfrentamientos entre los manifestantes y la Policía francesa durante una manifestación en la Plaza de la República en el marco de las protestas contra la aprobada reforma de las pensiones.

El balance de detenidos ha sido confirmado a la cadena de televisión BFMTV por parte de una fuente policial. Las manifestaciones también se han extendido, en forma de marchas improvisadas, al distrito de la Bastilla, a Rivoli y a la Plaza del Châtelet.

Al final de la noche, cuando la mayoría de las marchas habían terminado, los manifestantes montaron barricadas en el distrito 11 de París, incendiando varios cubos de basura, tal y como ha informado el periódico 'Le Figaró'.

Según han señalado las autoridades parisinas, más de 3.000 personas han acudido a la cita en la Plaza de la República, que ha comenzado a media tarde de forma pacífica. Posteriormente, las tensiones han ido escalando y la Policía ha dispersado a la multitud con gases lacrimógenos y proyectiles de goma.

Los manifestantes, que han quemado contenedores de basura y han lanzado botellas contra los agentes, han montado barricadas en algunos puntos de París. Las protestas se han repetido en otras ciudades francesas, como en Nantes, Lille, Grenoble, Le Mans o Rennes, entre otras, según ha informado TF1 Info.