El día en el que el 'killer' Sánchez hundió a su enemigo íntimo

El día en el que el 'killer' Sánchez hundió a su enemigo íntimo

PSM

Todos sudaban, no había aire acondicionado en el sótano de Ferraz. Pedro Sánchez estrenaba esa noche, 13 de julio, su reinado de la ‘camisa blanca’ en Ferraz tras imponerse a Eduardo Madina y José Antonio Pérez Tapias. Entre las decenas de cargos socialistas, el ‘número uno’ del PSM, Tomás Gómez, se afanaba en cruzarse con el nuevo líder y conseguía abrazarle entre flashes y cámaras. El odio de años anteriores entre los dos se olvidaba en público. Este miércoles, el secretario general, sin abrazos y sin previo aviso, le ha dado un golpe mortal.

Siete meses después y con los cuchillos acechando tras las cortinas socialistas, Sánchez ha mostrado una nueva cara en su mandato y ha actuado como un killer. Ha sacado su lado de ‘Bambi de hierro’ y ha destituido a Gómez de su puesto como líder de la caótica federación madrileña.

¿El motivo? Ferraz argumenta que no puede seguir en su cargo principalmente por el “deterioro grave” para la imagen del partido que supone la investigación del sobrecoste del tranvía de Parla -su gran obra cuando era el alcalde de esta localidad del sur de Madrid- y por la “inestabilidad orgánica” que hay en agrupaciones como las de Leganés, Aranjuez y la propia Parla.

De esta manera, Sánchez quiere lanzar varios mensajes. Uno es para el público en general, “tolerancia cero” con la corrupción, y el otro está destinado al partido: no va a ser una presa fácil para los que quieren desplazarlo del puesto y piensa ejercer todo el poder que le da la Secretaría General.

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ENEMIGOS ÍNTIMOS

Tomás Gómez se acercó a Sánchez con motivo de su victoria en verano y, sobre todo, para estar en la órbita de la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, quien apoyó soterradamente al actual secretario general frente a los otros dos candidatos. Díaz y Gómez ya habían estado en el mismo bando en el anterior congreso federal cuando hicieron fuerza juntos por Carme Chacón frente a Alfredo Pérez Rubalcaba. Pero al madrileño y a la andaluza les salió mal la jugada.

El apoyo de Gómez a Sánchez no era por supuesto por simpatía personal. De hecho, chocaba este nuevo estatus porque era conocida su enemistad dentro del PSM -una casa donde las cuchilladas forman parte de su ADN-. Habían protagonizado algunos duros enfrentamientos, aunque poco conocidos para el gran público porque por entonces no jugaban en primera división.

Sánchez formó parte del equipo de Trinidad Jiménez en las primarias de 2010 para la candidatura socialista a la Comunidad de Madrid, que ganó finalmente Tomás Gómez. Aquellos días el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, se había arrepentido de haber aupado al joven alcalde de Parla al frente de los socialistas madrileños y lanzó en su contra a Jiménez -que era ministra de Sanidad-. Los militantes se sintieron atacados por Ferraz y dieron la victoria a Gómez.

Aquella lucha volvió a desatarse en las elecciones generales de 2011. Los socialistas eran conscientes de que iban a perder muchos escaños azotados por la crisis y cada puesto valía una fortuna. Gómez intentó vetar a Sánchez en la candidatura por Madrid -al final fue como el número 11- al ser colaborador de Rubalcaba, con quien vivió duros choques mientras gobernaba en Ferraz y a quien intentó desbancar presionando con la celebración de un congreso extraordinario.

Deterioro de imagen, enemistad personal, encuestas malas. ¿Por qué no se ha movido Ferraz hasta hoy? “Si Pedro no se carga a Tomás, es por no enfrentarse a Susana”, confesaba en voz baja hace unos días uno de los barones del PSOE.

El movimiento de Madrid tiene también (mucho) eco en Sevilla. La relación entre Sánchez y Díaz se ha enfriado desde que unieran sus intereses en julio contra Madina. El liderazgo del actual secretario general se ha visto cuestionado en las últimas semanas desde diferentes sectores del partido, que apuntan a la presidenta andaluza como la solución a los males de los socialdemócratas.

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Este complicado panorama en el PSOE se ve salpicado de citas electorales. La primera será el 22 de marzo, cuando se celebren las elecciones andaluzas. El PSOE se juega mucho -un mal resultado hundiría al partido- y son un examen especialmente para Díaz para su futuro dentro y fuera del partido. Por ahora guarda silencio. La baronesa ha rehusado pronunciarse en público sobre la destitución de Gómez porque ha dicho no tener información. “No me parecería correcto hacerlo”, ha asegurado ante los periodistas.

Luego vendrán las elecciones autonómicas y municipales del 24 de mayo, una prueba de fuego para Sánchez. Se volcará personalmente... y ahí no ha querido mancharse con Gómez al lado. Las encuestas que manejan los socialistas, según fuentes del partido, en Madrid no son buenas. Gómez lleva encadenando derrota tras derrota. En las anteriores autonómicas el PSM consiguió 36 escaños (seis menos que en 2007) y en las europeas se produjo un espectacular batacazo al cosechar tan solo el 18,94% de votos.

Para tomar esta decisión, Sánchez ha escuchado las voces de los principales dirigentes, según ha explicado su ‘número dos’, César Luena. Pero la ha adoptado con mano dura. “En el PSOE manda y gobierna la dirección federal”, ha sentenciado Luena como portavoz de Sánchez.

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¿QUÉ PASA AHORA EN MADRID?

La decisión de destituir a la dirección del PSM la ha adoptado la Comisión Ejecutiva Federal en una reunión que no estaba prevista, en la que se ha acordado además que una gestora se haga con las riendas de la federación. Al frente de ella estará el exlíder del PSM Rafael Simancas, otro reconocido enemigo de Gómez, y tendrá que proponer una lista a Ferraz de cara a las autonómicas -según la resolución oficial-. Por lo tanto, Gómez queda fuera de la carrera por la Puerta del Sol, pero se mantiene a Antonio Miguel Carmona como aspirante a la Alcaldía de Madrid -que ahora queda en una posición complicada entre su lealtad con su 'número uno' y su relación con Ferraz-.

No obstante, Gómez está dispuesto a dar la batalla. "Pertenezco a una familia muy humilde que nunca me podrá dejar una herencia, mi madre era limpiadora y mi padre taxista, me han enseñado a ser honrado, a ser valiente y a defenderte cuando te atacan injustamente, y eso es lo que voy a hacer", ha declarado desafiando a Sánchez en una rueda de prensa desde la sede regional en la plaza de Callao.

Según el hasta ahora líder del PSM, "esto está muy lejos de haberse acabado, probablemente no ha hecho nada más que empezar". El PSM vuelve a ser la FSM. Gómez y su entorno están dispuestos a llevar a los tribunales la decisión de Ferraz. Y todo ello a unos cien días de las elecciones locales. "Me querellaré contra quien sea, me da igual, incluso contra Pedro Sánchez si es necesario para defender mi honorabilidad", ha subrayado.

El líder del PSM tiene claro que se trata de un movimiento de Sánchez para "fortalecer su débil liderazgo interno". "Es un inmenso error el que ha cometido Pedro hoy, que tiene consecuencias desastrosas para nuestro partido, para todos los procesos electorales inmediatos", ha dicho en un tono muy duro.

Se acabaron los tiempos de las peleas entre bambalinas y con luces frágiles. Puñetazo en la mesa de Sánchez. A ver quién puede más.

TOMÁS Y UNA PORTADA

Esta portada de El País Semanal, a una semana de las elecciones municipales de 2007, fue la involuntaria chispa que hizo despegar la carrera política de Tomás Gómez más allá de los límites de Parla. En esta ciudad del sur de Madrid gobernaba desde 1999, y en 2003 se convirtió en el alcalde más votado de España en municipios de más de 50.000 habitantes, con un 75% de los votos. Por ese motivo aparecía en ese reportaje, junto a los regidores de Bilbao (el fallecido Iñaki Azkuna, del PNV), La línea de la Conceción (Juan Carlos Juárez, PP), Córdoba (Rosa Aguilar, IU) y San Cugat del Vallès (Lluis Recoder, CIU).

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En esas elecciones de 2007, Gómez revalidó la mayoría absoluta en Parla, pero el candidato socialista a la Comunidad de Madrid, Rafael Simancas, perdió tres escaños y presentó su dimisión. José Luis Rodríguez Zapatero buscaba sustituto y alguien de su entorno más próximo le enseñó el reportaje. A pesar de que apenas le conocía, no se lo pensó más, según contó después José Manuel Romero en El País.

En el reportaje, su autor, Quino Petit, definía a Tomás Gómez como un "tímido irreparable" que se sentía incómodo posando junto al flamante tranvía de Parla, entonces en pruebas. Negaba tener aspiraciones más allá de la política local, y aseguraba que veía su dedicación a la actividad política no como un oficio, sino como algo temporal. "Doce años es un tiempo razonable", sentenciaba.

Sólo el tiempo dirá si su carrera política ha terminado hoy, tras ser fulminantemente destituido por Pedro Sánchez. De momento, ya ha superado en cuatro años ese plazo "razonable" que él mismo se dio en 2007.