Blatter intenta alejar la responsabilidad de él y se ofrece a enderezar la FIFA

Blatter intenta alejar la responsabilidad de él y se ofrece a enderezar la FIFA

AFP

Se acabó el 'fair play'. Sumergida en sendos escándalos de corrupción, la FIFA ha inaugurado este jueves su congreso anual con una alocución de su presidente, Joseph Blatter, quien ha intentado alejar de él la responsabilidad y ha dado a entender que si mañana es elegido para un quinto mandato ayudará a enderezar la maltrecha organización.

"Sé que mucha gente me tiene por responsable de las acciones y de la reputación de la comunidad global del fútbol, sea la decisión sobre la sede de un Mundial o un escándalo de corrupción", ha dicho en un esperado, aunque muy breve discurso.

Pero ha agregado: "Nosotros, o yo, no podemos vigilar a cada uno todo el tiempo. Si la gente quiere hacer algo malo, también intentarán esconderlo".

La subida de Blatter al podio fue precedida de bailes y una presentación musical que parecían pensados para rebajar la tensión que desde este miércoles vive el mundo del fútbol y, especialmente, la cúpula de la FIFA, que tiene a dos de sus vicepresidentes detenidos en Suiza.

LA PRESIÓN DE PLATINI

El presidente de la UEFA, Michel Platini, ha dicho horas antes a la prensa que había pedido personalmente al presidente de la FIFA renunciar a su candidatura, pero que éste le dijo que no podía hacerlo a un día de la elección.

Platini no ha sido el único en pedirle que de un paso al costado. También lo han hecho medios de comunicación de prestigio mundial, el primer ministro británico, David Cameron, y corporaciones que auspician a la FIFA, que no han ocultado su malestar por este cúmulo de escándalos.

Sin embargo, el suizo ha mostrado estar preparado para desafiar a quienes se le oponen y a esperar que sean los votos de las asociaciones nacionales de fútbol (209, en total) las que decidan si otro merece más el puesto que él.

Al contrario, Blatter ha mencionado en su discurso que le "corresponde (la responsabilidad de) la reputación y el bienestar de la organización y de encontrar maneras de arreglar las cosas".

De esta manera, el máximo responsable de la FIFA ha dado entender que él puede encontrar la solución a la mayor crisis que ha atravesado la institución deportiva que tiene como misión velar por la promoción y los valores que el fútbol debería transmitir.

CORRUPCIÓN EN LA FIFA

La Justicia estadounidense ha oficializado graves cargos de corrupción contra nueve altos responsables de la FIFA.

A ellos se les acusa de haber aceptado coimas a cambio de conceder a ciertas empresas los derechos de transmisión, publicidad y el auspicio de eventos futbolísticos en Estados Unidos y América Latina.

El mismo día en que todo esto se supo, el Ministerio Público de Suiza informó de la apertura de una investigación penal sobre la atribución de las sedes para los Mundiales de 2018 en Rusia y de 2022 en Catar.

Blatter enfrenta a europeos y a EEUU, que no le quieren ver más a la cabeza de la FIFA, con el apoyo de la mayoría de asociaciones del resto del mundo, de Africa, de Asia y de América Latina, que le han apoyado incondicionalmente durante años, así como de Rusia, que ha salido abiertamente en su defensa.

Por eso, nadie ha secundado a Platini en una reunión de emergencia que Blatter convocó con los presidentes de las confederaciones de fútbol.

LA ALTERNATIVA

Las especulaciones sobre un probable boicot de la UEFA a la elección de mañana quedaron descartadas por simple matemáticas: el estatuto de la FIFA indica que el quórum para la elección del presidente es de dos tercios de miembros (139), los que pueden reunirse perfectamente sin los europeos.

El príncipe jordano y vicepresidente de la FIFA, Alí bin al Husein, será mañana la única alternativa en la elección y, a pesar de la magnitud de los escándalos, nadie pondría las manos al fuego de que será capaz de vencer a Blatter, quien dirige la organización desde hace 17 años.

Si ninguno de los dos candidatos logra los 139 votos, se procederá a una segunda vuelta en la que ganará el que obtenga mayoría simple.