César Pérez Gellida: "Para mí Miguel Blesa es uno de los sociópatas más peligrosos"

César Pérez Gellida: "Para mí Miguel Blesa es uno de los sociópatas más peligrosos"

En tiempos del consumo online, pocos avales hay más importantes para un escritor que conseguir las cinco estrellas de Amazon, la máxima nota que pueden poner los usuarios de esta inmensa librería digital. Sarna con gusto, el último libro del escritor de novela negra César Pérez Gellida, no sólo puede presumir de condecoración, sino que lleva semanas siendo el más valorado por los usuarios de la plataforma.

"Pensé que había hecho una novela muy digna y estaba muy contento pero no esperaba que la valoración fuera tan alta", asegura el escritor en conversación con El HuffPost. Está sorprendido pese a que el reconocimiento lo puede palpar en cada firma de ejemplares; en Valladolid, su ciudad natal y primera parada de su gira sarnosa, hubo colas de hasta cuatro y cinco horas y en la Feria del Libro de Madrid la acogida no ha sido menor.

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Sarna con gusto retoma la historia del inspector Ramiro Sancho, protagonista de su anterior trilogía Versos, canciones y trocitos de carne. Si en ese trío negro la acción giraba en torno a un asesino en serie, Pérez Gellida narra ahora un secuestro y lo hace desde una óptica que él describe como "360 grados".

DESDE TODOS LOS ÁNGULOS

La secuestrada es Margarita, una chica de 15 años, cuyos sentimientos y evolución se pueden ir siguiendo a lo largo de los capítulos. Aunque el autor condensa la acción en una semana, "al lector le queda claro que pasa desde la negación de lo que está sucediendo, la indefensión, el miedo... a otro estado que es la lucha por la supervivencia y tratar de salir mentalmente sano de un acontecimiento como ése".

Lo que va viviendo la joven se entremezcla con la investigación de Sancho y su equipo, que tendrán que convivir con el grupo especializado en secuestros y extorsiones. Todo ello salpicado con las reacciones de la familia de Margarita, que "aporta esa dosis de incertidumbre, de agonía".

El cuadrilátero lo completa el lado de los criminales: "En la anterior trilogía ofrezco la visión del asesino en serie y, de hecho, los ojos más cercanos a la historia son los suyos. Aquí he querido repetir la fórmula y que los secuestradores tengan su propia voz para que el lector pueda no comprender, pero sí entender, la motivación que existe detrás de un secuestro".

Como escritor, la parte más difícil de contar para él fue la de Margarita: "Me obligó a leer muchos casos de verdad, testimonios reales de personas que han sido secuestradas [...] Si yo pusiera parte de estos testimonios en la novela, el lector seguramente los rechazaría por extremos. Y son reales. En muchos casos la realidad no cabe en la ficción".

Me obligó a leer muchos casos de verdad, testimonios reales de personas que han sido secuestradas [...] Si yo pusiera parte de estos testimonios en la novela, el lector seguramente los rechazaría por extremos"

Otra de sus principales fuentes ha sido —al igual que en la trilogía— el inspector de policía al que le dedica la novela, Urtzi. "Me ha facilitado toda la información que puedo contar... No se trata de hacer un manual del buen secuestrador, sino de que el lector tenga las pinceladas básicas de cómo se gestiona desde la policía una situación así. Es algo que no se suele ver. El secuestro, al no ser un delito habitual en España, pasa un poco de puntillas por la novela negra", reflexiona. Esa labor de documentación le valió en 2014 la medalla de honor de la Sociedad Española de Criminología y Ciencias Forenses.

ACTUALIDAD NEGRA

Lejos del terreno de la ficción, Pérez Gellida también tiene palabras para lo que recogen las páginas de los periódicos: "Para mí [Miguel] Blesa es uno de los sociópatas más peligrosos que han pasado por este país en los últimos años porque cumple perfectamente el perfil de sociópata narcisista, en el que sus intereses personales han primado por encima de cualquier otro tipo de consecuencia o valoración".

Para mí Blesa es uno de los sociópatas más peligrosos que han pasado por este país en los últimos años"

En su opinión, el expresidente de Caja Madrid "era muy consiciente antes de sacar el tema de las preferentes del daño que iba a causar en miles de familias, que precisamente no son adineradas, sino que buscaban un producto de ahorro y él sabía que les iba a quitar eso. Y aún así lo hizo".

LIBROS, CANCIONES Y OTROS PROYECTOS

Su relación con la escritura no es vocacional; Pérez Gellida era director comercial en una empresa y no empezó a rellenar páginas hasta que su mujer se trasladó a Madrid por trabajo, animado también por problemas para conciliar el sueño: "De lunes a viernes yo me quedaba en Valladolid con el peque y me encontré con un tiempo extra que quería ocupar". Ese entretenimiento se convirtió en profesión: en 2011 dejó su trabajo y se mudó a Madrid para dedicarse plenamente a su carrera literaria.

No son sólo libros; a partir de su trilogía se editó una banda sonora, en la que compuso tres canciones con Iván y Amaro Ferreiro, y ahora dos nuevos proyectos se recortan en el horizonte. Está en negociaciones con una cadena de televisión para el rodaje de una miniserie de nueve capítulos basada en su obra y para hacer un videojuego de Khimera —su cuarta novela, de tintes futuristas—.

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Sus lectores no tienen por qué inquietarse: pronto volverán a tener una cita con él en las librerías. En octubre se publicará su próximo libro, Cuchillo de palo, y ya tiene el primer borrador escrito del siguiente: "Estará para principios del año que viene, para no hacer esperar a los lectores. La pregunta de todos los que han venido a verme es '¿Para cuándo la siguiente?' y eso es una señal magnífica".

La relación con sus seguidores la estrecha a través de las redes sociales. "Un escritor que está al margen de eso o tiene ya un nombre y no le hace falta o, para alguien que está empezando como yo, es algo absolutamente necesario", explica. "Siempre que no estoy trabajando estoy con el teléfono en la mano contestando, interactuando en Facebook, Twitter, Instagram... No sé si es posible que las redes sociales sigan absorbiendo tanto tiempo de las personas, creo que no es buen síntoma que la gente pase tanto tiempo detrás de una pantalla", sostiene.