Este vegano no quiere comprar comida: la busca en la basura y gasta menos de cinco euros al año

Este vegano no quiere comprar comida: la busca en la basura y gasta menos de cinco euros al año

WILLIAM REID

En los últimos dos años, William Reid sólo ha gastado 5,5 dólares (unos cinco euros) en comida.

Reid busca en la basura porque quiere, por convicción. Está muy comprometido con el movimiento de dumpster diving (que en inglés significa, literalmente, bucear en el contenedor). El joven rebusca en los contenedores de supermercados productos sin vender y recoge restos de alimentos allá donde los encuentre. Luego se da un festín.

Graduado en cine y electrónica por la Universidad Americana de Washington, D.C., Reid renunció a la comida comprada en supermercados en agosto de 2014. Desde entonces, se alimenta de las verduras, frutas, carne, huevos, leche y dulces que encuentra; "de cualquier cosa que te puedas imaginar", añade. Además, asegura que nunca se ha puesto enfermo por lo que ha comido, y que siempre ha tenido acceso a alimentos sanos.

"Mi vida no es tan diferente de la del resto de la gente", cuenta Reid a la edición estadounidense de The Huffington Post. "La gente va al supermercado a por comida; yo doy una vuelta por ahí y veo qué hay disponible. Al final tengo que tomar decisiones sobre lo que voy a comer, igual que haría cualquier otra persona", dice.

Rebuscar en la basura es legal en Estados Unidos, aunque algunas ciudades lo han prohibido. En algunos casos, para llevar a cabo esta práctica hay que entrar a propiedades privadas, lo que puede acabar violando la ley. Reid asegura que nunca le han multado ni molestado por coger comida envasada de los contenedores. Incluso los trabajadores de los comercios le han dado productos que estaban a punto de caducar para evitar que él tuviese que hurgar en la basura.

A la gente le sorprendería la calidad de la comida que acaba en los contenedores.

El hecho de que Reid encuentre sin problemas comida en buen estado en los contenedores del supermercado evidencia hasta qué punto el despilfarro de alimentos es un problema generalizado. En Estados Unidos, el 40% de todos los alimentos no se consume, mientras que uno de cada siete hogares no dispone de un suministro adecuado y regular de alimentos. En España, las cifras no difieren tanto: una de cada cinco personas continúa en riesgo de pobreza, al tiempo que cada año se tiran 7,7 millones de toneladas de alimentos.

Si bien es cierto que se desperdicia comida en todas las fases de la cadena, en Estados Unidos casi la mitad del despilfarro ocurre en supermercados y restaurantes, lo que provoca que una enorme cantidad de alimentos acabe en basureros y contenedores, en perfecto estado para quien sepa dónde buscarla.

"Creo que a la gente le sorprendería la calidad de esta comida", afirma Reid. Es "tremendamente inquietante", teniendo en cuenta la cantidad de personas que no tiene acceso a productos de calidad. "Me da escalofríos", dice. Y añade: "Queremos y necesitamos alimentos saludables en este país, y aun así malgastamos un montón".

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Reid empezó a buscar en la basura de forma esporádica a principios de 2014, mientras hacía un voluntariado en Food Not Bombs, una organización que recoge comida de supermercados y la dona a almacenes de alimentos. Tras varios meses de gorronear comida, se dio cuenta de que podría vivir bastante bien sin gastar nada. "Se me ocurrió que quizás era posible sobrevivir de esta manera", cuenta.

En agosto de ese año, Reid empezó a cenar sólo alimentos desechados o donados. Luego se limitó a alimentarse de productos desechados y, a principios de este año, decidió comer sólo vegano. Pero no porque sea vegano, especifica, sino porque encontrar comida gratis se había vuelto "demasiado fácil" y quería probar un nuevo reto.

Hacerse vegano fue "difícil", reconoce, y le ha llevado a perder peso en los últimos meses. Para encontrar productos veganos tiene que rebuscar en muchos contenedores. "No siempre tengo tiempo para peinar toda la zona", declara al HuffPost.

Pese a los retos que se le presentan, Reid dice que no gasta mucho tiempo buscando comida. Uno de los prejuicios más extendidos es que se tardan horas en conseguir comida, pero en realidad no es más de lo que se tardaría en ir al supermercado, asegura.

"No tengo que ir con más frecuencia que los demás. Creo que la gente tiene la idea de que hay que emplear mucho tiempo, pero suelo ir a los basureros que están en mi barrio y, en 15 minutos, me da tiempo a conseguir suficiente comida", cuenta.

Aun así, no todo el mundo puede hacer lo que Reid. Al fin y al cabo, pasar 15 minutos al día buscando comida en la basura cuesta mucho más si tienes familia, un horario de trabajo inflexible o si te preocupa la imagen que puedas dar.

Suelo ir a los basureros que están en mi barrio y, en 15 minutos, me da tiempo a conseguir suficiente comida.

Reid reconoce que se encuentra en una posición bastante particular. Su objetivo no es convencer a todo el mundo para que adopte sus hábitos alimentarios, sino resaltar el absurdo (y tremendo) desperdicio de alimentos. De hecho, está preparando un documental sobre la cuestión y espera tenerlo acabado a finales de año.

Probablemente la pregunta ahora sea: si a Reid se le da tan bien rebuscar en la basura, ¿qué le llevó a darse el lujo de gastar cinco euros? Un problema de agenda le obligó a pasar una noche de más en Deal Island, en Maryland, donde estaba rodando la película. No tenía comida suficiente y tuvo que recurrir a un plan B.

"Me vi muy limitado en esa situación y tenía que comer algo, pero no tenía opciones", admite. Así que salió a comprar una bolsa de galletitas saladas y una barrita de proteínas. "Estaba débil", comenta entre risas. "Ni siquiera era comida de verdad".

Este artículo fue publicado originalmente en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés por Marina Velasco Serrano