Las series españolas ya se hacen como en EEUU

Las series españolas ya se hacen como en EEUU

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La era dorada de las series ha llegado a España. Aunque con un poco de retraso, el desembarco de Netflix y HBO ha acelerado un proceso que ya ha dado los primeros coletazos con series como Isabel o El Ministerio del Tiempo. La ficción en la televisión española aumenta los presupuestos, ficha a directores de cine premiados y adapta su duración a la de las series de EEUU.

En los últimos meses han empezado a sonar nombres de directores con Goya adentrándose en este terreno: Daniel Sánchez Arévalo (Azuloscurocasinegro) prepara una comedia para Atresmedia y Alberto Rodríguez (La isla mínima), un drama histórico para Movistar Plus.

La cadena de la compañía telefónica prepara otros tres grandes proyectos goyescos: el drama de parejas que planea David Trueba (Vivir es fácil con los ojos cerrados), el thriller en clave de humor que dirigirá Cesc Gay (Truman) y la serie de acción sobre el narcotráfico en manos de Enrique Urbizu (No habrá paz para los malvados).

Tienen buenos ejemplos en los que fijarse. Les preceden los hispanos más renombrados de la realización. El primero, el catalán Juan Antonio Bayona, que dirigió los primeros episodios de la serie inglesa Penny Dreadful (que ha terminado el pasado 19 de junio de la mano del realizador Paco Cabezas). Lo siguieron Guillermo del Toro (The Strain) y Alfonso Cuarón (Believe). Y el último ha sido el dos veces oscarizado Alejandro González Iñárritu, que estrena en 2017 The One Percent.

Tráiler de The Strain, de Guillermo del Toro.

Antes que ellos, David Lynch se convirtió en el primer cineasta famoso en saltar a la televisión con Twin Peaks, que vuelve en abril de 2017. Y desde entonces, han seguido su estela Martin Scorsese (Boardwalk Empire y la reciente Vinyl), David Fincher (House of Cards) y hasta directores más personales, como Gus Van Sant (When We Rise) o Woody Allen, que prepara un proyecto para Amazon con Miley Cyrus.

EL POR QUÉ DE LA AMERICANIZACIÓN

La necesidad de una renovación en la televisión española viene en gran medida impuesta por la fragmentación de la audiencia, el cambio en los soportes y las formas de consumo (smartphones en movilidad, sobre todo). También influye el desembarco en España de Netflix el pasado 20 de octubre y el de HBO previsto para este año pero del que se desconocen los detalles, más allá de que será junto a Vodafone TV. Ambas productoras y distribuidoras van a introducir a la fuerza la manera de hacer tele en EEUU.

Netflix y HBO irrumpen en un mercado ajeno a las series de grandes presupuestos para 'robar' contenidos a las cadenas tradicionales y a la tele bajo demanda española (Yomvi, Wuakitv, etc.), que se nutre de las producciones extranjeras. Las empresas estadounidenses ofrecerán sus contenidos en sus propios canales a precios muy competitivos (la versión más cara de Netflix cuesta 12 euros y se rumorea que HBO rondará cifras similares, si no más bajas).

Netflix y HBO irrumpen en un mercado ajeno a las series de grandes presupuestos para robar contenidos a las cadenas tradicionales y a la tele bajo demanda española.

Las compañías americanas van a apostar también por la producción en otros países, compitiendo directamente con las series nacionales. Netflix ya ha anunciado su primera ficción puramente española. Será un drama ambientado en la única compañía telefónica del Madrid de los años 20. Los capítulos tendrán una duración de 50 minutos, más sensata que los 75 de algunas producciones nacionales emitidas en cadenas generalistas.

PRIMEROS PASOS: LA SEGMENTACIÓN DE LA AUDIENCIA

Movistar+, tele bajo demanda de los clientes de Telefónica, es una de las que ha movido ficha con un plan de nuevas producciones para los próximos cinco años. "Queremos series pensadas para la audiencia española a la manera de las internacionales de hoy en día", explica Domingo Corral, director de producción original de la cadena.

Las nuevas series de Movistar+ llegarán a partir de 2017. Se producirán unas ocho cada año; los dramas serán de entre 45 minutos y una hora, y las comedias, una media hora. Corral distingue claramente estos géneros y asegura que huirán de las típicas dramedias españolas diseñadas para agradar a toda la familia, con un abuelo y un niño obligatorios.

Las cadenas tradicionales van a tardar más en cambiar el paradigma, sobre todo por la necesidad que tienen de llegar a un share absurdamente alto. "El sistema de medición de audiencias en España penaliza a las series de capítulos más cortos, estilo americano, frente a las de entregas de 75 minutos a las que estamos acostumbrados. No se mide en número de espectadores, sino en cuota de pantalla, que va aumentando su valor según desciende la audiencia, a medida que avanza la noche", señala Gema Rodríguez Niera, directora de desarrollo de proyectos de la productora Bambú, responsable de Bajo Sospecha, Hispania, Gran Reserva y la serie que prepara Netflix.

Las cadenas tradicionales van a tardar más en cambiar el paradigma, sobre todo por la necesidad que tienen de llegar a un share absurdamente alto.

El argumento tradicional que dan las cadenas es que la audiencia española no es lo suficientemente grande y no paga por el servicio de televisión, lo que impide la elaboración de contenidos de calidad para un público segmentado. Pero eso cambia con los presupuestos "generosos" que barajan en Movistar+ "para hacer las cosas bien" y ponerse a la altura de las compañías americanas, aunque se muestran cautos y prefieren no revelar a cuánto asciende aún.

UNA PUESTA EN ESCENA "CINEMATOGRÁFICA"

De un mayor presupuesto se deriva un aspecto mucho más cuidado. "Creadores y cadenas se han dado cuenta de que, si se quiere un recorrido internacional, el look de las series tiene que estar a la altura de las ficciones mundiales", señala Rodríguez Neira.

La serie de El barco fue vendida a Rusia, donde se emite con mucho éxito.

Las nuevas ficciones van a tener una puesta en escena "cinematográfica", sostiene Corral, y se va a notar en todo: luz, vestuario, localizaciones, tiempos de rodaje... "Van a ser como buenas películas. Tenemos que traer lo mejor del cine a la tele", considera el director de contenido de Movistar+.

EL GUIÓN Y EL SHOWRUNNER, CLAVES

Por encima del presupuesto y la puesta en escena, los nuevos productos se centran en el guión. "Queremos trabajar las historias y, para ello, el guionista tiene que ser una de las estrellas", explica Corral. Los guiones, en EEUU, están controlados por el showrunner, una figura que Movistar+ quiere importar. "Queremos que cada historia la cuente un creador con un punto de vista propio, diferente", señala el director de contenidos.

La figura del showrunner en EEUU es la más importante de una ficción televisiva, el creador absoluto de una serie: el que tuvo la idea, la vendió y consiguió despertar el interés de alguna cadena, el que dirige algunos capítulos, guioniza muchos y produce todos (vigilando el rumbo de la historia y el tono).

España tradicionalmente ha preferido producir series con equipos de varias personas que viven muy al día, y es la cadena la que lleva la voz cantante, por lo que el showrunner es una novedad artística. "Queremos darle libertad, los recursos y el tiempo necesarios, lo animamos a que arriesgue e innove", asegura Corral.

D. B. Weiss y David Benioff, showrunners de Juego de Tronos.

Esos nuevos showrunners llevan en ocasiones aparejado un gran nombre, como es el caso de la serie estrella que prepara Movistar+, La Peste, a cargo de Alberto Rodríguez.

LA PESTE, LA PRIMERA CON NOMBRE (Y APELLIDOS)

Pocas de las nuevas ficciones se estrenarán con más bombo que La Peste, serie de Movistar+ ambientada en la Sevilla del siglo XVI. Al timón estarán Alberto Rodríguez y Rafael Cobos, el tándem creativo de la multipremiada La isla mínima.

La serie arranca así: alguien recibe el encargo de buscar a un niño huérfano y sacarlo de la ciudad, donde hay una epidemia de peste. Pero se saben más detalles gracias a Cobos: "Es un thriller; se trata de averiguar quién está llevando a cabo una serie de asesinatos cruentos relacionados con la religión y la política". Los creadores quieren alejarse de cualquier referente; el único que mencionan se refiere a la estética, centrada "en el claroscuro de la escuela de pintura sevillana", según Rodríguez.

La isla mínima, ganadora de 10 goyas y la película más famosa del tándem creativo Rodríguez-Cobos.

Rodríguez ya había trabajado en algunos capítulos de Hispania y no le había gustado la experiencia. Por eso al principio rechazó participar en el proyecto; pero cambió de parecer cuando supo que le darían "tiempo para hacer las cosas bien", algo raro en la tele española. Movistar+ augura presupuesto suficiente para ello, pero no ofrece cifras concretas.

La Peste tendrá seis capítulos que se emitirán a partir de octubre de 2017. Corral augura: "Es un gran momento para la industria de hacer algo que, hasta ahora, no se podía hacer en España. Si la apuesta sale bien, vendrán muchas más".