Un perro se niega a abandonar el hospital de Alicante en el que está su dueña

Un perro se niega a abandonar el hospital de Alicante en el que está su dueña

Sandra Iniesta, de 22 años, viajaba en coche junto a su padre cuando algo empezó a ir mal. Volvían a Barcelona tras pasar unos días de descanso en Granada y, cuando pasaban por Elda (Alicante), la joven comenzó a sufrir fuertes dolores abdominales.

Así que tuvieron que detener la marcha y encaminarse al hospital general de la localidad. Al final, Sandra tuvo que ser operada de apendicitis, así que su estancia allí se está prolongando más de lo previsto.

Una historia más si no fuera por un detalle. Junto a la joven y a su padre también viajaba Maya, una perra de raza Akita Inu, que se niega a abandonar la puerta del hospital desde que su dueña ingresó.

Únicamente accede a irse para pasear un rato con el padre de la dueña. El animal ha conquistado a todo el personal del hospital, que le suministra agua y comida varias veces al día. Incluso se han ofrecido para llevarse temporalmente al perro a su casa, aunque Sandra prefiere que siga a las puertas del hospital, cerca de ella, siempre cuidado y alimentado.

La historia la ha dado a conocer el propio hospital, que ha colgado en Facebook una foto de Maya junto al mensaje: "El Hospital General Universitario de Elda tiene un visitante muy especial. Esta perrita Akita Inu está desde hace dos días en la puerta del hospital esperando a que se restablezca su joven dueña, ingresada en nuestro centro. Aunque la lealtad es característica de esta raza, nos ha sorprendido a tod@s gratamente. ¡Esperamos que pronto estén juntas de nuevo!".

La de Maya es una muestra más de la infinita fidelidad de los perros, que en las últimas semanas ha quedado más que demostrada. Por ejemplo, hace sólo cinco días dio la vuelta al mundo el caso de un cocker que se despidió durante el funeral de su dueño fallecido en el terremoto de Italia.

Este mismo verano también se conoció la historia de Gobi, una perrita callejera que corrió un ultramaratón de 250 kilómetros junto a un hombre llamado Dion Leonard. Tras la hazaña, Leonard comenzó con los trámites para poder llevar de China a Escocia a Gobi, a la que ha acabado adoptando.