Noches de agosto para no perder de vista el cielo

Noches de agosto para no perder de vista el cielo

Una vez más las estrellas de las noches veraniegas, astronómicamente hablando, serán las famosas Lágrimas de San Lorenzo, y este año las condiciones de Luna serán muy favorables. Pero no sólo de Perseidas vive el verano. ¿Qué mejor que darse una vuelta por las constelaciones?

Babak Tafreshi/TWAN

Para muchos comienzan las vacaciones y, junto a ellas, el no tener que madrugar. Ello, además de las agradables temperaturas nocturnas, ofrece la posibilidad de escrutar cómodamente el cielo a simple vista en busca de alguna constelación, buscar un cúmulo estelar con los prismáticos, disfrutar de una lejana galaxia con un telescopio, o simplemente, contemplar el cielo dejándonos sorprender por alguna estrella fugaz.

El caso es que ya estamos en pleno verano, y una vez más las estrellas de las noches veraniegas, astronómicamente hablando, serán las famosas Lágrimas de San Lorenzo, técnicamente conocidas como Perseidas, donde este año las condiciones de Luna serán muy favorables para disfrutar de ellas ya que su máximo (noche del 11 al 12 de agosto) nuestro satélite se ocultará en el horizonte a las 23:30 (hora peninsular española).

Lluvias de verano

Al desaparecer la Luna, dejará un cielo oscuro donde, si las nubes lo permiten, podremos disfrutar de la ignición de partículas milimétricas entrando en nuestra atmósfera a velocidades de decenas de kilómetros por segundo, produciendo el fenómeno conocido como estrella fugaz o meteoro.

Pero no sólo de Perseidas vive el verano. Si bien es cierto que es la más intensa de la época estival, no es la única. También contamos con las Iota Acuáridas del Sur (4 de agosto), Delta Acuáridas del Norte (8 de agosto), Kappa Cígnidas (17 de agosto) e Iota Acuáridas del Norte (19 de agosto), y aunque estas lluvias tengan un máximo teórico estimado de 3 meteoros por hora (las Perseidas tienen un máximo teórico estimado de 100), es una buena excusa para salir al campo y mirar al cielo.

Las pinzas del escorpión

Pero entre una estrella fugaz y otra pueden pasar varios minutos, y dado que no se sabe por donde pasará el siguiente meteoro, lo más aconsejable es estar mirando por todo el cielo.

Y para mirar el cielo, ¿qué mejor que darse una vuelta por las constelaciones de verano? De todas ellas, la que más impresiona es la de Escorpio, y en ella su estrella roja Antares domina entre todas ellas. Esta constelación referente veraniega se puede localizar al Sur con un horizonte despejado apreciándose claramente su forma serpenteante a lo largo del cielo. Y si os fijáis bien, el escorpión no tiene pinzas, ya que fueron cortadas para formar la balanza de Libra, el único signo no-vivo del zodiaco. Esto se debió a una decisión política que se remonta a tiempos de Julio César.

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Esquemas de las constelaciones de Escorpio y Libra. Foto: my.execpc.com

El triángulo de verano

En esta época, y hacia el punto del cielo justo encima de nuestras cabezas, conocido como cénit, podemos encontrar un asterismo formado por tres estrellas de las más brillantes del cielo: Deneb del Cisne, Vega de la Lira y Altair del Águila. Este asterismo es conocido como Triángulo del verano, por razones obvias.

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Esquema del cielo de agosto. En azul, el Triángulo del Verano. Foto: Zeist Antilles/Wikipedia.

Por supuesto, estas tres estrellas pertenecen a constelaciones estivales. El Cisne destaca por su forma de cruz (también es conocido como la Cruz del Norte) y contiene estrellas brillantes como la antes mencionada Deneb o Sadr. También contiene una estrella poco brillante pero muy agradecida cuando se observa con un pequeño telescopio: Albireo, que se muestra como una estrella doble de llamativos colores.

En la constelación de Lira, salvo Vega, sus estrellas son poco brillantes. Tiene forma de cuadrilátero y fuera de él se sitúa Vega, recordando el mango del instrumento musical que representa esta constelación: la lira de Orfeo. En esta constelación se encuentra uno de los objetos más fascinantes, M57, el cadáver de una estrella en forma de nebulosa planetaria, algo parecido a una rosquilla cósmica. El problema es que hace falta un buen telescopio para apreciarla.

La constelación del Águila es fácil de localizar gracias a Altair y sus dos compañeras equidistantes. Con el resto de estrellas relativamente brillantes de la constelación podemos formar una figura irregular que representaría el águila. También es muy agradecida cuando miramos la región de la constelación atravesada por la Vía Láctea a través de unos prismáticos.

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Aspecto del cielo de verano. Foto: Babak Tafreshi (TWAN).

No hay que olvidar que si queremos observar un cielo de calidad debemos desplazarnos a algún lugar alejado de las luces urbanas para evitar la contaminación lumínica. Si queremos disfrutar de un cielo oscuro, además de la inexistencia de nubes, también deberemos evitar la contaminación lumínica natural, es decir, la luz de la Luna, por lo tanto deberemos buscar las noches donde la Luna influya lo menos posible en nuestras observaciones, y en agosto estas fechas serán del 2 al 12 y del 29 al 31.

Así que... ¡Disfrutad de las noches veraniegas!