Un año descubriendo

Un año descubriendo

Discovery Max ha cumplido un año. Y no ha sido un año cualquiera. Celebramos en esta nueva (y bonita) televisión en abierto la capacidad para haber lanzado un producto honesto, complementario, decididamente diferente, que ha traído nuevos aires a nuestro convulso panorama televisivo.

Me voy a tomar la libertad de hablar de la empresa en la que trabajo, pido perdón antes de nada porque no soy objetivo: me gusta mucho trabajar en Discovery. Lo hago porque hoy 12 de enero Discovery Max ha cumplido un año. Y no ha sido un año cualquiera. No recuerdo un periodo tan apasionante, tan cambiante, tan agobiante, tan económicamente nefasto, tan rico y tan pobre a la vez, tan sorprendente... Me paro en la sorpresa porque eso es lo que celebramos en esta nueva (y bonita) televisión en abierto: la capacidad para haber lanzado un producto honesto, complementario, decididamente diferente, que ha traído nuevos aires a nuestro convulso panorama televisivo.

Ayer contemplaba con mucha curiosidad como la audiencia del género que cultiva Discovery Max (el factual, palabro que no sabemos traducir, que no es documental, que si digo docureality lo emponzoño, que si dejamos en contenidos de no-ficción la negación se queda corta...) ya alcanza momentos muy destacados. Porque después de nosotros vinieron otros a reproducir el modelo, dicho con respeto y admiración a un estupendo canal como Xplora y a Energy, anterior y no tan factual, pero cada día lo va siendo más. Pues bien, a veces esos tres canales suman casi un 6% de la tarta global, apreciable y meritorio tras sólo un año de cultura por parte del telespectador.

Porque la realidad es que antes en nuestro país no había nada igual. Ni siquiera la emisión de este tipo de programas era significativa: quizás Cuatro, tan valiente en tantas y tantas cosas en su comienzo, enseñó la patita con la llegada de Bear Grylls, El último superviviente, o El encantador de perros. Y poco más. Discovery Max nació para cubrir ese hueco y poner gran parte de su enorme potencial al servicio de un canal que trabajara el género al 100%.

Creo que hay proyectos que llegan en el momento exacto. Cuatro y La Sexta fueron una bendición para los telespectadores en aquellos años de enorme hastío de una tele estancada y pasada de rosca. Y se colaron con enorme rapidez. La explosión trending topic del factual es, con toda probabilidad, otro síntoma de una oportunidad, de diferente cariz, donde el telespectador parece que necesita relevos, nuevas alternativas, descubrir cosas nuevas, conocer nuevos géneros, la promesa de otro tipo de televisión.

El año en el que el mundo iba a desaparecer (allá por julio me lo planteé seriamente) la tele ha visto nacer nuevas criaturas. Me voy a centrar en el factual e intentaré hacer un repaso en un Top 5 de los grandes momentos del factual en 2012. Hay muchas sorpresas y un nexo común: la generación de tendencias, siempre cíclicas y compulsivas, pero enormemente notorias.

  1. Discovery Max tuvo un primer gran hit en un programa de cómo se hacen las cosas en fábricas y talleres. "Así se hace" es la sencillez al cubo, simple, curioso, adictivo, útil. Parece mentira que una tele tan clásica se convierta en un éxito tan pronto. Novedad, simplicidad, una gran combinación.
  2. Luego llegó la explosión de la pesca con un tipo tan majo y tan de aquí, que te irías a tomar cañas con él para hablar de un pescadito de 120 kg. Monstruos de río fue el primer gran hit, un clásico en la televisión de pago en los canales de Discovery en todo el mundo, y hoy una referencia para seguir cazando cocodrilos en pantanos o cualquier bicho que te haga mancharte de barro.
  3. Un caso aparte: los programas de subastas y empeños. Nadie que no tuviera la televisión de pago había tenido la ocasión de ver un subgénero que en el mundo triunfa sin excepción. En primavera llegó Cazasubastas a Discovery Max, luego Xplora aportó un clásico internacional como es La casa de empeños. Ambas triunfan y crecen día a día, ocupan un espacio estelar en nuestras parrillas. El género merece un blog aparte, no hay forma de creer lo que se puede vender en estos tiempos de crisis.
  4. Stephen Hawking es un éxito. Lo ve mucha gente. Otra forma de ver tele, no glamour, no belleza, agujeros negros, física cuántica, entretenimiento exigente. De verdad que funciona. El espacio nos perturba e inquieta, pensamos en el fin del universo (ojo al enorme éxito de todos los programas, películas, series de ese último hit comercial maya, el Gangnam Style de la ciencia última).
  5. Y llegó Dynamo. Y aquí no me puede el interés. Este programa de un mago joven, perturbador, emocional, brillante, perfectamente envuelto y concebido, ha tocado un techo inusual. Y ha encendido proyectos e ideas de un mundo quizás añejo, pero que en manos de este chico parece magia 3.0 del siglo 21.

Entre fusiones, canales que se van, programas que se despiden, creo que no sería justo si no reconociéramos que, entre La Voz, Isabel o Salvados (de acuerdo totalmente con el blog de Mariola Cubells, una de las grandes noticias del 2012 ha sido la llegada de canales como el que mañana cumple un año. Es el mío, ojo, pero está muy bien. Lo prometo.