Las discusiones peligrosas

Las discusiones peligrosas

Todos en algún momento soñamos con una relación, y cuando la tenemos, parece como si una fuerza nos empujara a crear situaciones límite para ver hasta qué punto aguantan los lazos. Vamos a hacer un ejercicio de responsabilidad para salir del papel de víctima de las circunstancias.

Couple fightingChris Tobin via Getty Images

En algunas ocasiones, una conversación puede llegar a convertirse en una discusión desagradable. Esto sucede cuando nos llevamos algunos asuntos al extremo, forzamos la situación y parece que somos presa de resquemores del pasado que pertenecen a otros periodos de nuestra vida. La más gruesa de las cuerdas puede acabar partida si nos empeñamos en romperla.

Todos en algún momento de nuestra vida soñamos con una relación, y cuando la tenemos, parece como si una fuerza nos empujara a crear situaciones límite para ver hasta qué punto aguantan los lazos de la vinculación que hay entre las dos partes.

Vamos a hacer un ejercicio de responsabilidad y trabajar el cambio de perspectivas para salir de esos papeles de víctima de las circunstancias que asumimos con cierta frecuencia y nos llevan a manipular las situaciones de forma inconsciente.

¿Qué significa seguir un guión negativo de vida?

Podríamos decir que una persona que se no se considera responsable de nada de lo que le rodea es alguien que no hace nada para cambiar lo que no le gusta. Es alguien que, en cierto modo, ha renunciado a su poder creador y se conforma con lo que le ha tocado de un modo un tanto negativo para sí mismo, ya que suele ser tendente a la manipulación y a la autohumillación.

Todos, en mayor o menor grado, hemos usado alguna vez la máscara de víctima con tal de no asumir las consecuencias de nuestros actos.

Todos, en mayor o menor grado, hemos usado alguna vez la máscara de víctima con tal de no asumir las consecuencias de nuestros actos. Lo que sucede es que no somos conscientes de ello, es decir, no nos damos cuenta, y por eso pensamos que no podemos cambiar para acceder a una vida de bienestar y éxitos.

Te reto a un duelo

Voy a retarte y a proponerte que tomes conciencia de tus comportamientos y a que eleves tu nivel de responsabilidad en cualquier faceta de tu vida, ya que mereces ser feliz en todos tus proyectos.

Parte del trabajo de ser adulto consiste en aceptar, asumir e integrar todo lo que somos para cambiar aquellas actitudes que nos inducen a comportamientos poco productivos. Lo único que intento con esta dinámica es que se despierte tu poder creador y que te regales la vida a la que tienes derecho en cualquier parcela.

Asume el papel de observador externo de ti mismo. Sé que es una propuesta inusual, pero te aseguro que te va a ayudar a desenmascarar a tu parte boicoteadora, una parte que todos tenemos, en una u otra medida.

Cierra los ojos y recuerda la última discusión que tuviste con tu pareja. Trata de recuperar todos los detalles posibles. No te precipites en tus respuestas para salir del paso. Sé responsable y no te evadas. Respira tranquilamente y comencemos la recomposición de los hechos.

Transpórtate al lugar y al momento del día en el que tuvo lugar la discusión, así como al estado emocional en el cual estabas antes de que todo estallase. A partir de ahí, extrae la información a partir de las preguntas guía que te ofrezco:

  • ¿Cómo empezó la discusión?
  • ¿Qué tipo de pensamientos habitaban tu mente?
  • ¿En qué momento subió de tono?
  • ¿Cómo te sentiste?
  • ¿Cuáles fueron tus palabras?
  • ¿Qué tono empleaste?
  • ¿Cómo eran tus gestos?
  • ¿Cómo era la expresión de tu rostro?
  • ¿Qué movimientos hacías con tus manos?
  • ¿Cuál era la postura de tu cuerpo?

Una vez que hayas revivido esa discusión, haz el esfuerzo por convertirte en observador externo de ti mismo. Esta siguiente fase del proceso tiene como objetivo que cambies las perspectivas y que aprendas a mirarte desde fuera, sin culpas, juicios o acusaciones.

Imagina ahora que estás viendo la escena de la discusión desde el patio de butacas de un teatro. Tu misión es asistir a lo que va a pasar en el escenario para reflexionar sobre los siguientes aspectos de ti mismo, dejando de lado la implicación emocional:

  • ¿Qué te dirías a ti mismo?
  • ¿Qué patrones de comportamiento adviertes que se repiten en todas tus discusiones?
  • ¿Qué punto en común hay entre la relación que tienes con tu pareja y otras relaciones que has tenido en tu vida?
  • ¿Qué puedes aprender de ello?
  • ¿Qué parte de ti has sacado en la discusión?
  • ¿Qué parte positiva de ti te gustaría sacar?
  • ¿Quién serías si te permitieras sacarla?
  • ¿Cómo puedes añadir armonía a tu relación?
  • ¿Qué puedes hacer que no hayas hecho aún?
  • ¿Cuándo lo vas a hacer?
  • ¿Qué supondrá para la relación?
  • ¿Cómo te hará sentir?
  • ¿En qué otra área de tu vida se verá reflejada esta mejora?

Como ves, en ningún momento hemos metido en esta historia a tu pareja. El objetivo de este trabajo es sacarte de los estados disfuncionales en los que estamos atrapados en ocasiones y que bloquean la creación de soluciones. Lo que te ofrezco es la posibilidad de que mires tu vida con otras gafas: las de la responsabilidad.

Si al mirar la realidad hay aspectos que no te gustan, debes saber que tú estás al mando de tu vida y que puedes decidir qué cambios debe haber en ella. Nada ni nadie tienen el poder de hacerte sentirte mal, no lo olvides.

Prueba esta dinámica y acepta todas y cada de las respuestas y descubrimientos a los que llegas sobre ti. En tus manos están todas las posibilidades de ser feliz mediante la transformación interna. Tú decides si quieres usarlas o no.