El fallo sistémico del BCE

El fallo sistémico del BCE

Mario Dragui anunció hace unas semanas la mayor bajada de tipos de la historia en la zona euro. En realidad, lo que se ha reducido es el tipo de interés de las Main Financing Operations, que son aquellas operaciones mediante las cuáles los bancos del eurosistema se financian en el BCE.

Mario Draghi anunció hace unas semanas la mayor bajada de tipos de la historia en la zona euro. En realidad, lo que se ha reducido es el tipo de interés de las Main Financing Operations, que son aquellas operaciones mediante las cuáles los bancos del eurosistema se financian en el BCE. Además, Draghi anunció que los tipos seguirían así o más bajos durante un periodo prolongado de tiempo.

La lógica económica detrás de esta decisión es directa, al bajar los tipos de interés, se reduce el coste del dinero, se estimula la inversión y con ello el empleo. Sin embargo, como podemos ver en el gráfico los tipos de interés de referencia del BCE no han dejado de reducirse desde el 2008, lo que señala el fracaso de la política monetaria de la institución europea. La economía de la eurozona no responde a los electroshocks de tipo de interés aplicados por el BCE.

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Y es que las medidas de austeridad en la zona euro llevan ya más de 5 años actuando, deprimiendo la economía y dibujando un nuevo escenario político y económico. La realidad es que el BCE y la austeridad impuesta por los gobiernos y las élites, han llevado a una situación macroeconómica insostenible. Las políticas de bajadas salariales, recortes y destrucción de empleos han surtido efecto, y actualmente el peligro de la deflación se ha instalado en Europa, como lo hiciera en Japón hace más de dos décadas. En el gráfico podemos ver cómo la zona euro experimenta durante todo el año 2013 una caída continuada de precios, al igual que la UE (Eurostat).

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Uno de los ingredientes principales de la receta para la recesión en la UE es la deuda privada generada durante la época de crecimiento, y la deuda pública generada como consecuencia de la recesión. Precisamente la preocupación por las recesiones causadas por crisis de endeudamiento tiene una larga tradición en la economía que llega hasta Irving Fisher, como Juan Laborda nos advertía. Fisher argumentó que la Gran Depresión fue causada por un círculo vicioso dónde la caída de precios incrementaba el valor de la deuda, lo que producía caídas sucesivas de precios. Era la llamada "deflación por deuda". El trabajo de Minsky - que junto con Tobin reconoció la importancia del trabajo de Fisher a la hora de elaborar sus teorías- ahora tan de moda en la explicación de la crisis financiera, defendía que el sistema capitalista estaba sometido a crisis financieras cíclicas, donde los periodos alcistas producían complacencia en los inversores, que incrementaban su endeudamiento, poniendo así los cimientos de una futura crisis. Más recientemente Richard Koo ha puesto de moda el término "crisis de balances", una situación dónde los agentes intentan desendeudarse de forma masiva simultáneamente, lo que imposibilita el gasto deprimiendo la demanda agregada y provocando recesión. Teniendo en cuenta por tanto la importancia de la deuda en el pensamiento económico - heterodoxo, pero económico al fin y al cabo- uno esperaría que la deuda estuviera en el centro de los modelos económicos que están utilizándose en las principales instituciones que gestionan la crisis (BCE, Comisión Europea, BdE, etc.). Y sin embargo, el endeudamiento no juega ningún papel en dichos modelos y para dichas instituciones, pues las conclusiones que se derivan de este análisis son radicalmente incompatibles con la mal llamada "austeridad".

El hecho de entrar en un período de deflación es muy sintomático, pues no solo implica una caída de precios, sino una peligrosa espiral, dónde salarios, activos financieros e inmuebles caen de manera continuada. Larry Summers pronunció un discurso ante el FMI anunciando que estábamos entrando en un periodo prolongado de estancamiento, tomando prestado el término de "Secular Stagnation" del economista Alvin Hansen. La hipótesis que esgrimía era que los tipos de interés habían estado demasiado tiempo bajos demasiado tiempo. No obstante, la deuda supone en estos momentos el mayor lastre para las periferias europeas, como lo fue para Latinoamérica durante tantos años. La destrucción de servicios públicos en España no tiene precedentes, y la nueva configuración institucional y política que está instalándose, no es fruto de un periodo prolongado de "bajos tipos de interés". Se debe a una tenaz voluntad para hacer desaparecer todo aquello que se conquistó en el siglo pasado, y que permitió asegurar unas mínimas condiciones de vida. Se debe a que muchos de los que hoy predican la bondad de las privatizaciones, no han conocido esa época no tan lejana en la que en España, se tenía que ahorrar durante semanas para poder ir al médico. Se debe a una reconfiguración del modelo social, productivo y político que nos hunde en décadas de estancamiento y degradación de nuestras condiciones de vida.