Las personas 'socialmente elegantes'

Las personas 'socialmente elegantes'

Las personas elegantes son las que saben estar, les sale el estilo del interior, son incapaces de decir algo que esté fuera de lugar, ni de criticar, quedan bien contigo por convicción y no por hipocresía. Las personas elegantes son educadas en el trato, que no finolis ni cursis.

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Para mí las personas socialmente elegantes no son las que van vestidas con estilo, esas que llevan ropa cara que les cae como un guante. Ni las que tienen buen tipo y cualquier trapito les sientan como si fuera de Dior. Tampoco las que llevan complementos con iniciales, ni firmas caras, ni esos bolsos y cinturones que todos sueñan con imitar.

Las personas elegantes son las que saben estar, les sale el estilo del interior, son incapaces de decir algo que esté fuera de lugar, ni de criticar, quedan bien contigo por convicción y no por hipocresía. Las personas elegantes son educadas en el trato, que no finolis ni cursis.

Relacionarte con personas elegantes es todo un lujo. Sabes que no te van a fallar, que no te faltarán el respeto, que se interesarán por ti, que se preocuparán porque estés a gusto. Si tienes un grupo de amigos o familiares elegantes, puedes estar relajado y tranquilo, y no en tensión, como algunos que no sabes por dónde van a salir, ni qué indiscreción puede hacerte sentir vergüenza ajena.

Las personas socialmente elegantes se caracterizan por:

1. SER DISCRETAS. No hablan de lo que desconocen, no hablan de intimidades, ni siquiera de las suyas. Huyen de la rumorología. Son personas de fiar. Si eres de los que transmiten chismes, pregúntate: ¿a la persona de la que estoy hablando le gustaría que otros supieran su información?

2. NO NECESITAN HABLAR ALTO PARA QUE SE LES OIGA. Están convencidas de que para comunicarse, incluso discutir, no hay que subir el volumen. El volumen de tu voz no te da la razón. Al contrario, pone a las demás a la defensiva. Nadie quiere hablar con un gritón o una gritona.

3. NO HACEN COMENTARIOS HIRIENTES, MALINTENCIONADOS O CHINCHOSOS. Saben hacer crítica constructiva, clara, honesta y sincera. No buscan la ironía ni los dobles mensajes para decirte lo que no les gusta.

4. SU COMUNICACIÓN NO VERBAL ES PAUSADA. No te acusan con el dedo, ni te miran con desprecio. Tampoco ponen caras que tengas que descifrar para saber si estás enfadado o tienes un problema.

5. SE INTERESAN POR TU BIENESTAR Y TE PREGUNTAN POR CÓMO TE VA LA VIDA. Las personas elegantes son agradables, se muestran interesados en lo que ocurre en tu vida, en cómo te sientes y en saber tus necesidades.

6. TE ATIENDEN Y SE RELACIONAN CONTIGO CON EDUCACIÓN. Independientemente de su posición social, estatus o jerarquía. Son personas humildes que respetan a los demás. No se sienten merecedores de la atención por encima de otros. Son educados con sus jefes, con los camareros y cuando conducen. Ser respetuoso y educado forma parte de su filosofía de vida.

7. DICEN BUENOS DÍAS Y ADIÓS CUANDO ENTRAN Y SALEN. Incluso cuando no conocen a la gente. No sé en qué momento se perdió la costumbre de entrar en un banco, tienda, autobús o cualquier otro lugar y decir simplemente buenos días, con una sonrisa. La gente ahora entra en un comercio, mira al suelo y si puede evitar el contacto de todo tipo mejor.

8. SONRÍEN. Sonreír es una muestra de afecto e interés por el otro. Transmite el deseo de agradar a los demás. Y abre los canales de comunicación. Las personas que sonríen de forma sincera, nos caen bien.

9. LA PERSONA ELEGANTE NO ESTÁ ESPERANDO QUE TROPIECES PARA DECIRTE "TOMAAA". Si tiene amistad contigo te tenderá la mano y si no, le será indiferente, pero no se recreará en tu fracaso. ¿Por qué? Porque sabe estar.

10. SABE ESCUCHAR. No se comporta como si fuera la única persona con un mensaje interesante que transmitir. Te escucha, te mira, te acompaña y conversa, no monopoliza la conversación.

Las personas socialmente elegantes tienen un trato fácil. Se las ve venir. No tienen un pensamiento retorcido ni malicioso. Viven y dejan vivir, y en el camino, intentan llevarse bien con la gente. Es más fácil ser elegante que no serlo.