La liberación de Pedro Sánchez

Cuatro días desquiciados hasta el sábado. Quien crea que Pedro Sánchez va en pelota al Comité Federal que puede decidir su destino, se equivoca. El equipo del secretario general ha chequeado los apoyos hasta una decena de veces para el caso de que se vote, lo cual no evitará que algún Bruto intente apuñalarle. Pero en su entorno mantienen que no iban a montar este lío sin tener las cosas atadas. "Si da este paso es porque tiene más o menos seguro que se montará bronca, pero al final le aprobarán la celebración de primarias y el Congreso. El Comité Federal avalará esta historia y quien se separe, lo pasará mal", sentencia un influyente colaborador de Sánchez.

En el fondo, que haya estallado la situación larvada es una liberación. Es la sensación que transmite la cúpula de Ferraz. Los resultados de las elecciones vascas y gallegas, augurados por las encuestas previamente y que han servido para hacer aflorar la guerra interna, van a obligar a que los valientes den la cara. "¿Alguien osará decir que la militancia no debe votar, cuando las primarias las puso en marcha Rubalcaba y Susana Díaz las proclamó en el 38º Congreso? Quieren la abstención para dejar gobernar a Rajoy, pero no se atreven a decirlo", apuntan desde el círculo del secretario general.

A los barones con gobierno autonómico les urge que el PP abra el grifo del dinero que astutamente Montoro tiene cerrado con los óptimos resultados que le está reportando. Por otro lado, a una parte de la vieja guardia le irrita que el economista aseado que era Pedro Sánchez y que debía cumplir con el establishment esté dispuesto a pactar con Pablo Iglesias y hasta con los independentistas. Ambos colectivos pueden estar tranquilos, porque la negociación se ha frenado hasta que se despeje el liderazgo. Lo que no va a hacer el equipo de Sánchez es desvelar hasta qué punto estaban avanzados los contactos. Poco más se puede hacer por la tensión arterial de los guardianes de las esencias socialistas.

Con amplitud de miras, lo que hay detrás de tantas miserias son cuatro años más de Rajoy y sus políticas o posicionarse como el partido de la izquierda para frenar el trasvase a Podemos. Ese es el problema de fondo que ha detonado la lucha entre los socialistas. Lo que no queda claro es qué pesa más, si el debate ideológico de hacia dónde van los socialistas o las ambiciones personales.

Hacía mucho tiempo que no se veía tan contento y comunicativo a Eduardo Madina en los pasillos del Congreso, charlando afablemente con periodistas y colegas. Quién diría que hace solo tres semanas comentaba lo pronto que iba a dejar su escaño libre. Y qué decir de Emiliano García Page. Pocas veces a un presidente autonómico ha llorado menos el abandono de su socio de gobierno. No hay desayuno, comida o cena celebrado en la capital en el que no deslice que él puede ser la solución. Por mencionar solo a dos de los más conocidos.

Así que Susana Díaz puede encontrarse con más rivales de los previstos. Mientras ella se ha quemado encabezando la oposición a Sánchez y amagando con echarle a la calle en cuanto quisiera, el resto florecían frescos y bien regados a su sombra. "Me extraña que, pese a la declaración que ha hecho, vaya a dar un paso al frente ahora que hay otros que están asomando la patita. Si Pedro cae, arrastrará a Susana. Su destino está unido" comenta un diputado que ayer en la reunión del grupo parlamentario pudo testar a sus compañeros.

En el Congreso, los socialistas tratan de "encapsular el conflicto" hasta el punto de que el propio portavoz, Antonio Hernando, se ha atrevido a apelar a la fraternidad para guardar las formas. En los pasillos, sin embargo, no se esconden las diferencias. Unos a favor de hacer presidente a Rajoy y otros en contra. Aunque cuando se les pregunta si los resultados en Galicia y Euskadi hubieran sido mejores de haberse abstenido para que el PP siguiera gobernando, la respuesta es unánime. "No, hubieran sido peores. De hecho, no hay más que mirar que hemos perdido votos que se han ido a En Marea, a Bildu y Podemos", coinciden cuatro señorías de diferentes sensibilidades.

Entre tanto navajazo, solo unos cuantos tratan de visualizar el día después si Sánchez sobrevive. "Si salimos de esta y se recuperan los contactos con Podemos, cabe la posibilidad de recuperar la idea de un Gobierno en minoría con independientes", sueña un destacado miembro del grupo parlamentario.

Quién sabe. En la luna de Júpiter acaba de aparecer agua. La ciencia ficción ya no es lo que era.