El IVA cultural: de Ricky Martin al baile de los derviches

El IVA cultural: de Ricky Martin al baile de los derviches

Tras los vaivenes del Gobierno esta semana con el tema del IVA cultural, hay que decir que la cultura española no está para muchas bromas. Pero es que hay cosas que, precisamente por lo graves que son, es preferible tomárselas así. Y este Gobierno es un chiste de humor negro.

Si son más clásicos se pueden remitir a la yenka: "delante, detrás...". Ricky Martin dándole instrucciones a María de que dé "un pasito palante" y "un pasito patrás" permite actualizar algo el ejemplo. Y es que no hay mejor manera de hacer gráfico lo que sucedió el lunes 9 de Marzo con el Gobierno y la decisión sobre la bajada del IVA cultural.

Hay que recordar que desde el año 2013 España tiene el IVA aplicado al consumo cultural más alto de Europa. En una decisión sin precedentes y sin otra explicación que acabar con la cultura en el menor tiempo posible -economizando medios, vaya- el Gobierno decidió elevar este impuesto al 21%. Esto se sumaba a otras perniciosas medidas que se han ido adoptando. Y lo que ocurrió de forma casi automática fue que el subsector económico que más empleo perdió durante ese año, el 2013, fue el cultural, y que como demuestran todos los indicadores, ha sufrido un importante de deterioro en sus condiciones laborales.

Efectivamente, durante toda la legislatura, el PP ha diseñado y ejecutado una estrategia dirigida a perjudicar a la cultura (sí, con mayúsculas): reducción de los fondos públicos destinados a promoción y mantenimiento de actividad cultural, ausencia de la prometida Ley de Mecenazgo, aprobación este pasado año de la nefasta Ley de Propiedad Intelectual o "Ley Lassalle"...

Por cierto, hay que recordar que contra esta última, el PSOE, de la mano de muchos de los colectivos de la cultura, presentó un recurso ante el Tribunal Constitucional el pasado mes de febrero. Ante ello, el ministro Wert, en el papel de pitoniso telefónico de madrugada y con una fiabilidad similar, anticipó que el recurso decaería. Pues bien, en apenas un mes, el Tribunal lo ha admitido a trámite. En un país normal, eso tendría consecuencias..., pero en un país normal, el señor Wert hace mucho tiempo que hubiera dejado de ser ministro.

Pero volvamos al 9 de Marzo. Ese día, un periódico de gran tirada llevaba en portada que el Gobierno bajaría inminentemente el IVA cultural. Lo que sucedió en las siguientes horas superaría en imaginación a J.R.R. Tolkien. Por la mañana, el secretario de Estado de Hacienda negaba la noticia. Justo después del mediodía, un improbable portavoz en esta materia, el ministro de Interior, corregía al secretario de Estado, y recordaba que la rebaja fiscal estaba contenida en el programa. Poco más tarde, el señor Ayllón matizaría al ministro, afirmando que había voluntad, "pero sin fecha". Caída la noche, el Sr. Rajoy cierra la faena negando ninguna posibilidad de rebaja del impuesto. Marxismo puro, de los hermanos Marx en Sopa de Ganso; "un pasito palante María, un pasito patrás".

En la tarde del martes 10, el senador socialista Óscar López le pedía en la cámara al ministro Wert un sí o un no, sin subterfugios, acerca de la intención del Gobierno en esta materia. "Bajará el IVA cultural sí o no, Sr. Wert". En ese momento, el ministro cambió el baile y empezó a girar. Vuelta tras vuelta, don José Ignacio emulaba a un bailarín derviche en su afán de no llegar a ninguna parte. Entre giro y giro, llegó a negar que conceptualmente se pudiera hablar de un IVA cultural.

Recuerdo cuando hace años, en Turquía, pude observar hipnotizado los progresos de los bailarines derviches: me produjeron una fascinación mágica. El ministro solo me produjo mareo. Mareo y un punto de náusea ante lo que supone un juego perverso con el futuro de tanta gente, que se ve perjudicada por las medidas de este Gobierno. Y de un país que todos los días pierde oportunidades, debilitando un sector económico que podría ser uno de nuestros motores de crecimiento. Y ante una sociedad cada vez con más pobreza cultural por la acción de un partido que concibe la misma no como un derecho, sino como un lujo para quién tenga posibilidades económicas.

La cultura española no está para muchas bromas, pero hay cosas que, precisamente por lo graves que son, es preferible tomárselas así. Y este Gobierno es un chiste de humor negro.

La buena noticia es que para 2016 el IVA Cultural será del 5%. Y será así porque lo hará un Gobierno socialista que no verá en la cultura un enemigo, sino un aliado para el desarrollo del conjunto del país.