Demasiado tiempo sin Gobierno

Demasiado tiempo sin Gobierno

La economía española crece, pero la sociedad española que sale de la recesión es más injusta. España lidera en Europa la desigualdad entre ricos y pobres. Las políticas de ajuste y austeridad en nuestro país, que el actual Gobierno en funciones reivindica con orgullo, no han hecho sino ensanchar la brecha de la desigualdad, demoler la arquitectura del derecho del trabajo y debilitar hasta el límite las redes de protección social.

EFE

Han pasado cuatro meses desde que hablaran las urnas. Cuatro largos meses de conversaciones y diálogos infructuosos de los dirigentes políticos sobre el necesario acuerdo de gobierno. Cuatro meses en manos de un ejecutivo en funciones que, por no querer, ni siquiera ha querido rendir cuentas ante el Congreso de los Diputados. Y así las cosas, el 26 de junio habrá de nuevo elecciones en medio de una economía que ha dejado atrás la recesión, pero que no acaba de superar la crisis. Por eso necesitamos una campaña electoral de propuesta y debate político, y no de gestos y reproches.

La economía mundial sigue sumida en la incertidumbre. La crisis del proyecto europeo se profundiza. La economía española crece, pero la sociedad española que sale de la recesión es más injusta. España lidera en Europa la desigualdad entre ricos y pobres. Las políticas de ajuste y austeridad en nuestro país, que el actual Gobierno en funciones reivindica con orgullo, no han hecho sino ensanchar la brecha de la desigualdad, demoler la arquitectura del derecho del trabajo y debilitar hasta el límite las redes de protección social. Con estos precedentes, resulta aún más incomprensible que las formaciones políticas del cambio hayan sido incapaces de alcanzar un acuerdo de investidura y de gobierno para combatir la desigualdad, poner en marcha un giro social e impulsar una nueva política económica capaz de crear empleo de mayor calidad.

La iniciativa sindical

El paro que supera el 20 por ciento marcará la agenda del sindicato en este tiempo electoral y en el próximo periodo. Una tasa de paro que con la crisis y las políticas de austeridad ha derivado en un grave incremento de la desigualdad y la pobreza. Hoy el 15% de las trabajadoras y trabajadores con empleo, tiene dificultades para afrontar las necesidades básicas relacionadas con la familia, la vivienda, o los servicios de luz, gas o agua. En 2014 había en España 13,4 millones de personas en riesgo de pobreza o exclusión social, es decir, el 29,2% de la población total, lo que supone 5,7 puntos más que en 2008. La pobreza severa afectó a 3,2 millones de personas, el 6,85% de la población. Unas cifras que, a juicio de CCOO, tienen mucho que ver con la evolución de los salarios y las reformas laborales. Un estudio del Gabinete Económico del sindicato señala que entre 2009 y 2014 los salarios cayeron en España un 5,3%, pero los salarios del 10 por ciento de las trabajadoras y trabajadores que los tenían más bajos lo hicieron nada menos que un 25,6%.

CCOO lleva tiempo trasladando a las formaciones políticas la necesidad inaplazable de una reforma fiscal progresiva que proporcione a las Administraciones Públicas los recursos suficientes para acometer las políticas de gasto social e inversión pública que el país demanda.

Por ello, resulta imprescindible que el nuevo gobierno que salga de las elecciones -esperemos que esta vez, sí, y que además sea de signo progresista- se fije como prioridad el crecimiento sostenible de la economía, el empleo de calidad, una actuación decidida contra la desigualdad y la pobreza, y el robustecimiento de los sistemas de protección social. Igualmente, nos proponemos restaurar la eficacia y fortaleza de la negociación colectiva y un diálogo social fuerte para restablecer el Pacto de Toledo sobre el sistema público de pensiones, cuyo principal objetivo pasa por mejorar la estructura de ingresos del sistema y volver a la cláusula de revalorización para garantizar su poder adquisitivo.

CCOO lleva tiempo trasladando a las formaciones políticas la necesidad inaplazable de una reforma fiscal progresiva que proporcione a las Administraciones Públicas los recursos suficientes para acometer las políticas de gasto social e inversión pública que el país demanda. Un pacto por la industria, un nuevo modelo energético y cambios profundos en el modelo de financiación autonómica, en el marco de una reforma constitucional que consolide, de una vez por todas, la estructura federal del Estado.

Estas son nuestras principales reivindicaciones en este 1 de mayo, demandas que pretendemos incorporar a la campaña electoral para que sea la política, y no el espectáculo de gestos y ocurrencias, la que protagonice la misma y logre suscitar el interés de la ciudadanía.