Asia y el segundo mandato de Barack Obama
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Asia y el segundo mandato de Barack Obama

El Pentágono ve cómo se recortarán sus recursos en los próximos años, pero su presencia en Asia será la más importante en detrimento de zonas como Oriente Medio o Europa. Para muchos analistas este redespliegue recordaría la estrategia de contención hacia la URSS en la Guerra Fría, rodeándola de bases.

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¿Qué rumbo tomará la política de Barack Obama en Asia? ¿Qué desafíos le esperan en este segundo mandato? Guerras de Afganistán e Iraq a un lado, este continente ha centrado buena parte de los esfuerzos del 44º Presidente de Estados Unidos durante su primer período en el Despacho Oval, y todo hace pensar que seguirá siendo así. Aunque su estrategia asiática ha sido muy cuestionada, en especial en lo referente a China.

Al fin y al cabo, los norteamericanos siguen siendo la primera potencia del Planeta, y en esta zona se encuentran la mayoría de países que van a marcar el ritmo político y económico de la esfera internacional en los próximos años (con India y China a la cabeza, como no podría ser de otra manera).

Obama ha centrado su estrategia en el llamado Pivote a Asia-Pacífico. Se trata de un replanteamiento de los recursos militares y estratégicos hacia este continente. El objetivo es contener a China, ante un posible cambio de su política de ascenso pacífico por una actitud más agresiva con sus vecinos, como se ha visto en los últimos meses por las disputas insulares. Aunque la Casa Blanca sigue manteniendo su discurso de colaboración con Beijing en ámbitos como el económico y comercial.

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Barack Obama en la apertura del Primer Diálogo Económico y Estratégico EEUU China. Fuente: Wikimedia.

El Pentágono ve cómo se recortarán sus recursos en los próximos años, pero su presencia en Asia será la más importante en detrimento de zonas como Oriente Medio o Europa. Para muchos analistas este redespliegue recordaría la estrategia de contención hacia la URSS en la Guerra Fría, rodeándola de bases.

En el terreno diplomático, este verano se ha visto ya una gran actividad. La Administración Obama ha decidido prestar mayor atención al clima de tensión vivido en el Mar de China que por ejemplo otros escenarios "calientes" como Siria. Sólo hay que repasar la intensa agenda de visitas de representantes de primera línea a los países del Sudeste asiático donde algunos de ellos mantienen disputas territoriales con China. Repasando, Leon Panetta, secretario de Defensa, visitó Vietnam y Singapur; mientras que Hillary Clinton estuvo en Camboya y Tailandia. Esta intensa gira asiática se completó con visitas a lugares tan sensibles como India y Corea del Sur, respectivamente.

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Xi Jingping con George W. Bush en 2008. Fuente: Wikimedia

Pero esta estrategia, que todo apunta a que será la tónica del nuevo mandato, ha recibido críticas. El artículo de Foreign Affairs, The Problem with the Pivot, cuestiona la efectividad de estos planteamientos. Por un lado, considera que esta política de contención exacerba los ánimos de China. Según esta tesis, Beijing está más dispuesto a elevar el tono nacionalista ante un panorama de incertidumbre económica, y la política de Washington echaría gasolina al fuego. Una muestra de la ineficacia de esta política sería la actitud desafiante de la República Popular a las acciones de Estados Unidos en otros escenarios como Irán. Hará falta ver qué nuevo rumbo toma el Gobierno chino encabezado por Xi Jinping.

De igual manera, Japan Today, resalta que la política de recortes presupuestarios puede poner en peligro la estrategia del Pivote de Asia (The Wall Street Journal también criticó los efectos de reducir las fuerzas aeronavales en el escenario asiático). Asimismo, se señala un posible conflicto en Irán o Siria como motivo para que Estados Unidos desvíe fuerzas de Asia.

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Encuentro EEUU-Afganistán-Pakistán. Fuente: Wikimedia.

Otro punto caliente para la política de Barack Obama será el sur de Asia. Lo más inmediato es ver cómo se completa la retirada de Afganistán, y cuál será el escenario post-OTAN en este país ante unos talibanes envalentonados. Además no se podrá quitar el ojo al siempre volátil Pakistán.

Un aspecto muy interesante en el sur de Asia será ver cómo evoluciona la relación y la colaboración entre Estados Unidos y la India. Nueva Delhi tiene uno de los gobiernos más predispuestos a la colaboración con los estadounidenses que se han visto en los últimos años. Se podría llegar a ver unos mayores grados de apertura comercial y económica de este otro gigante, y que podría tener beneficios en la región.

Puede parecer un poco optimista, pero si Pakistán ve beneficios en este hipotético escenario, podría dejar de ver a Afganistán como su clave para obtener la profundidad estratégica frente a India.

Parece que el presidente Obama mantendrá su política asiática con un discurso de cooperación económica con China pero atentos a cualquier aumento de las tensiones territoriales. La clave será ver si lo que sucede en otros escenarios (Oriente Medio, Afganistán, el rol que finalmente pueda asumir India,...) tiene una verdadera repercusión en este pivote estratégico.