China: el poder del monopolio sobre las tierras raras

China: el poder del monopolio sobre las tierras raras

Normalmente nos fijamos en las implicaciones geopolíticas del consumo de materias primas como los hidrocarburos, pero el desarrollo tecnológico del siglo XXI ha supuesto que estos elementos pasen a ser más valiosos que el oro.

Las tierras raras son recordadas por algunos de nosotros como aquella parte extraña de la tabla periódica de los elementos. Pero lo cierto es que se trata de 17 minerales estratégicos para la economía actual, ya que son fundamentales para el desarrollo y fabricación de productos de alta tecnología: desde smartphones hasta sistemas de guía de misiles, pasando por elementos para la producción de energías renovables o GPS. Este mercado fundamental para la economía global tiene un claro dominador: China.

Normalmente nos fijamos en las implicaciones geopolíticas del consumo de materias primas como los hidrocarburos, pero el desarrollo tecnológico del siglo XXI ha supuesto que estos elementos pasen a ser más valiosos que el oro.

 

Muestra de tierras raras. Fuente: Wikimedia.

Así que no es muy difícil imaginar que los temerosos del auge de la República Popular teman este control sobre un sector tan estratégico. Entrando en detalles. China controla alrededor del 95% de la producción mundial y dispone del 23% de las reservas mundiales del planeta (tal y como reconoció en un informe de junio, aunque hasta entonces, Estados Unidos le adjudicaba el 36%).

Esta posición hegemónica en el mercado ha despertado enormes críticas porque las autoridades de Beijing han decidido poner cuotas a las exportaciones, y porque desde hace tiempo vienen reduciendo el volumen de exportaciones. Según alegan, con estas medidas intentan contener la explotación masiva de sus minas -principalmente situadas en la Región Autónoma de Mongolia Interior- y así evitar graves daños medioambientales. Aunque se ha recriminado a las autoridades chinas que la explotación de los yacimientos provoca graves daños a las poblaciones cercanas y fomenta cierto mercado negro.

 

Los motores híbridos necesitan tierras raras para su fabricación. Fuente: Wikimedia.

Pero a nadie se le escapa que esta política restrictiva había provocado fuertes subidas anuales de las tierras raras que habían visto como sus precios crecían a ritmos frenéticos. Por ejemplo, el Lantano (un superconductor clave para la producción de motores híbridos como los del Toyota Prius) o el Neodimio (con amplias aplicaciones desde equipos de sonido hasta sistemas para guiar bombas) han visto cómo su valor podía doblarse o triplicarse, tal y como señala este informe del banco ABN AMRO.

Aunque China haya alegado que su actitud está en el marco de las normas de la Organización Mundial del Comercio; Estados Unidos, Japón, la Unión Europea y Canadá han presentado una reclamación ante este organismo por la imposición de estas cuotas a las ventas de tierras raras en el extranjero.

 

Las tierras raras tienen numerosas aplicaciones en la industria armamentística. Fuente: Wikimedia.

Finalmente, el pasado 22 de agosto ante la presión internacional, y en especial porque la Organización Mundial del Comercio (OMC) anunció la apertura de una investigación, China anunció un aumento de las exportaciones de estos materiales en un 2,7%. La primera vez que se anuncia un incremento desde el año 2005.

Como se puede ver la importancia económica y tecnológica de las tierras raras en la economía globalizada es indiscutible. Para comprender el escenario de manera global debemos completar el dibujo con las implicaciones geopolíticas de esta posición de dominio de China.

Den Xiaoping fue el primero que pronosticó la enorme importancia de estos materiales para su país y lo explicó así: "Hay petróleo en Oriente Medio, y hay tierras raras en China". Pero la ventaja de Beijing sobre las petromonarquías del Golfo es que no necesitan la tecnología occidental para extraer y comercializar estas preciadas materias.

 

Vista satelital de la mina californiana de Mountain Pass, uno de los centros productores más grandes fuera de China. Fuente: Wikimedia.

Las comentadas polémicas en el seno de la OMC han hecho que algunos hablen de que China utiliza su posición hegemónica en un mercado tan sensible para librar una guerra comercial cuando le interese. En la línea de lo comentado en mi anterior post sobre las disputas entre Beijing y Tokio, The New York Times advirtió en el otoño de 2010 de un embargo chino de las exportaciones de tierras raras a Japón, en represalia por la detención de un pesquero por patrulleras niponas en aguas disputadas. Aunque Beijing y Tokyo negaron que fuera un bloqueo y enmarcaron las restricciones en medidas tomadas antes del incidente.

La primacía de la República Popular es tal, que hasta el Pentágono depende de estas importaciones. El Departamento de Defensa ha presentado un plan para que a partir del año que viene sus suministros de estos materiales se hagan de fuentes norteamericanas. Esto sería posible gracias a la reapertura de la mina de Mountain Pass en California.

Tanto Estados Unidos, como la Unión Europea y Japón buscan fuentes alternativas de suministro, o aplicar políticas de reutilización de materiales que realmente sean eficientes. Rusia dispone de un 19% de las reservas mundiales seguida de Estados Unidos (13%) y Australia (entre un 3% y un 5%, según la fuente consultada). El problema es que aún no se han puesto en marcha algunas explotaciones porque son yacimientos en lugares de difícil acceso -por ejemplo a grandes profundidades en el Pacífico-. También han aparecido nuevos actores en escena, como Mongolia, que según el Servicio Geológico de EE UU podría albergar hasta un 16,77% de los yacimientos planetarios (el baile de cifras es constante) y sería la segunda reserva sólo por detrás de China, y con un sector minero liberalizado que se ha convertido en uno de los grandes atractivos para la inversión extranjera.