Chihuahua, un desierto mexicano donde florece el arte urbano

"Chihuahua es como un rancho gigante", donde lo último que se espera encontrar es arte urbano. Pero nada más lejos de la realidad: la ciudad mexicana ha sabido explotar el floreciente arte urbano juvenil gracias a dos festivales y a las hazañas de los artistas locales que se arriesgan a pintar en los muros prohibidos de la ciudad.

Jaime Rojo & Steven Harrington

25/01/2016 a las 06:07 Actualizado el 25/01/2017 a las 10:12

"Chihuahua es como un rancho gigante", explica un periodista de la zona, que nos guía por esta ciudad desértica conocida por la carne, el queso, el sotol, las botas de vaquero y una clase media que no para de crecer gracias a sus más de 100 multinacionales maquiladoras dedicadas a la industria aeroespacial, médica y automovilística.

Se supone que la comparación con un rancho intenta darle un toque acogedor, pero también sirve para dejar claro que esta ciudad de casi un millón de habitantes puede parecer un pueblo. Es la capital del Estado más grande de México, con el que comparte nombre. Y sí: esos perros diminutos tienen su origen aquí, igual que Pancho Villa y su rancho, que se puede visitar.

No es la típica ciudad en la que se espera encontrar arte urbano y, aun así, el ayuntamiento tiene dos plantas llenas de murales del pintor mexicano Aarón Piña Mora, y a unas pocas manzanas es fácil toparse con más pinturas por las polvorientas calles, donde se aprecia un tono más internacional.

Paola Delfín. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Aunque se considere más bien conservadora, Chihuahua ha sabido explotar el floreciente arte urbano de jóvenes gracias a dos festivales artísticos organizados en la ciudad -Ruta en 2013 y Centrópolis en 2014- y a las hazañas estilísticas de los artistas locales que se aventuran a pintar en otros muros de la ciudad donde no está permitido.

Paola Delfín. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Los lugareños solían referirse a estos dibujantes sin permiso como "cholos", un término despectivo que incluye un matiz delictivo. Hoy en día, no es tan fácil despreciar esta oleada de artistas de las calles, ya que muchas ciudades de Europa y Estados Unidos buscan e invitan a artistas callejeros y pintores de murales para renovar el aspecto de un barrio o para atraer a los jóvenes al centro de las ciudades.

"El arte urbano siempre se ha considerado como una forma de vandalismo, pero la perspectiva de la gente con respecto al grafiti y al arte urbano está cambiando gracias a estos festivales, que congregan a artistas visuales en calidad de invitados especiales", explica Ivonne Dalila Miramontes, una conservadora de museos y fotógrafa que estudió en la facultad de artes de la Universidad Autónoma de Chihuahua y que actualmente es profesora de arte visual en un instituto.

Paola Delfín. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

"Se trata de una diferencia sutil, pero es importante porque ahora los nuevos murales contienen un significado y la gente ya no percibe el arte en las calles como vandalismo. Ha supuesto una buena oportunidad para que los artistas de la zona se expresen y se les reconozca como tal".

Se pueden ver murales en paredes abandonadas, grafitis de la vieja escuela junto a carteles de campañas políticas y anuncios de talleres cercanos a algunas carreteras de Chihuahua.

También pueden encontrarse pinturas que nadie ha encargado de carácter figurativo, o mínimamente abstractas o incluso, de vez en cuando, obras cuyo potencial sólo podrán disfrutar los más sensibles para el arte. De repente parece que haya surgido una gran cantidad de arte urbano. ¿Es un movimiento, señal de un futuro renacimiento del arte y de la cultura, como hemos visto en muchas otras ciudades, o se trata de un afloramiento con fecha de caducidad?

Adán Estrada, "El Disko". Chihuahua (México). (Foto © Jaime Rojo)

"Es fantástico poder trabajar en distintas ciudades", afirma Paola Delfín, miembro de esta nueva estirpe de artistas urbanos mexicanos, que ha trabajado en festivales internacionales invitada por los organizadores en Miami, Puerto Rico o Brasil, o incluso Berlín.

"Disfruto observando el impacto que tiene este tipo de trabajo en las personas y en su entorno. Al venir de Ciudad de México, donde el arte -especialmente el muralismo- cuenta con una historia importante, me entusiasma trabajar en ciudades nuevas. Algunas como Berlín también han tenido mucho recorrido en el arte, el muralismo o el arte urbano, así que allí la gente está más acostumbrada a este tipo de obras".

HidroC. Chihuahua (México). (Foto © Jaime Rojo)

Las obras de Delfín, centradas en las mujeres, se realizaron durante el Festival Centrópolis de Chihuahua. En una de ellas se puede ver a una figura monocromática de mujer envuelta en sus rizos a modo de olas sobre una pared algo deteriorada. En la otra, Delfín experimenta con una técnica más realista: es una chica levitando, quizá para recordar el realismo mágico de la literatura latinoamericana, cuyo principal exponente fue Gabriel García Márquez, que precisamente escribió muchas de sus grandes obras en Ciudad de México, donde vivió durante dácadas.

"'Susana', la chica moderna que levita, está basada en una mujer que conocí en el festival", desvela Delfín. "Ayudaba mucho a todos los artistas y a mí me ayudó un montón. Me gusta retratar a personas que han tenido algún tipo de efecto en mi vida, así que le pregunté si la podía utilizar como modelo".

Delfín afirma con serenidad que esta obra hace referencia a ese peligroso comercio que se ha llevado a tantas jóvenes a la frontera, a unas cuatro horas de Chihuahua.

"Dibujé a 'Susana' durmiendo. Está esperando a despertarse y a encontrar algo de paz a su alrededor. Para mí representa a las jóvenes de la frontera". Algunas obras tocan temas sociales, y otras tienen un trasfondo más político.

CRON. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Para Bebo, un artista mexicano que ha plasmado sus característicos zorros de líneas abstractas en numerosas ciudades al norte y al sur de la frontera, su trabajo es alegórico (aunque la mayoría no percibirá toda la fuerza de su propósito). "Principalmente dibujo zorros. Creo que en la cara de un zorro se puede ver la diversidad física, pero también me gusta su personalidad: juguetona y con un aire mítico a la vez".

"No puedo ignorar esta realidad política absurda en la que nos encontramos. Da la sensación de que todo el país es un campo de batalla", explica al hablar de las cinco obras que realizó en Chihuahua en 2014. "Mis trabajos no pueden reflejar esta realidad, pero sí quieren cambiarla. Se trata de un acercamiento meramente metafísico. Utilizo la imaginación para luchar contra la ignorancia. Utilizo la esperanza para luchar contra el terror. Me gusta ofrecer un camino diferente".

Eldeini. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Su camino hacia Chihuahua lo abrió Félix Lugo, un artista de la zona y conservador de museos independiente que congregó a los artistas urbanos en el Festival Centrópolis. Este festival duró tres días, ofreció conciertos, representaciones teatrales y eventos culturales tradicionales, y acogió a 100.000 personas, según los organizadores. Aunque no todo el mundo fue a ver los murales, Lugo cree que una pared con un mural siempre es mejor que una pared vacía.

"Pinto para abrir un diálogo en las calles", afirma Bebo. "Es como una ventana que se abre al cambio en una ciudad y que a la vez conecta a la gente entre sí".

Ovrlnds and DISKO. Chihuahua, Mexico. Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

En este artículo ofrecemos imágenes de algunas de las obras que quedan de los festivales y de otras nuevas que se acaban de descubrir. También mostramos un lugar abandonado al norte de la ciudad donde se pueden encontrar las obras más convencionales de los grafiteros.

Quién sabe si esta cálida y seca ciudad será capaz de apoyar a la nueva generación de artistas creativos que recorren todo el mundo para atraer a los amantes del género... Lo que sí podemos asegurar es que en algunos cafés, e incluso en un par de galerías, ya se ha empezado a exponer este arte.

Ovrlnds y Disko. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

"Veo un futuro prometedor en un festival de arte urbano y de murales", afirma Miramontes a la vez que revela que a los artistas les motivó la atención que estaban recibiendo las artes plásticas.

"Me hizo darme cuenta de que la gente de mi ciudad se toma el arte en serio. Además, los murales son lo único que queda después de los festivales y, cuando veo alguno, me acuerdo de haber estado con los artistas mientras trabajaban y de haber visto cómo mis amigos, familiares y vecinos han disfrutado de esta forma de arte. Necesitamos a más gente que se interese por este ámbito para poder conseguir que este tipo de arte forme parte de nuestra comunidad".

La Nueva Miscelánea. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Santorini. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Medusa. Detalle. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Medusa. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Colectivo Cholula. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Colectivo Cholula. Detalle. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Mil Amores. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Mil Amores. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

Clasicco. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

BEBO. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

BEBO. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

BEBO. Chihuahua (México). Festival Centrópolis 2014. (Foto © Jaime Rojo)

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El post se publicó con anterioridad en la edición estadounidense de 'The Huffington Post' y ha sido traducido del inglés