Son ustedes los que escrachan al pueblo

Son ustedes los que escrachan al pueblo

Criticar, señalar, pitar en el portal de un político, no es violencia, es pura protesta. Es legal. Pacífico. No usan armas, sólo pegatinas. Es desobediencia civil, jarabe democrático prescrito por el pueblo. Los tachan de violentos, los señalan como terroristas, y pretenden que nos quedemos mirando el dedo. Vuelven a equivocarse: ellos no son los violentos.

Señores gobernantes y autoridades:

Criticar, señalar, pitar en el portal de un político, no es violencia, es pura protesta. El escrache es sólo otro paso, que suma, y que parirá otras acciones.

Es legal. Pacífico. No usan armas, sólo pegatinas. Es desobediencia civil, jarabe democrático prescrito por el pueblo.

Ustedes y sus voceros los tachan de violentos, los señalan como terroristas, y pretenden que nos quedemos mirando el dedo. Vuelven a equivocarse: ellos no son los violentos.

Ustedes han intentado criminalizar desde siempre el movimiento social y la conciencia colectiva. Les asusta.

Primero fueron "perroflautas", poco tiempo después eran "antisistema violentos". Lo modularon y les llamaron "violentos antisistema". En Cataluña usaron un helicóptero, para decirlo más alto.

También dijeron que los manipulaban, pero sus señorías les hacían guiños cuando les convenía. "El pueblo cuando quiere, puede", decía Esteban González Pons llamando a la Primavera Española.

Pero les dolía la presencia de los indignados en la Puerta del Sol. Para Ustedes siempre fueron el enemigo.

Usaron un arsenal de golpes, denuncias y detenciones pero no pudieron callarlos. Vencieron su miedo con la palabra, entonces fueron bautizados como tipo específico de delincuencia.

Pero ahora dicen que son terroristas, o lo que es peor aun: nazis simulando la Kale Borroka en diferido.

Autoridades y voceros, son ustedes los que escrachan al pueblo.

Ustedes hacen posible que una sentada sea un atentado, que una reunión en el retiro parezca un delito, o que en el uso de un derecho seas sospechoso, apaleado o detenido. Señora Autoridad: el escrache no es violento.

Violencia son sus mentiras y sus decisiones, exigencias de los mercados que nadie ha votado, para rescatar bancos de forma preferente, a cambio de hambre, de sufrimiento, y de la desesperación de millones de ciudadanos.

Violencia es que un solo jubilado tenga que elegir entre comer o medicarse.

Violencia es que un solo joven sea empujado a marcharse.

Violencia es no tener futuro... Violencia es un desahucio.

Violencia es arrancar de su casa a un niño por la fuerza, derribando su puerta.

Violencia es condenarle a la indigencia, por cuadrar sus cuentas.

Violencia es valerse de su estatus para verter calumnias y amenazas.

Señores y señoras del Gobierno, violentas son sus palabras. Nos quieren callados, nos quieren con miedo, y se equivocan.

Señores gobernantes: la Administración debería velar por los más necesitados, no reprimirlos.

Ustedes permiten que miles de familias, en una situación de necesidad, pasen a la marginalidad, a la de pobreza extrema, cuando su obligación sería evitarlo.

Por obediencia a los banqueros ordenan desahucios, y por obediencia debida y sumisa se ejecutan, condenan a la miseria a miles de familias, aunque haya miles de casas vacías. Ustedes no tienen la capacidad de entender el sufrimiento de un desahuciado, menos aun sentirlo.

Tienen como valor supremo el dinero y el poder; cualquier otro les parece demagogia. Señorías, también existen la honradez, la integridad y el respeto.

Y ustedes no son el ejemplo.

La Plataforma de Afectados por la Hipoteca lleva peleando cuatro años por un derecho universal, que se les niega a los más desfavorecidos, una vivienda digna.

Son ejemplo de solidaridad, de conciencia, de dignidad.

Son el ejemplo de la lucha pacífica, el dibujo de una R-EVOLUCION.