Como especialista en trastornos alimentarios, me preocupa la película de Netflix 'Hasta los huesos'

Como especialista en trastornos alimentarios, me preocupa la película de Netflix 'Hasta los huesos'

Netflix/Youtube

La nueva película de Netflix, Hasta los huesos, se inicia con una frase de advertencia que reza: "Esta película fue creada por y con personas que han sufrido trastornos alimentarios e incluye caracterizaciones que podrían herir la sensibilidad de algunos espectadores".

En parte es cierto que algunos de los elementos más realistas de la película podrían ser incitantes para las personas que padecen trastornos alimentarios (y para aquellas con predisposición genética a desarrollar estos trastornos), pero además hay muchas escenas que, directamente, solo perpetúan estereotipos peligrosos sobre los trastornos alimentarios y su curación.

La película, escrita y dirigida por Marti Noxon y protagonizada por Lily Collins y Keanu Reeves, plasma la lucha de una joven con anorexia. Ha generado una gran controversia, especialmente en lo que respecta a la curación del trastorno alimentario y el tratamiento de la comunidad médica.

Creo que la película tenía buenas intenciones. Tanto el director como la actriz principal desvelaron que habían vivido en primera persona algún trastorno alimentario en el pasado y su intención era concienciar a la gente y reducir la vergüenza y el secretismo de quienes se encuentran en esa situación.

Concienciar a la gente sobre los trastornos alimentarios y reducir la vergüenza y la estigmatización que sufren quienes buscan ayuda es algo fundamental. Es uno de los aspectos positivos de Hasta los huesos: ampliar el diálogo sobre los trastornos alimentarios y la búsqueda de tratamiento.

Sin embargo, como psiquiatra especialista en trastornos alimentarios, me preocupa más el modo en que se plasma la anorexia en esta película y el efecto que puede producir en la gente.

Soy consciente de que muchas veces las personas con estos trastornos tratan de convencerse de que "no están lo suficientemente enfermas como para necesitar ayuda". Es una idea muy frecuente entre quienes padecen estas enfermedades. El problema de esta película es que perpetúa los estereotipos de que las personas con trastornos alimentarios están siempre visiblemente demacradas.

La película también insiste en subrayar la frágil apariencia de la joven Ellen, con primeros planos de su columna vertebral y otra escena en la que se quita la ropa para mostrar su demacración. Por lo tanto, tengo miedo de que algunas personas vean esta película y piensen que, como no están "tan delgadas" como Ellen, no necesitan empezar ningún tratamiento.

También me preocupa que esta película eduque a los espectadores en general en esta línea. Por ejemplo, hay mucha gente con trastornos alimentarios cuyos amigos, familiares y terapeutas les han dicho frases tan dañinas como "no parece que tengas anorexia".

No se puede adivinar quién está sufriendo un trastorno alimentario solo por su aspecto.

Es importante que todo el mundo comprenda que los trastornos alimentarios (incluida la anorexia) pueden afectar a gente de cualquier talla y aspecto. Puedes tener un "peso normal" o incluso "sobrepeso" (no me gustan esos términos, pero los utilizo para hacerme entender) y estar sufriendo un importante trastorno alimentario.

No se puede adivinar quién está sufriendo un trastorno alimentario solo por su aspecto. Son una de las pocas enfermedades mentales cuya gravedad se suele juzgar por el aspecto físico, pero realmente, da igual la apariencia del cuerpo, todos los que sufren este tipo de trastornos necesitan y merecen tratamiento y apoyo.

En la película también aparece una mujer más grande. Y, por supuesto, se la representa con un trastorno alimentario por atracón. Una vez más, esta representación está perpetuando el estereotipo de que se puede deducir el trastorno alimentario de una persona por el aspecto de su cuerpo, algo rotundamente falso.

Siento una gran compasión por la directora, ya que es muy complicado hacer una película sobre la anorexia sin embellecer la enfermedad.

Sin embargo, el problema es que la protagonista, Ellen, es cautivadora, glamurosa y "guay" pese a estar lidiando con una enfermedad mortal. La anorexia no es Lily Collins con los ojos perfectamente maquillados mirando taciturna por la ventana, soltando chistes sarcásticos y disfrutando de escapadas con amigos y familiares.

Los trastornos alimentarios no son glamurosos, son una desgracia y pueden llegar a ser mortales.

La anorexia suele ser tan deprimente que no te permite salir de casa. Muchas veces te aísla de amigos y familiares porque te da miedo estar rodeado de comida. Es pensar a todas horas en comida mientras sufres una terrible ansiedad. En algunos casos, con caída del pelo, bajo ritmo cardíaco y osteopenia (y aunque no sufras estos problemas de salud, igualmente es recomendable buscar tratamiento). Es una voz en la cabeza gritándote continuamente. Es sentirte acorralado. Es ser incapaz de encontrar placer en las cosas de la vida. Es convertirte en una sombra de lo que eras.

Aunque la película trata de mostrar algunas de estas complicaciones, es fácil darse cuenta de cómo para aquellas personas con predisposición genética a sufrir estos trastornos puede ser un "modelo a seguir".

Los trastornos alimentarios no son glamurosos, son una desgracia y pueden llegar a ser mortales. Si estás sufriendo uno, tienes que buscar ayuda.

Creo que los creadores de la película intentaron subrayar que la anorexia no consiste simplemente en "querer estar delgada" y que puede tener un efecto devastador en los familiares, y esa intención está muy bien.

No obstante, la película dejó pasar la ocasión de profundizar y ofrecer una impresión real de las causas subyacentes de la enfermedad (no se menciona la genética ni una sola vez), así como de mostrar cómo se curan realmente los trastornos alimentarios.

Además, el método que se utiliza para su tratamiento no es para nada realista. Por ejemplo, la mujer con el trastorno por atracón se come un bote entero de crema de cacahuete en todas sus comidas. A los pacientes se les permite elegir su propia comida y apenas parece haber supervisión. Tampoco se muestran demasiados detalles de la terapia de Ellen y su recuperación. Quizás habría sido de utilidad subrayar ese aspecto, ya que, tal y como se muestra en la película, solo consigue extender una visión errónea del tratamiento y la recuperación.

Aunque no aparece casi ninguno de los métodos reales de las terapias, sí que se muestran numerosos "trucos" que se suelen emplear. Aparecen también recuentos de calorías, referencias a los "pesos más bajos" y una gran variedad de comportamientos típicos de personas con trastornos alimenticios que no describiré para no alarmar a nadie.

Este tipo de cosas pueden ser el detonante en aquellas personas con predisposición genética a desarrollar trastornos alimentarios, y solo por eso, tengo mucho cuidado con el impacto que pueden tener las palabras.

Lo que es aún peor: en un momento determinado, el doctor le sugiere a la familia de Ellen que le dejen "tocar fondo" (un malísimo consejo, y además, ¿dónde está el "fondo" exactamente?) y le dice a Ellen que no le interesa intentar curarla si ella misma no muestra el mismo interés por ponerse bien. Si las personas con trastornos alimentarios esperaran hasta "querer ponerse bien" para buscar ayuda, nunca lo harían. Una parte de la enfermedad consiste en la incapacidad de ver cómo de enfermo estás.

La película tampoco proporciona ningún recurso para aquellas personas que deseen buscar ayuda, con lo sencillo que habría resultado añadir al final de la película una referencia a alguna asociación de ayuda contra los trastornos alimentarios.

Pensaba que la película me iba a encantar, dado que es mi pasión trabajar con personas que padecen trastornos alimentarios. Sin embargo, ni siquiera me pareció interesante. Explota un montón de estereotipos trillados sobre las personas con trastornos alimentarios y, aunque la protagonista es carismática, el argumento es bastante flojo.

En último lugar, aunque me alegro de que haya hecho resurgir el tema de los trastornos alimentarios, no creo que haya aportado nada nuevo o útil.

Si crees que tú o alguien a quien conoces está sufriendo algún trastorno alimentario, es muy importante que busques ayuda profesional. Buscar ayuda cuando lidias con la enfermedad es una señal de fortaleza, no de debilidad. Nadie tiene por qué pasar por esto en solitario.

Aquellas personas con anorexia que recurren a ayuda profesional pueden curarse y recuperar una vida normal repleta de metas. Sí, es posible recuperarse completamente.

Puedes contactar con Jennifer a través de su página web: www.jenniferrollin.com

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Estados Unidos y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.

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