Ciudadanos = Partido Popular

Ciudadanos = Partido Popular

Ciudadanos es una suerte de continuo acto orwelliano de doblepensar, esto es, decir una cosa y la contraria a la vez. Sin embargo, de todos los movimientos políticos que ha hecho el partido de Albert Rivera, sin duda alguna, este es el más natural de todos: coaligarse con el Partido Popular.

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Rajoy y Rivera, momentos antes de su reunión en el Congreso.

Ciudadanos es una suerte de continuo acto orwelliano de doblepensar, esto es, decir una cosa y la contraria a la vez. Sin embargo, de todos los movimientos políticos que ha hecho el partido dirigido por Albert Rivera, sin duda alguna, este es el más natural de todos: coaligarse con el Partido Popular.

Y es que no hay que irse muy lejos para entender lo que representa Ciudadanos. Se trata, en primer lugar, de un partido que se sirve de un nacionalismo español rancio, tan caduco como extemporáneo, para intentar evitar cualquier tipo de avance en la reivindicación nacionalista catalana. Negado el problema, negada la solución, y lo único que se propone como factible es revertir la situación en una suerte de modelo territorial por completo irrealizable.

La hemeroteca nos nutre de imágenes de multitud de actos políticos en los que ha coincidido con plataformas netamente fascistas, como la Falange Española de la JONS, España 2000, los nazis de Casal Tramuntana o los ultraderechistas de Libertas, no hace tanto tiempo compañeros de campaña electoral en las europeas de 2009. He ahí la primera coincidencia con un Partido Popular consabido amigo del franquismo. Basta recordar, entre muchas, cuando en 2013 el ahora ministro del Interior en funciones, Jorge Fernández Díaz, señalaba que los actos de homenaje a la División Azul en Cataluña, financiados por la Delegación del Gobierno, eran un ejemplo de "reconciliación histórica".

Y es que, aunque Ciudadanos parezca representar diferencias en el espectro ideológico conservador, asumiendo elementos más puramente neoliberales en lo económico y cediendo el conservadurismo social y cultural al Partido Popular, la verdad es que tampoco esto queda tan claro. Acuérdense cuando, a finales del año pasado, el propio Rivera reconocía que el matrimonio entre personas del mismo sexo -por no hablar ya de la adopción- generaba tensiones innecesarias. Tensiones que, igualmente, invitaban a relativizar un aspecto tan preocupante como el de los feminicidios o que posicionaban al partido en proximidad a quienes, parroquiales al extremo, criminalizan el aborto. Obviamente, sobre esta cuestión hay poco que añadir al Partido Popular -partido por antonomasia racista, machista y clasista como ninguno del espectro ideológico español.

Las seis condiciones que ha planteado Rivera para apoyar al Gobierno de Rajoy representan, en esencia, la máxima lampedusiana de cambiar para que nada cambie.

Tercera similitud: neoliberalismo a ultranza. Se hablaba esta semana de las discusiones que adelantarán De Guindos y Garicano. Discusiones, intuyo, por llamarlo de algún modo. Ambos partidos, Ciudadanos y el Partido Popular, hablan el mismo idioma en lo económico. Desregulación del mercado, precarización del empleo, privatización de derechos y regresividad fiscal. Dicho de otro modo, asunción del modelo neoconservador enemigo del estado de bienestar, en el que los ciudadanos pasan a ser desnaturalizados como clientes. Vamos, que el que quiera derechos, o mejor dicho, servicios, que los pague si puede. Obviamente, todo, con un trasfondo de cariz comunitarista donde, si además eres extranjero -sin papeles-, te criminalizan y te despojan de cualquier atisbo garante o protector.

Y es que, finalmente, las seis condiciones que ha planteado Rivera para apoyar al Gobierno de Rajoy representan, en esencia, la máxima lampedusiana de cambiar para que nada cambie. Transformación aparente para que gobierne el mismo. Para que gobierne lo mismo. Para que gobierne, en el fondo, quien mejor personifica a carta cabal principios compartidos como reducción del gasto público, flexibilización del mercado laboral, incremento del gasto militar, criminalización de la protesta social, además de una misma idea de nación española.

Dicho de otro modo, este puede ser, de todos, el acto más coherente políticamente que ha hecho Ciudadanos en los últimos meses. Esto porque, ya se sabe, Ciudadanos = Partido Popular.