Capítulo LXV: El superhéroe
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Capítulo LXV: El superhéroe

Mister Proper, que como cada mañana después de su regreso había ido a visitar la tumba de su exnovio, se volvió para descubrir a un hombretón de físico impresionante, que iba embutido en un mono azul de superhéroe.

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Nuestra historia ha terminado. Ya sabemos quién fue el asesino de Mimosín: el Corderito de Norit. Mister Proper lo descubre y le envenena. Por fin se ha hecho justicia.

- Debías de quererle mucho -oyó decir a una voz a sus espaldas.

Mister Proper, que como cada mañana después de su regreso había ido a visitar la tumba de su exnovio, se volvió para descubrir a un hombretón de físico impresionante, que iba embutido en un mono azul de superhéroe.

- ¿Te conozco? -le preguntó.

- No, perdona mi atrevimiento, es que trabajo aquí y te he visto varios días seguidos venir a poner flores sobre la lápida.

- Sí, bueno, él y yo estábamos muy unidos... -contestó el calvo con un deje de melancolía.

- Pues era un tipo afortunado -replicó el otro mirándole con insistencia.

- ¿Y dices que trabajas aquí? -inquirió Mister Proper. Le empezaba a picar la curiosidad.

- Soy el jardinero. Me eligieron prácticamente a dedo, en cuanto llegamos a Marketinia. Dijeron que los personajes de la publicidad teníamos un miedo visceral a la muerte, un pavor muy superior al que le tienen el resto de los humanos, será porque la mayoría nos creemos inmortales. De modo que para trabajar en el cementerio había que ser algo así como un superhéroe. Se lo puse a huevo.

- ¿Y por lo que veo te van los tíos? -comentó el friegasuelos con una sonrisa pícara.

- Bueno, ¿de qué te extrañas? -contestó el Superhéroe ruborizándose un poco- ¿No te acuerdas de aquella serie que se llamaba A dos metros bajo tierra? El protagonista tenía una funeraria y era maricón perdido. Oye, hace un poco de frío, ¿te apetece un café? En el bar del tanatorio ponen unos churros de muerte.

- ¿De muerte? -río Mister Proper.

- Sí, bueno, supongo que era un chiste fácil.

- Me encantan los chistes fáciles -respondió alegremente cogiéndole del brazo-, vamos a probar esos churros de muerte.

- Por cierto, yo me llamo Boomer, ¿y tú?

- Don Limpio... pero puedes llamarme Mister Proper.

Era tan suave es una novela por entregas. Puedes consultar los anteriores aquí.