El nuevo Renault Clio: la resurrección

El nuevo Renault Clio: la resurrección

Van der Acker define 6 épocas en la vida de un hombre en relación con el automóvil: las etapas del amor, la aventura, la familia, la profesional, el regreso a la juventud y la jubilación. El nuevo Clio es el modelo con el que se responde a las necesidades de este primer pétalo de la flor de la vida.

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Comienza a venderse en estos días el nuevo Renault Clio. Hay tantas cosas que contar de este coche, que verdaderamente no sabemos por donde empezar. Así que vamos a situarnos en el año 2009 cuando se pone al frente del diseño de la marca el holandés, Laurens van der Acker, que con 44 años de experiencia en Audi, Ford y Mazda, venía a sustituir al histórico Patricq le Quement. Este holandés pone a Renault "patas arriba" y enuncia su teoría o estrategia denominada "flor de la vida", en la que define 6 épocas en la vida de un hombre en relación con el automóvil: las etapas del amor, la aventura, la familia, la profesional, el regreso a la juventud y la jubilación. Para cada uno de estos "pétalos" Acker ha diseñado, o va a diseñar un concept-car que servirá de base para el definitivo desarrollo de una gama o una familia de modelos.

Pues bien, el nuevo Clio es el modelo con el que se responde a las necesidades de este primer pétalo de la flor de la vida. Se deriva del concept-car Dezir, y con el nuevo frontal, se estrena el elemento identificador de todos y cada uno de los modelos de Renault, que irán apareciendo en los próximos años. Por eso decimos que se inicia una nueva etapa en la marca, en la que realmente se juegan su subsistencia.

El Clio es el heredero de aquel R-5 de 1972 que también fue absolutamente transcendental para Renault, que por entonces era propiedad del estado francés y que con el R-5 asumía la responsabilidad de motorizar a la joven burguesía, que había dejado abandonado sobre los adoquines de Mayo del 68, al poco útil Citroën 2CV. El R-5 tenía elevalunas, limpiaparabrisas, calefacción, asientos deslizantes, cuatro marchas, frenos hidráulicos... todo lo que se demandaba ya a un coche moderno; y un parachoques de plástico deformable que iba a ser la gran novedad de la época y que sirvió de elemento determinante para vencer al Seat 127 en la obtención del primer título de Coche del Año en España.

Hubo varias generaciones de R-5 y después de Clio hasta este de 2012, que nada tiene que ver con los modelos precedentes y que incorpora una larga lista de novedades que es imposible resumir en este breve comentario. Nos limitaremos a mencionar algunas de ellas.

En lo que a motores se refiere, hay cinco donde elegir, pero destacamos las dos versiones de 90 caballos; una de gasolina y otra diesel. La de gasolina es un tres cilindros turbo de sólo 900 centímetros cúbicos (casi como el primer R-5 de 1972, que tenía algo menos de 800 c.c. y 36 caballos de potencia) con el que se han conseguido reducir los consumos en más del 20 por ciento.

La experiencia de Renault en la fórmula 1 ha servido para el desarrollo de tecnologías turbo y de reducción de rozamientos que han sido trasladadas a los nuevos motores de serie con notable éxito. Estas reducciones de los consumos son prueba de ello. En el motor diesel también de 90 caballos, los consumos homologados son de 3,2 litros/100 kilómetros, equivalentes a los de un vehículo híbrido, pero a la mitad de precio.

Otro aspecto mecánico interesante es la disponibilidad de cajas de cambio de embrague doble. Aunque los fabricantes se empeñan en denominarlas de doble embrague, toda la vida el doble embrague ha sido una maniobra de conducción que no tiene nada que ver con las cajas automáticas, así que seguiré denominándolas embrague doble, sabiendo que tengo la batalla perdida.

Este sistema (también derivado de la competición) se está imponiendo ya en todos los constructores. Comenzó el grupo Volkswagen con su extraordinaria caja DSG, y luego el grupo Fiat, BMW, Ford... Y ya la inmensa mayoría de los constructores. Cualquiera que haya utilizado una caja de este tipo ya nunca más querrá dar un paso atrás, con una caja manual.

El nuevo Clio ofrece también una caja de embrague doble para sus versiones altas de gama, de gasolina; pero es de esperar que en poco tiempo esté disponible en toda la gama. También en la gama alta dispone de otro elemento interesante, que es el R-Link. Se trata de una tablet de 7 pulgadas integrada en el salpicadero y manejable como todas las tablets, desde la pantalla, o con mandos en el volante y por voz. Tiene todas las funciones que se esperan de una tablet, así como conexión a internet, por lo que hay una gran cantidad de aplicaciones que pueden ser utilizadas: para navegación, información, música, ocio... en definitiva, se abre un abanico de utilizaciones inmenso. Uno de ellos es la posibilidad de conexión a la red Coyote, que permite comunicarse con más de 1,5 millones de abonados en Europa.

Yo hubiese preferido que esta Tablet pudiese meterse en el bolsillo al abandonar el coche y seguir manejándola en casa o en el trabajo. Pero de momento esto no es posible.

Los precios son también ajustadísimos, ya que hay un Clio disponible desde menos de 10.000 euros y siempre con una amplia posibilidad de personalización. El Clio nuevo, a precio prácticamente sin cambiar, supera en todos los parámetros al anterior: en capacidad, seguridad, economía y confort. Está fabricado en Turquía, lo que es una originalidad que pone de manifiesto los procesos de globalización de la industria europea, pero no cabe duda de que va a convertirse en una referencia en nuestro mercado.

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