El peatón, el más débil en el tráfico

El peatón, el más débil en el tráfico

Los datos de siniestralidad de los peatones descienden de manera muy significativa, pero notablemente menos que el de otros colectivos relacionados con el tráfico. Asunto por lo tanto que debe ser objeto de atención por parte de los responsables de la seguridad vial.

El Real Automóvil Club de España (RACE) y el fabricante de neumáticos Goodyear han llevado a cabo un intenso estudio sobre los accidentes de tráfico referidos a los atropellos de los peatones y del que se extraen algunos aspectos que todo conductor y todo peatón debe conocer.

Y antes de continuar comentando este importante trabajo, déjenme decir que llevamos 5 meses consecutivos con menos de 100 víctimas mortales (últimos datos cerrados en febrero 2013), y que hasta la fecha y desde que existen series históricas, sólo en el mes de febrero de 2010 se había descendido de esta cifra. La concienciación social de conductores, la mejoría de los elementos de seguridad de los vehículos y la reducción del tráfico por la crisis económica (estimada en más del 20 por ciento en los tres últimos años) son algunos de los aspectos que están produciendo esta mejoría en la seguridad vial.

Volviendo al tema de los atropellos, digamos que siguen siendo uno de los accidentes que más víctimas mortales producen. Todos los datos de este estudio se refieren a cifras cerradas hasta 2011, año en el que fallecieron en España 2.060 personas, de las cuales 380 eran peatones. De estos fallecidos, 222 lo fueron en ciudad (el 48 por ciento de los fallecidos en vías urbanas) y 158 en vías interurbanas, que constituyen el 10 por ciento de los muertos en carretera.

Para ver la evolución de esta trágica cifra baste decir que en el año 2000 el número de peatones muerto fue de 898. Es decir, en 11 años se ha reducido el número de peatones fallecidos en un 57,7 por ciento. Pero es que en este mismo periodo de tiempo, el número de fallecidos no peatones descendió en un 65,6 por ciento. Por lo tanto, se puede afirmar que los datos de siniestralidad de los peatones descienden de manera muy significativa, pero notablemente menos que el de otros colectivos relacionados con el tráfico. Asunto por lo tanto que debe ser objeto de atención por parte de los responsables de la seguridad vial.

Del estudio conjunto del RACE y Goodyear se deducen algunos ítems que recogemos:

  • El accidente de tráfico con mayor índice de letalidad es el de atropello de peatón en carretera. El índice de letalidad es la razón entre el número de fallecidos y el número de accidentes. En carretera, el 15,7 de las persona atropelladas resultaron muertas, 7 veces más alto que el índice en ciudad, que es de 2,2. En resumen: en carretera se producen muchos menos atropellos, pero de consecuencias 7 veces más graves. Naturalmente, la mayor velocidad es la causa de esta mayor letalidad.
  • En carretera, el atropello con mayor peligrosidad se produce cuando el peatón se encuentra reparando un automóvil. El índice de letalidad supera el 35 por ciento, o lo que es lo mismo: una de cada tres personas atropelladas en esta circunstancia, resulta muerta.
  • El 86 por ciento de los atropellos en vías interurbanas se produjo en carreteras convencionales de doble sentido de circulación. En autovías y autopistas el 14 por ciento restante. Estos atropellos mortales se produjeron por las siguientes causas: 67 por cruzar inadecuadamente; 26 circulando el peatón por su derecha; 9 al reparar el vehículo; 9 circulando el peatón por su izquierda; 8 cruzando por lugar señalizado; y 39 en otras circunstancias.
  • En carretera, el grupo de edad con más atropellos, con notable diferencia sobre los demás, es el de los mayores de 74 años, con 36 víctimas mortales. Entre 65 y 74 años, 19 fallecidos; y entre 55 y 64 años, 25 fallecidos. Es decir, hubo que lamentar 70 fallecidos mayores de 55 años, el 47,3 por ciento. Aunque el estudio no hace mención a este porcentaje, teniendo en cuenta la composición de la población en medios rurales, no nos parece que, en valores relativos, indique que la población de más edad esté más expuesta al atropello.
  • En carretera, de los 135 accidentes mortales, 89 atropellos se produjeron en horario nocturno. En vías suficientemente iluminadas solo 11 de ellos. Considerando el mucho más bajo nivel de circulación en horas nocturnas se desprende que durante la noche, las posibilidades de atropello mortal aumentan de manera exponencial.

De estos datos y de muchos otros que se recogen en el informe surge un glosario de consejos que todos debemos tener en cuenta; conductores y peatones:

PEATONES:

  • Utilizar siempre chalecos reflectantes (incluso de día).
  • Circular por el arcén o por la izquierda de la calzada.
  • No hacer movimientos bruscos que confundan al conductor.
  • Aunque el vehículo se detenga ante el paso señalizado, comprobar que ningún otro vehículo suponga un peligro y no se haya percibido de nuestra intención de cruzar.
  • No pasee o corra por vías o calzadas con auriculares.
  • Cruzar sólo por lugares indicados y con perfecta visibilidad de al menos 150 metros de calzada.

CONDUCTORES:

  • En las proximidades de núcleos urbanos, extreme la precaución.
  • Si se detiene para dejar cruzar a un peatón, cerciórese de que otros vehículos que le siguen han percibido su maniobra y no le rebasen, porque podrían no ver al peatón.
  • En caso de avería, descender del coche ya con el chaleco puesto y cerciorándose de que no viene otro vehículo en ninguno de los sentidos. Especialmente, que en el sentido contrario a nuestra marcha, no venga otro vehículo adelantando.
  • Señalar con los obligatorios triángulos reflectantes al menos desde 150 metros de distancia. Delante y detrás en vías de dos sentidos.
  • Estacionar fuera de la calzada y preferiblemente lejos de ella. Si fuera necesario, conduzca a muy baja velocidad con el neumático pinchado y si se ha quedado sin combustible, se pueden recorrer unos metros con el motor de arranque y una velocidad engranada.
  • Utilice los warning y si fuera necesario, las luces de posición.
  • Si espera a un servicio de emergencia, hágalo fuera del coche y en zona segura.