Salvar la cara o... ¡vaya cara!

Salvar la cara o... ¡vaya cara!

No es posible creer que la CUP y Junts pel Sí pacten el inicio de un proceso de constitución de un nuevo Estado y que no hubieran pactado la composición del gobierno y el nombre del presidente encargados de ponerlo en marcha. Si no lo hicieron, están tomando el pelo a los catalanes y al resto de españoles; si lo hicieron y no lo eligen, están esperando a que se pase el plazo.

Cuarto. El Parlamento de Cataluña insta al futuro gobierno a adoptar las medidas necesarias para hacer efectivas estas declaraciones.

Quinto. El Parlamento de Cataluña considera pertinente iniciar, en el plazo de treinta días, la tramitación de las leyes de proceso constituyente, de Seguridad Social y de Hacienda Pública.

Octavo. El Parlamento de Cataluña insta al futuro gobierno a cumplir exclusivamente las normas o los mandatos emanados de esta Cámara.

Lo de arriba es parte de la resolución aprobada el pasado lunes 9 de noviembre por el Parlamento catalán, firmada por Junts pel Sí y por la CUP.

Nadie debería estar más dispuesto a constituir un nuevo gobierno en Cataluña que los firmantes de esa resolución, para que los mandatos contenidos en la misma no sean papel mojado.

Si se insta al futuro gobierno a cumplir exclusivamente las normas emanadas de la Cámara parlamentaria catalana y a presentar, en el plazo de treinta días, dos leyes, la de Hacienda Pública y la de Seguridad Social, y se insta a que ese nuevo gobierno adopte las medidas necesarias para hacer efectivo el inicio del proceso de creación de un Estado catalán independiente, pero los firmantes no llegan, en la sesión de investidura, a un acuerdo para elegir presidente, una de dos: o no quieren elegirlo para que no se pueda cumplir la resolución aprobada, o aprobaron la resolución sabiendo que no iban a elegir a ningún presidente y, por lo tanto, a ningún nuevo gobierno. Y muerto el perro, se acabó la rabia.

No es posible creer que la CUP y Junts pel Sí pacten el inicio de un proceso de constitución de un nuevo Estado que debe poner en marcha el nuevo gobierno, y que no hubieran pactado la composición de ese gobierno y el nombre de su presidente.

O no quieren elegirlo para que no se pueda cumplir la resolución aprobada, o aprobaron la resolución sabiendo que no iban a elegir a ningún presidente y, por lo tanto, a ningún nuevo gobierno.

Si no lo hicieron, es que están tomando el pelo a los catalanes y al resto de españoles; si lo hicieron y no lo eligen, es porque están esperando a que se pase el plazo del mes del que habla el punto quinto para que el elegido no tenga tiempo de enviar las leyes que permitirían visualizar que algo nuevo empieza, con las consecuencias derivadas del envío y aprobación de esas leyes secesionistas.

Lo más seguro es que lo tengan todo pactado y que de lo que se trate es de que la CUP, que se define como una organización política y asamblearia de alcance y ámbito nacional que trabaja por unos Países Catalanes independientes, socialistas, ecológicamente sostenibles, territorialmente equilibrados y no patriarcales, trate de aparentar que vota por Mas porque el gobierno catalán que él presida será independiente, socialista, ecológicamente sostenible y no patriarcal.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Nacido en Mérida (Badajoz) en 1948, Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Tomó contacto con el PSOE en el seno de un grupo de estudiantes sevillanos a finales de 1969, afiliándose al Partido en 1976, reorganizando el partido en la provincia de Badajoz y en Extremadura. Elegido secretario general del PSOE en Badajoz en junio de 1979, y secretario general Regional de Extremadura en 1988. Miembro del Comité Federal del PSOE desde 1983, formando parte de la Comisión Ejecutiva Federal de 1994/6, con Felipe González, así como en la de José Luis Rodríguez Zapatero, 2004/8. Elegido diputado al Congreso por Badajoz en la Legislatura Constituyente de 1977 y reelegido en las Elecciones Generales de 1979 y 1982. Artífice del proceso preautonómico en Extremadura que desembocó en la aprobación de su Estatuto de Autonomía, siendo elegido primer presidente autonómico en mayo de 1983, desempeñando dicha responsabilidad durante seis legislaturas consecutivas refrendadas por el electorado extremeño con mayorías absolutas (a excepción de la de 1995 que fue por mayoría simple). Amigo de la desnudez de las palabras y de la lealtad a los principios que emanan del socialismo democrático logró una transformación sin precedentes de la sociedad extremeña durante su gestión, guiado por su concepción del respeto a la diversidad en el marco de la solidaridad y cohesión entre las regiones que integran el Estado. Tras su decisión de no presentarse a la reelección como presidente autonómico en Extremadura, el 29 de junio de 2007 abandona la Presidencia de la Junta, tras 24 años al frente del Gobierno autonómico, retornando a sus funciones docentes en la Universidad de Extremadura. En el X. Congreso Regional del PSOE de Extremadura de julio de 2008, renuncia a presentarse como candidato a la Secretaría General Regional cuya función desempeñaba desde 1988. En el año 2011 impulsó la creación de la Fundación Centro de Estudios Presidente Rodríguez Ibarra, que preside, cuya vocación es fomentar la idea de España en la línea que vino defendiendo en toda su ejecutoria política e institucional y el fomento de vías educativas que rompan inercias del pasado, donde el riesgo, la imaginación y el espíritu emprendedor sean notas distintivas que acompañen el devenir de la sociedad del presente y del futuro.