¿Y si se disculpara o admitiera su error?

¿Y si se disculpara o admitiera su error?

No creo que nadie pretenda ajustar cuentas con Irene Lozano, pero este sería un bonito otoño si Irene Lozano pidiera disculpas a los que nos hemos sentido heridos cada vez que ella o su partido puso en duda nuestra honorabilidad o la decencia del partido socialista de Pablo Iglesias y que, como demuestra su intento de pasar a formar parte de él, eran falsas y calumniosas.

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Foto: EFE

Un partido político no es más que el instrumento del que se vale un nutrido grupo de ciudadanos para intentar conseguir el poder institucional y, desde él, tratar de conformar la sociedad en la que viven de acuerdo a los principios que inspiran su pensamiento y su visión del funcionamiento de esa sociedad. Se milita en un partido para ganar unas elecciones, que es lo que ocurre cuando circulan en la misma frecuencia de onda la mayoría de los electores y el partido que aspira a representarlos.

Ocurre con mucha frecuencia que los ciudadanos tienen aspiraciones que no coinciden con las propuestas que guían la acción política de uno o varios partidos; el resultado es que ese o esos partidos no podrán obtener una mayoría que posibiliten la acción de gobierno para que las ideas se conviertan en realizaciones ajustadas al modelo de sociedad buscado. En ese caso, los militantes tienen la posibilidad de elegir entre varias opciones: unos, los más, no cejan en el empeño y siguen afiliados a la organización que mejor representa y defiende lo que él piensa y siente. Otros, sin embargo, pueden manifestar su decepción abandonando la militancia y dando por terminada su actividad partidaria. En fin, algunos deciden cambiar de colores, pasándose con armas y bagajes al partido rival. En este último caso suele ocurrir que el partido receptor acoge con alborozo al que, combatiendo desde filas enemigas, cruzó la raya, y abrazó la causa del partido que hasta ese momento había sido objeto de sus insidias y juicios irrespetuosos y desconsiderados. No resultaría inverosímil que en estos casos se aplique la máxima evangélica de que "Hay más alegría en el cielo por un pecador que se arrepiente que por cien justos que perseveran".

La diputada de UPyD Irene Lozano parece que va a ser la última pecadora que ha decidido cruzar la frontera y, sin solución de continuidad, pretende pasar de diputada del partido de Rosa, al partido de la rosa. Pero en este caso, la pecadora que dijo cosas tan agradables del PSOE como "En el PSOE da igual el cristal con el que se mira: todo es mentira", "Partido nuevo (UPyD) versus partido viejo (PPPSOE), arriba-abajo, delante-detrás. No es tan difícil, no?", que se pudieron leer en su Twitter cuando, altiva, pensaba que UPyD sería el partido que ganaría las próximas elecciones generales, no parece haber mostrado arrepentimiento por lo dicho con evidente falta de respeto a la historia y a los esfuerzos y sacrificios de los socialistas desde que nació ese partido.

Y no solamente no se retracta, sino que sin ningún pudor declaró a los medios de comunicación cuando se anunció su cambio de bando que "El mismo hecho de querer [el PSOE] contar conmigo es un síntoma de cambio". Modestia se llama lo declarado por quien no es seguro que hubiera dado el paso que pretende dar si los sondeos de hoy hubieran seguido manteniendo el ascenso que las encuestas vaticinaban al partido magenta.

No creo que nadie pretenda ajustar cuentas con Irene Lozano, pero este sería un bonito otoño si Irene Lozano pidiera disculpas a los que nos hemos sentido heridos cada vez que ella o su partido puso en duda nuestra honorabilidad o la decencia del partido socialista de Pablo Iglesias y que, como demuestra su intento de pasar a formar parte de él, eran falsas y calumniosas.

Irene Lozano, como otros antes que ella, demuestra con su gesto que predicar sin dar trigo o sin la menor posibilidad de darlo, conduce a la frustración y a la pérdida del sentido de la realidad. Por ese lado, nada que objetar a su deseo de reforzar a quienes sí tienen la posibilidad de dar el trigo que ella no pudo dar. Pero sería mucho más útil a la causa si tratara de ayudar poniéndose a la cola del pelotón, porque no se le conocen tantos méritos como para ocupar el generalato sin tan siquiera haber hecho la mili.

Algunos nunca estuvimos de acuerdo con premiar tan excesivamente a quienes acuden a nuestras filas para redimirnos y para ofendernos con su ejemplificante presencia.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Nacido en Mérida (Badajoz) en 1948, Licenciado en Filosofía y Letras por la Universidad de Sevilla. Tomó contacto con el PSOE en el seno de un grupo de estudiantes sevillanos a finales de 1969, afiliándose al Partido en 1976, reorganizando el partido en la provincia de Badajoz y en Extremadura. Elegido secretario general del PSOE en Badajoz en junio de 1979, y secretario general Regional de Extremadura en 1988. Miembro del Comité Federal del PSOE desde 1983, formando parte de la Comisión Ejecutiva Federal de 1994/6, con Felipe González, así como en la de José Luis Rodríguez Zapatero, 2004/8. Elegido diputado al Congreso por Badajoz en la Legislatura Constituyente de 1977 y reelegido en las Elecciones Generales de 1979 y 1982. Artífice del proceso preautonómico en Extremadura que desembocó en la aprobación de su Estatuto de Autonomía, siendo elegido primer presidente autonómico en mayo de 1983, desempeñando dicha responsabilidad durante seis legislaturas consecutivas refrendadas por el electorado extremeño con mayorías absolutas (a excepción de la de 1995 que fue por mayoría simple). Amigo de la desnudez de las palabras y de la lealtad a los principios que emanan del socialismo democrático logró una transformación sin precedentes de la sociedad extremeña durante su gestión, guiado por su concepción del respeto a la diversidad en el marco de la solidaridad y cohesión entre las regiones que integran el Estado. Tras su decisión de no presentarse a la reelección como presidente autonómico en Extremadura, el 29 de junio de 2007 abandona la Presidencia de la Junta, tras 24 años al frente del Gobierno autonómico, retornando a sus funciones docentes en la Universidad de Extremadura. En el X. Congreso Regional del PSOE de Extremadura de julio de 2008, renuncia a presentarse como candidato a la Secretaría General Regional cuya función desempeñaba desde 1988. En el año 2011 impulsó la creación de la Fundación Centro de Estudios Presidente Rodríguez Ibarra, que preside, cuya vocación es fomentar la idea de España en la línea que vino defendiendo en toda su ejecutoria política e institucional y el fomento de vías educativas que rompan inercias del pasado, donde el riesgo, la imaginación y el espíritu emprendedor sean notas distintivas que acompañen el devenir de la sociedad del presente y del futuro.