Política y cambio climático

Política y cambio climático

La noticia de que Groenlandia había perdido en cuatro días su capa de hielo superficial en el 97% de su superficie ha causado conmoción. Por qué por más avisos que estamos recibiendo sobre la gravedad del cambio climático, sigue sin haber una reacción política.

La noticia de que Groenlandia había perdido en cuatro días su capa de hielo superficial en el 97% de su superficie ha causado una enorme conmoción en la opinión pública. Al hilo de la misma hay muchas reflexiones que hacer, pero hay una que no me puedo quitar de la cabeza, y es por qué por más avisos que estamos recibiendo sobre la gravedad del cambio climático, sigue sin haber una reacción política de dimensiones equivalentes al tamaño del peligro al que nos enfrentamos.

Desde que en el año 2009 los Jefes de Estado de todo el mundo desaprovecharan la oportunidad de firmar un acuerdo global contra el cambio climático en Copenhague, la cuestión ha desaparecido de la agenda política internacional. Como consecuencia, también ha sido eliminada de las agendas nacionales, incluso -o tal vez con mayor énfasis- en los países emergentes en lo que más crecen las emisiones contaminates: China, India o Brasil.

Lo dijimos en su momento, y ahora debemos insistir: el daño que el fracaso hizo a la lucha global de defensa del Planeta ha sido muy grande. Desde entonces las Cumbres globales de medio ambiente -Cancún 2010, Durban 2011- han pasado tan desapercibidas que apenas se ha hecho referencia a su celebración. Y lo que iba a ser un gran encuentro mundial de fortalecimiento de 20 años de políticas ambientales, Río +20, se convirtió en un tímido encuentro de poca ambición y menores resultados.

El dato de Gorenlandia vuelve a recordarnos que aunque se haya eliminado de la agenda, el cambio climático no ha desparecido. Es dudoso que en otros problemas la estrategia de la cometa -dar cuerda a ver si se resuleve sólo- puedan funcionar, pero desde luego en la materia que nos ocupa nunca va a ser el caso.

El cambio climático es consecuencia de la emisión de gases procedentes en su mayor parte de la quema de combustibles fósiles. Hay otros factores como la destrucción forestal, en especial de los bosques tropicales, o las malas prácticas agrícolas. Pero el problema no va desaparecer si no se le hace frente. Y en este contexto no podemos aceptar la falta de acción política a todos los niveles sobre la cuestión en la que estamos inmersos.

No podemos seguir callados viendo cómo se destruye nuestro Planeta ante los ojos de poderosos políticos incapaces de poner límites a los intereses de los lobbies que se benefician de que nada cambie. Seguir igual no puede ser una opción, y estoy convencido de que el cambio sólo puede venir si hay una acción ciudadana decidida capaz de impulsar Políticas que pongan al medio ambiente en un lugar central. Ninguna crisis puede ser más grave que la que venga si continuamos destruyendo el Planeta en el que vivimos.

MOSTRAR BIOGRAFíA

Juantxo López de Uralde nació en Donostia en 1963 y ha dedicado su vida a la defensa y estudio del medio ambiente. Desde mayo del 2001 hasta 2010 ocupó el puesto de Director Ejecutivo de Greenpeace España. Ha navegado en los barcos de Greenpeace, y participado en muchas de sus campañas más conocidas. Es autor de diversos estudios y de varios libros, el último 'El Planeta de los estúpidos'. Actualmente es diputado de Unidas Podemos por Álava y presidente de la Comisión de Transición Ecológica y Reto Demográfico