El Estado y los abogados cristianos imputan a dúo

El Estado y los abogados cristianos imputan a dúo

No sólo es palpable el clima de tensión generado por parte del Gobierno Popular hacia la libertad de expresión, sino que es evidente el nerviosismo por un cambio en las actuales leyes restrictivas que propicie la crítica ciudadana y su participación en torno a temas que se han sabido esconder y ajustar a su conveniencia bajo una política del miedo.

5c8b10b1250000e203c9f688

Foto: EFE

Como si de una carrera a contrarreloj se tratara, el Gobierno aún en funciones del Partido Popular se ha apresurado a perseguir y condenar cualquier forma de protesta que sobrepase los límites de su moral y su autoridad.

Hace unas semanas, veíamos cómo unos titiriteros eran arrestados y puestos en calabozos por llevar a cabo una obra de teatro donde se satirizaban cuestiones políticas controvertidas, como el terrorismo de ETA, la violencia policial o el abuso de poder. Una crítica social que, por medio de los títeres, buscaba generar un debate y provocar una reflexión más allá de las informaciones generales que se puedan recibir sobre estos temas. Ellos, que previamente advirtieron sobre el contenido, se vieron acusados de enaltecer el terrorismo por un rótulo que aparecía en el espectáculo, en el se leía "Gora Alka-ETA". Ni si quiera les dieron tiempo a terminar su función. Antes de que pudieran hacerlo, ya estaban siendo arrestados. Tras pasar cinco días en prisión preventiva, aún no están libres de cargos.

Es curioso ver como Títeres desde Abajo se ven en esta situación a día de hoy, cuando el PP está al límite de su legislatura y cuando ya habían actuado en Madrid con el mismo contenido durante el mandato de Ana Botella, ex-alcaldesa popular de la ciudad.

Sin embargo, el problema se extiende mucho más allá de estos dos titiriteros, ya que una mujer fue identificada en pleno carnaval de Gijón por llevar en el desfile un cartel en solidaridad con los imputados donde se leía "Gora Cuchufl-ETA". Asimismo, dos personas fueron también identificadas en Málaga cuando en una concentración sostenían una pancarta con el lema "Libertad titiriteros, gora malagu-ETA". Solo falta que FEMEN aparezca con un eslogan en apoyo que ponga "gora T-ETA".

No sólo es palpable el clima de tensión generado por parte del Gobierno Popular hacia la libertad de expresión, sino que es evidente el nerviosismo por un cambio en las actuales leyes restrictivas que propicie la crítica ciudadana y su participación en torno a temas que se han sabido esconder y ajustar a su conveniencia bajo una política del miedo.

La ley mordaza es la carta blanca para el Partido Popular y para los cargos judiciales y policías que simpatizan con ellos, que les permite tachar de terrorismo cualquier representación, obra de arte, canción o protesta que cuestione su poder o su discurso.

El partido pone en marcha la ley, los policías actúan como sus buscadores incansables -sin reparar en que ellos, por mucho que quieran olvidarse a veces, también son ciudadanos-, y los jueces se comportan como figuras sumisas con el poder gubernamental que no quieren ver perjudicados sus puestos.

En estas últimas semanas se ha producido una especie de hostigamiento en serie. Los raperos granadinos Ayax y Prok han sido imputados por un delito de injurias y calumnias contra la autoridad policial a causa de sus letras críticas con la ley mordaza y la violencia policial.

Sin embargo, no son sólo la Fiscalía o la policía los únicos que aprovechan este retroceso en las libertades y el recorte democrático nacional. Abogados Cristianos ha sabido sacar partido de todo esto y del privilegio que les otorga pertenecer al lobby católico.

La misma organización que se querella contra nuestro movimiento FEMEN por la acción llevada a cabo en la Almudena en defensa del aborto, arremete contra Abel Azcona. Azcona es artista y ahora se enfrenta cargos por una supuesta ofensa a los sentimientos religiosos por una obra en la que escribía con hostias consagradas la palabra "pederastia".

La libertad de expresión está siendo atacada desde varios frentes: el del Estado y el de la iglesia. Y es que así se demuestra que el intercambio de intereses es evidente. La ley mordaza conviene tanto al orden represor del PP como al orden católico moral.

La obra de Azcona pone de nuevo sobre el tapete una epidemia evidente en la Iglesia Católica que no puede ser negada ni si quiera por sus más fieles seguidores. Aun así, Abogados Cristianos estima que su obra de arte ha ofendido a los creyentes, pero puede que el más ofensivo de los actos en este tema sea el suyo, al considerar que es más importante un trozo de pan que las violaciones a menores por parte de miembros de la jerarquía eclesiástica.

Su ataque contra la libertad de expresión no termina aquí. Parece que tienen muchos medios económicos para llevar a juicio a cualquiera que se atreva a desobedecer el status intocable de su moral. Siendo así , han decidido arremeter contra Ada Colau, la mismísima alcaldesa de Barcelona, por "permitir" que una poeta recitase una versión del Padre Nuestro en clave feminista. Según ellos, la alcaldesa ha omitido su deber de mantener al lobby a salvo de cualquier ataque, o como dicen, "Ada Colau es culpable de permitir y aplaudir un poema blasfemo".

Por fin estaba esperando que usaran la palabra adecuada, que puntualizaran el verdadero nombre de aquello que les levanta las ampollas y les hace perder los papeles: la blasfemia. La blasfemia, que posee el mismo derecho a existir que la creencia. Y es que muchas veces, aunque intentemos recordárselo cada vez que podemos, está el derecho a creer y el derecho a no creer. Existe un derecho a la libertad de expresión que pasa por cuestionar no sólo a los ateos y ateas, laicos y laicas, sino también a los creyentes. Existe una libertad religiosa que ha de ser respetada tanto para los que son religiosos como para los que no lo son. La coexistencia parece entonces algo que no cabe en sus términos... O te sometes a sus ideas o cualquier idea diferente que suponga un cuestionamiento de sus instituciones y poderes será perseguido... ¿Quién persigue ahora a quien? Abogados Cristianos juega ahora el papel de la Inquisición en su versión más moderna, pero igualmente apolillada.

No he visto escandalizarse a nadie por el número musical que se apuntó el carnaval de Santoña, donde unos niños vestidos con el uniforme de Falange cantaron a viva voz el Cara al Sol... Ni rastro de policía, de Fiscalía, o abogados cristianos; llamativo cuanto menos.

La libertad de expresión está siendo atacada desde varios frentes: el del Estado y el de la iglesia. Y es que así se demuestra que el intercambio de intereses es evidente. La ley mordaza conviene tanto al orden represor del PP como al orden católico moral.

Que no nos engañen, ni unos ni otros son víctimas. Los que disparan contra los artistas y activistas suficientemente valientes para plantar cara a los discursos y acciones que ponen en riesgo la libertad y la democracia son ellos.

Nos atosigan con sermones que hablan de seguridad, de respeto, de protección, pero en realidad hablan de inseguridad hacia la ciudadanía, de privilegios sólo para algunos, de protección para los poderosos.

Ellos necesitan de leyes y querellas para infligir miedo. Nosotros y nosotras somos capaces de despertar y reclamar nuestra libertad con tan sólo una pancarta, un grito, un dibujo, un eslogan, unos títeres, una fotografía o una canción. No necesitamos del miedo, solo de nuestro ingenio.