Colin Farrell, de chico malo de Hollywood a actor reconocido aspirante al Oscar

Colin Farrell, de chico malo de Hollywood a actor reconocido aspirante al Oscar

El intérprete está nominado a Mejor Actor por su trabajo en 'Almas en pena de Inisherin'.

Colin Farrell en 'Almas en pena en Inisherin'DISNEY/SEARCHLIGHT

La Copa Volpi en el Festival de Venecia, el Globo de Oro y próximamente ¿el Oscar? Solo Brendan Fraser parece hacerle competencia a Colin Farrell para alzarse con el premio más importante del cine por su interpretación en Almas en pena de Inisherin.

En la película dirigida por Martin McDonagh, el actor interpreta a Pádraic Súilleabháin, un hombre simple que ve cómo su rutina salta por los aires cuando su mejor amigo, Colm, un músico al que da vida Brendan Gleeson, decide dejar de ser su amigo de un día para otro. Farrell aporta una gran interpretación oscilando entre la tristeza, el humor y el patetismo.

Almas en pena de Inisherin, que ha conseguido nueve nominaciones a los Oscar incluidas las de Mejor Película y Mejor Director, retrata la vida en una pequeña isla de la costa de Irlanda en los años veinte, donde sus habitantes no tienen más entretenimiento que cuidar de sus animales, visitar el bar del pueblo o vagar por los espectaculares paisajes de la zona. En medio de su soledad, Pádraic establece una estrecha relación con su burra Jenny, cuyo papel es fundamental en el desarrollo de la película.

El aplauso de crítica y público a Farrell contrasta con la imagen preconcebida del actor irlandés, el clásico chico malo de Hollywood, destinado a encadenar taquillazos uno tras otro. Su carrera iba viento en popa a finales de los noventa y principios de los 2000 hasta que llegó Alejandro Magno (2004), un gran proyecto sobre la vida del emperador en el que compartía pantalla con Angelina Jolie y que terminó siendo un fiasco en la taquilla.

Farrell se convirtió entonces en una especie de hazmerreír en Hollywood y era más popular en los tabloides que en las salas de cine. Sus romances y sus salidas de tono ocupaban titulares y la filtración de un vídeo íntimo con la que entonces era su pareja volvió a situarlo como objeto de todo tipo de burlas. Sus adicciones, especialmente con el alcohol, también le estaban pasando factura.

El actor ingresó voluntariamente en una clínica de desintoxicación en 2006, justo después de terminar de rodar Miami Vice. “Básicamente he estado borracho o colocado desde que tengo catorce años, así que fue un cambio de vida duro, y me estaba muriendo. Soy uno de los afortunados”, explicó entonces sobre la decisión de tratar su adicción.

Después de doce años, Farrell volvió a ingresar en una clínica de Arizona como medida preventiva para seguir manteniéndose sobrio. En una conversación con Jamie Lee Curtis en Variety en medio de la carrera por el Oscar, el actor confesó que su mejor legado no sería su trabajo, sino mantenerse sobrio. “Estoy parando lo que ha sido un problema generacional en mi familia biológica. Será la mejor cosa que hago, conseguir estar sobrio. Porque el alcoholismo y la adicción a las drogas han arruinado las vidas de generaciones de personas. Para mí, mantenerme sobrio lo primero. Siempre”, explicó a la actriz.

En la charla con la actriz también habló de sus proyectos de futuro, en los que combinará la televisión con el cine. A la vez que su vida personal se ha ido estabilizando, Farrell también se ha labrado una interesante carrera en la que combina películas independientes con otras grandes producciones como el Batman de Matt Reeves, donde da vida al pingüino, que tendrá su serie propia en HBO Max.

El irlandés ha trabajado con cineastas como Yorgos Lanthimos en Langosta (2015) y El sacrificio de un ciervo sagrado (2017), Sofía Coppola en The Beguiled (2017) o Steve McQueen en Viudas (2018). Con Almas en penas de Inisherin Farrell ha vuelto “a casa”, a Irlanda, donde reconoce que le gusta hacer películas cada cierto tiempo.

Desde que se presentó la película el intérprete no ha dejado de estar entre los favoritos para llevarse el premio a Mejor Actor el 12 de marzo en la entrega de los Oscar, aunque en las últimas semanas es Brendan Fraser con su papel en La ballena quien parece tener todas las papeletas para alzarse con la estatuilla. Independientemente del resultado, la interpretación de Farrell ha servido para volver a colocarlo en el mapa del gran público como un actor de prestigio.