Hijos de gays y lesbianas exigen sus derechos

Hijos de gays y lesbianas exigen sus derechos

Los estudios demuestran que el desarrollo de los hijos de familias homoparentales apenas difiere del resto de niños. Es más, los hijos de lesbianas son más abiertos y tolerantes ante la diversidad, son más empáticos, responsables y sacan mejores notas, según éstos.

Junio es el mes del Orgullo LGTB. España cumple nueve años de su ley de matrimonio igualitario. Pero en el mundo, millones de personas siguen sufriendo la incapacidad legal de amar a alguien de su mismo sexo, y son demasiadas las familias homoparentales no reconocidas por la ley.

Mucho se habla de si gays y lesbianas deberían o no tener hijos, y/o adoptar. Muchas especulaciones sin sentido. ¿Qué mejor que preguntarle a ellos? A los niños y adolescentes que actualmente crecen con dos padres o dos madres. Hijos e hijas de parejas lesbianas y parejas gays toman la palabra y, a través de cartas, vídeos y las redes sociales, piden a las autoridades que se legalicen sus familias, aprobando el matrimonio igualitario. O simplemente eligen darles visibilidad.

Brenna Harding es una actriz australiana de 17 años que en 2013 ganó un premio como actriz revelación. Emocionada en su discurso agradeció a sus dos madres: "Debo agradecer especialmente este premio a dos mujeres, mis preciosas madres, Vicki y Jackie, que me han apoyado en todo y son maravillosas, no únicamente durante los tres meses de rodaje, sino durante mis 17 años. Gracias mamás".

Elizabeth tiene nueve años y vive en Reino Unido con sus dos madres, las cuales divulgaron vía Twitter la carta de su hija, donde condena el rechazo del secretario de Estado de Gales, David Jones, hacia el hecho de que las parejas del mismo sexo puedan criar hijos.

"Le escribo para informarle de que no estoy de acuerdo con lo de que los niños no deben ser criados por lesbianas o gays. Yo soy una niña con dos madres y tengo una hermana que se llama Pippa. He sido educada perfectamente bien, motivo por el que no entiendo la razón por la que dice eso".

Terece Uphoff es un niño holandés de 13 años que tiene dos padres, y escribió una hermosa canción para retratar a su familia:

Carter, que ahora tiene 10 años, escribió en 2012 una carta dirigida a todos los habitantes de Minnesota planteando varias preguntas, como si seguirían siendo familia si no se aprobaba la ley y si, de ser así, arrestarían a sus madres. Ese hecho le preocupaba bastante ya que las quiere mucho. Su carta terminaba con la petición de que le ayudaran votando a favor del matrimonio igualitario.

"¿Quién hace estas leyes? Porque no tienen sentido para mí. ¿No es el amor lo que crea una familia?"

Cameron, de 11 años y de Carolina del Norte, mandó el año pasado una carta a los nueve jueces supremos para que legalizaran el matrimonio igualitario. Un extracto de su carta:

"Mis madres han estado juntas 26 años. Me llevaron a Nueva York en su 25 aniversario para poder casarse legalmente. Yo me alegré mucho por ellas. Son las mejores madres que un niño podría pedir y las quiero muchísimo. Me gustaría ver que su matrimonio es reconocido aquí en nuestro estado. Por favor, eche un vistazo a nuestras fotos y piense en nosotras cuando tome decisiones acerca de los derechos homosexuales. Somos una familia. Estoy muy orgullosa de mis madres y espero que entienda cómo su decisión puede afectar a mi familia.

Si están preocupados por el bienestar de los hijos de parejas homosexuales, puedo decirles que yo estoy genial. Soy muy querida. Todo el mundo me dice que soy una niña muy afortunada. Mis madres son mi vida. Repasamos antes de cada examen y se aseguran de que voy bien en la escuela. Fui la mejor estudiante de mi clase el año pasado y he estado en la Lista de Honor del director cada seis semanas. Juego a fútbol y actualmente estoy entrenando para el Programa de Desarrollo Olímpico, lo que significa que mis madres dedican la mayor parte de sus fines de semana a viajar por todo el estado para que pueda competir contra otros equipos".

En 2010, Daniel, que tenía en ese momento 16 años, escribió una carta a los senadores argentinos tras escuchar cada postura desde que se inició el debate sobre matrimonio igualitario, defendiendo el derecho de su padre adoptivo a contraer matrimonio con alguien de su mismo sexo.

"Quiero tener los mismos derechos que tienen mis compañeros de colegio. Ellos los tienen y yo no. ¿Por qué? Yo estoy orgulloso del padre que tengo y del que aprendo que hay que luchar por las cosas que queremos. Y por favor, señores senadores, los gays se van a casar entre ellos, no tengan miedo, no se van a casar con ustedes. Muchas gracias".

Zach Wahls, un estudiante de ingeniería y joven empresario, dio un emotivo discurso ante la Cámara de Representantes de Iowa y defendió el derecho de sus madres a casarse. Con una brillante oratoria se mostró a sí mismo como el hijo que cualquier madre querría tener. Habló de sus dos madres, su hermana y explicó que la orientación sexual de ellas no ha influido en su vida, pero sí el amor y el cuidado que le han dado.

Kenneth Faried, jugador de la NBA, asegura que nadie puede decirle que no puede tener dos madres. Porque él las tiene.

Un estudio basado en adolescentes crecidos en el seno de una familia con dos madres o dos padres demuestra que la mitad de ellos han sufrido en alguna ocasión acoso o rechazo, pero que a dos tercios de ellos no les ha afectado y han sido capaces de afrontarlo bien. Sin embargo, una conclusión interesante es que no han sufrido acoso en mayor grado que la mayoría de niños de familias con padres heterosexuales.

Lo que está claro es que cada vez hay más niños y niñas procedentes de familias homoparentales, y no es de extrañar que, habiéndolo asumido desde siempre como algo natural, se sorprendan, les choque o les extrañe el rechazo de ciertos sectores de la sociedad hacia el colectivo. Y lo que también está claro es que no van a quedarse de brazos cruzados frente a la posibilidad de que sus familias no sean legalizadas.

Los estudios demuestran que el desarrollo de los hijos de familias homoparentales apenas difiere del resto de niños. Es más, los hijos de lesbianas son más abiertos y tolerantes ante la diversidad, son más empáticos, responsables y sacan mejores notas, según éstos.

Y si los estudios no bastan, ¿qué mejor argumento que aquellos que han nacido y han crecido en una familia homoparental?