Wert lo sabía, ¿no?

Wert lo sabía, ¿no?

Hubo una buena y pronta puya al ministro por parte del presentador y luego, OTRA VEZ, un chiste sobre la mirada de Fernando Trueba. Y así, nos fuimos deslizando, entre el tedio televisivo y el delirante y chispeante mundo paralelo que se creaba en Twitter, siempre tan cruel...

Todo empezó en realidad en la alfombra roja, durante la conexión que TVE hizo de la llegada de las celebrities al Hotel Auditorium, un lugar del extrarradio, por cierto. Zasca al glamour para arrancar. En un momento dado, tras la aparición de una radiante Ana Belén con un vestidazo, el comentarista que acompañaba a Anne Igartiburu, dijo: "Qué clavícula tan bella". Ahí debería haberme temido lo peor.

Luego salió Manel Fuentes y yo a los tres minutos escribí, sin pensar, el siguiente tuit: "Que vuelva Buenafuente. No digo más".

Casi a la vez, mi hija Carlota, de ocho años, que había hecho siesta a propósito (algo que detesta), para que la dejara quedarse a ver la gala, me dijo: Mamá, yo también quiero tuitear y decir que esto es muy aburridooooo.

Y luego ya, un abismo de tres horas, que yo salvé gracias a Twitter, la verdad. Un abismo durante el que pensé mucho en el ministro Wert. Muy celebrados los tuits que hacían referencia a que su IMPRESENTABLE no asistencia a la gala se debió a que había visto el guión previamente.

Hubo una buena y pronta puya al ministro por parte del presentador y luego, OTRA VEZ, un chiste sobre la mirada de Fernando Trueba. Y así, nos fuimos deslizando, entre el tedio televisivo y el delirante y chispeante mundo paralelo que se creaba en Twitter, siempre tan cruel...

Hubo momentos surrealistas como el de los presentadores vestidos con logos de Adecco, la ETT que patrocinaba parte de la gala. Sí, un Casino, el de Madrid, y una ETT. Hay que joderse.

Pero también hubo muchos MENOS MAL, que son los que quiero destacar para no darle la razón a este ministro-cruz. Veamos.

Menos mal que llegó pronto David Trueba, uno de los SEÑORES de la noche. Menos mal que salió Terele Pávez para demostrar cómo hay que agradecer un premio. Menos mal que respiramos un poco con Alex d'Oguerty y sus cortos soplos de aire para anunciar los cortos. Menos mal que dos actrices aprovecharon el momento para reivindicar el derecho a decidir. Menos mal que salió Javier Cámara, para emocionarnos. Y Roberto Álamo. Y Javier Bardem.

Y menos mal también que los presentadores de galas anteriores (que vuelvan Buenafuente, Eva Hache o la Sardá. No Corbacho, please) hicieron varios gags divertidos. Por cierto, no sabemos las razones por las que Rosa María Sardá no participó en los gags, ¿no?

La gala tuvo una audiencia buena, para ser TVE, un 19,8, con 3.507.000 espectadores. Aunque fuera la menor cuota desde 2009. A mí me mereció la pena el peñazo solo por escuchar a David Trueba en su conjunto, y esta frase en particular, que está pidiendo mármol: "Qué sería de la vida si no nos insultara la gente que nos debe insultar".