Entender los registros de empleo en España

Entender los registros de empleo en España

En las últimas semanas, hemos tenido oportunidad de leer en prensa múltiples noticias relacionadas con la evolución del empleo. Entre estas noticias encontramos un amplio abanico de términos como la tasa de paro, el paro registrado, la afiliación o la ocupación, que trataremos de explicar de forma sencilla.

GTRES

En las últimas semanas, hemos tenido oportunidad de leer en prensa múltiples noticias relacionadas con la evolución del empleo en España. La mayoría coincide en señalar que la situación de nuestro mercado de trabajo está lejos de volver a la normalidad. Entre estas noticias encontramos un amplio abanico de términos como la tasa de paro, el paro registrado, la afiliación o la ocupación, que trataremos de explicar de forma sencilla.

Básicamente, contamos con dos fuentes a la hora de analizar la situación del mercado de trabajo español. La primera de ellas son los registros administrativos de empleo que publica mensualmente el Ministerio de Trabajo. La segunda es la Encuesta de Población Activa (EPA), que elabora el Instituto Nacional de Estadística (INE) de forma trimestral.

Ambas fuentes aportan información valiosa a la hora de analizar el mercado de trabajo, aunque desde ópticas bien distintas que a veces producen resultados confusos. ¿Cómo es posible que según los registros de empleo del Ministerio la cifra de parados sea sustancialmente distinta a la que refleja la EPA? En la actualidad y según esta última, el número de parados en España asciende a 5,7 millones de personas, mientras que de acuerdo con el Ministerio esta cifra cae ligeramente por debajo de los 5 millones. Algo similar ocurre entre el número de afiliados y ocupados: los primeros suponen 16,7 millones, mientras que la población ocupada en la EPA supera esta cifra en 600 mil personas. ¿Por qué tienen lugar estas diferencias?

Los registros del Ministerio recogen, entre otros aspectos, las entradas y salidas de parados que se producen en el INEM, ya sea con el objetivo de percibir una prestación por desempleo o acceder a ofertas de empleo o cursos de formación. En el caso de la EPA, la cifra de parados se obtiene a partir de una encuesta a una muestra de población, con la que se aproxima la población activa del país, es decir, los mayores de 16 años que "trabajan o buscan activamente trabajo", y los grupos que la componen, parados y ocupados.

Estos últimos no tienen necesariamente que ser los mismos que el número de afiliados a la Seguridad Social (registro del Ministerio), puesto que es posible, más allá de consideraciones legales, estar trabajando y no cotizar. En relación con las personas en situación de paro, podríamos considerar la estimación de la EPA como más realista en la medida en que incorpora a individuos que, aunque no estén inscritos en las oficinas del INEM, se encuentran efectivamente en situación de búsqueda activa de un puesto de trabajo.

Aunque distintas, ambas fuentes de información coinciden al describir el proceso de acusada destrucción de empleo que ha tenido lugar en nuestro país desde el inicio de la crisis. Correcciones de casi 2,5 millones de personas en la afiliación y de algo más de tres millones en la ocupación desde los niveles anteriores a la crisis, o repuntes en el número de parados de similar magnitud, como se observa en los gráficos, no tienen parangón en ninguna de las economías de nuestro entorno. El empleo perdido seguramente no se recuperará con rapidez. A España le costó tres años, desde 2003 a 2006, generar tres millones de puestos de trabajo, y eso en un momento del ciclo económico mucho más favorable que el actual, en el que la recaída de la actividad y la necesidad de reducir el déficit público lastran cualquier expectativa de mejora del empleo a corto plazo.

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Gráfico 1. Paro registrado y parados (EPA) en España. Fuente: Afi, Ministerio de Trabajo e INE.

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Gráfico 2. Afiliación y población ocupada (INE) en España. Fuente: Afi, Ministerio de Trabajo e INE.