¿Deberías dejar a tus hijos adolescentes tener sexo en casa?

¿Deberías dejar a tus hijos adolescentes tener sexo en casa?

No te vendes los ojos ni confíes en que no practican sexo, porque puede que ya lo estén haciendo de todos modos.

STUDIOGRANDOUEST via Getty Images

¿Qué harías si tu hijo o hija adolescente te pidiera permiso para traer a su novio o novia a casa a pasar la noche? Muchos padres me lo han preguntado durante años (como asesora y terapeuta sexual), ya que a la mayoría de ellos les resulta difícil hablar con sus hijos de sexo.

La actitud puede variar dependiendo del país. Yo me crié en los Países Bajos, un lugar con una actitud más bien relajada. Dos tercios de los padres neerlandeses permiten que sus hijos de 16 y 17 años duerman con su pareja en casa. La opinión de los padres neerlandeses sobre el sexo en la adolescencia se comparó con la de los padres estadounidenses en una encuesta para el artículo Sex, Love and Autonomy in the Teen-age Sleepover, realizada en 2003 por Amy Schalet, nacida en los Estados Unidos pero criada en los Países Bajos.

Las diferencias entre las culturas y entre las distintas formas de criar a los hijos en cada país son notorias, pero una de las mayores es la actitud hacia el sexo.

Los padres neerlandeses tienden a restar importancia a las complicadas facetas de la sexualidad en la adolescencia: la normalizan. La consideran un proceso de preparación física y emocional para el sexo y piensan que los jóvenes son capaces de controlarse a sí mismos, si se les enseña a seguir su ritmo y a prepararse convenientemente.

Hay padres que se sienten en la obligación de mantenerse conectados con sus hijos y de aceptar que el sexo ya forma parte de sus vidas.

Al contrario que los padres estadounidenses, que tienden a ser escépticos con la madurez emocional de los adolescentes para enamorarse, los padres neerlandeses dan por hecho que sus hijos sí que son capaces. Les permiten dormir con su pareja, aunque para ello necesiten un periodo de adaptación para superar la incomodidad inicial, porque se sienten en la obligación de mantenerse conectados con sus hijos y de aceptar que el sexo ya forma parte de sus vidas.

Los adolescentes de los Países Bajos suelen iniciarse en el sexo más tarde, tienen menos parejas a lo largo de su vida y utilizan anticonceptivos de fácil adquisición de forma correcta y responsable, lo que explica su menor tasa de embarazos y abortos entre adolescentes.

La principal razón de ello es la actitud liberal del país hacia el sexo y que la educación sexual impartida a los adolescentes se basa en la premisa de que los jóvenes sienten curiosidad por su sexualidad y tienen derecho a recibir información precisa y comprensible. En Australia, la educación sexual es obligatoria. Los temas tratados en las escuelas se caracterizan por un lenguaje claro, directo y adaptado a la edad de los estudiantes, acompañado de ilustraciones. El mensaje esencial es: si vas a tener sexo, que sea seguro.

La filosofía neerlandesa es sencilla: los jóvenes tienen derecho a una educación sexual adecuada para que puedan tomar decisiones sobre su sexualidad y sus relaciones de manera plenamente consciente.

El mensaje esencial es: si vas a tener sexo, que sea seguro.

Por desgracia, en Australia la educación sexual va con retraso. En 2012, el exministro Peter Garrett, del Partido Laborista Australiano, incluyó las asignaturas de 'Identidad sexual y de género' y 'Gestión de las relaciones' entre las materias escolares. Sin embargo, la Autoridad de Currículos, Evaluaciones e Informes Australianos (ACARA) tuvo que retrasar su implantación después de que diversos grupos religiosos y conservadores empezaran a protestar porque argumentaban que hablar sobre la pubertad y el sexo "es algo que se hace mejor en familia".

Sería estupendo que los padres pudieran sentarse a hablar con sus hijos sobre asuntos de sexo, pero la mayoría de ellos no están preparados para hacerlo: se sienten incómodos o avergonzados y no poseen realmente los conocimientos. Las cosas han cambiado mucho desde que ellos eran jóvenes.

Algunos padres se sienten incómodos, no poseen realmente los conocimientos. Las cosas han cambiado mucho desde que ellos eran jóvenes.

Los niños y los adolescentes deberían recibir información adecuada a su edad dentro de su programa educativo. En el caso de los padres, es aconsejable que tengan algo de información preparada, no solo para transmitírsela a los hijos, sino para educarse ellos mismos. La educación sexual es un proceso constante: si los niños perciben que pueden hablar con sus padres sobre los temas que les parecen importantes, lo harán.

Hay disponible (en inglés) un excelente DVD llamado The Talk (La conversación), perfecto para padres y sus hijos adolescentes, presentado por la humorista australiana Nelly Thomas, que habla del sexo y las relaciones de forma sincera y distendida.

Otra gran fuente de información es Loveability (Capacidad para amar), escrito en 2014 (en inglés) por Nina Funnell y Dannielle Miller. Se trata de una guía de consejos empoderadores para adolescentes (de ambos sexos), en la que las chicas son tratadas como seres humanos responsables e inteligentes. El libro tiene, además, un capítulo lleno de páginas web, organizaciones y libros de utilidad.

Pero volvamos al asunto de que los adolescentes duerman con su pareja: ser consciente de que tus hijos son sexualmente activos es muy distinto de sentirte cómodo con el hecho de que estén practicando sexo en la habitación de al lado. Aunque, por otro lado, ¿por qué crear una situación en la que los hijos se sientan forzados a actuar a hurtadillas, a mentir, a sentirse incómodos, a asumir riesgos innecesarios y a tomar decisiones desinformadas que puedan repercutir en su salud física y emocional?

Si quieres que tus hijos adolescentes estén seguros, no te vendes los ojos ni confíes en que no van a tener sexo, porque puede que ya lo estén haciendo de todos modos.

Este post fue publicado originalmente en el 'HuffPost' Australia y ha sido traducido del inglés por Daniel Templeman Sauco.

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