7N: nos marchamos del machismo

7N: nos marchamos del machismo

La Marcha del 7N es la visualización de que frente al machismo explícito, al posmachismo disfrazado que le pone palabras, y a la falsa neutralidad como argumento, somos muchas más las personas que todos los días trabajamos por la Igualdad y contra las violencias machistas, y que un día, el 7N, marchamos juntas para continuar después desde cada rincón el camino hacia la Igualdad.

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No se puede ir a un destino sin abandonar el lugar de partida, salvo que el destino deseado sea, precisamente, permanecer en el mismo punto donde se inicia el recorrido.

Por eso, a pesar de los siglos, el machismo no se ha movido de lugar.

La propia evolución de la cultura machista en forma de progreso, pero ocultando el inmovilismo ideológico, ha sido otra de las trampas que los hombres han utilizado para modificar los escenarios sin variar la obra representada. Una obra en la que el hombre es el protagonista y la mujer, cuando aparece, la actriz secundaria.

Si a nivel individual los hombres han cambiado para seguir igual, en el contexto social la evolución y los cambios han mantenido una trayectoria en espiral alrededor del núcleo de ideas, valores y creencias machistas que permiten seguir influyendo sobre las nuevas realidades que el proceso de cambio traía. Cuando se analizan estos cambios, se comprueba que son consecuencia de un largo recorrido lineal, pero su trayectoria ha sido en esa espiral que los mantiene cerca del punto de partida donde nacen los valores e ideas del machismo. De ese modo, además de impregnar el recorrido que ha de afrontarse, la proximidad del núcleo ideológico respecto a los nuevos logros es tan reducida, que permite seguir influyendo y condicionando su realidad, tal y como ha hecho a lo largo de la historia.

El machismo está en marcha, lo está desde hace miles de años, y ha conquistado los espacios públicos y privados de la sociedad, porque no sólo ha caminado con sus pasos, sino que también ha avanzado con sus ideas y valores para que todo marche a su ritmo.

El 7N nos marchamos del machismo. La marcha contra las violencias machistas es la representación de todos los pasos que hemos dado hacia la Igualdad, y el refuerzo de la voluntad de alcanzarla ya, no como una decisión política, sino como una aspiración social. Por esa razón el mensaje es doble, como doble es el sentido de la palabra "marcha": Por un lado marchamos hacia la Igualdad y la erradicación de todas las formas de violencia de género, y por otro lado, nos marchamos del machismo.

El 7N es mucho más que una fecha en el calendario. Es una meta y es un punto de partida. La meta que aglutina todos los pasos que se han dado a lo largo de la historia, unos pasos protagonizados por las mujeres, no lo olvidemos nunca, porque entre esos pasos hay muchas mujeres que han sido asesinadas por el simple hecho de caminar para alejarse de la violencia que sufrían y de la injusticia que vivían. Y es un punto de partida, porque el 7N nace una nueva actitud frente al machismo, no sólo contra sus violencia que terminan en las agresiones graves y en los homicidios.

En definitiva, la Marcha del 7N es la visualización de que frente al machismo explícito, al posmachismo disfrazado que le pone palabras, y a la falsa neutralidad como argumento, somos muchas más las personas que todos los días trabajamos por la Igualdad y contra las violencias machistas, y que un día, el 7N, marchamos juntas para continuar después desde cada rincón el camino hacia la Igualdad.

La distancia entre la desigualdad y la Igualdad no se mide en kilómetros, tampoco en días... Se mide en voluntades, y las voluntades en personas. Somos más quienes hemos decidido convivir sin la violencia género, por eso tenemos que demostrarlo, para que los machistas no se apropien de lo común... Y el movimiento se demuestra "marchando".