Que gobierne el que se lo curre
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Que gobierne el que se lo curre

Los políticos que a partir de ahora sigan creando problemas serán castigados mañana en las urnas, los políticos que ofrezcan soluciones, serán beneficiados. Ya tenemos un presidente del Congreso que pertenece al segundo grupo más votado. Quizá sea un buen síntoma. Ahora llega la prueba del algodón, la de la formación del Gobierno.

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Foto: EFE

Esta zozobra general que nos invade con los independentistas catalanes acelerados, provoca reacciones como la del rey, "mándemelo por escrito", y las repetitivas amenazas del presidente en funciones, "dispuesto a hacer valer la ley, toda la ley".

No se sabe hasta dónde puede llegar lo de "toda la ley", pero uno se pone a temblar y no de miedo, sino del peligro que suponen los políticos negados para llegar a acuerdos transversales, de acuerdos entre diferentes, de ser incapaces de destruir las líneas rojas.

Se une a ello el enrevesado panorama para la conformación del próximo Gobierno derivado del amplio espectro político abierto tras el 20D. El panorama general se parece más a un guión de Alfred Hitchcock que a otra cosa.

Aunque en la calle, los ciudadanos, esos que tienen que pagarse su café, su taxi, y sus impuestos, parecen tenerlo más claro, sobre todo aquellos que están más alejados de la política diaria y libres de prejuicios por su edad o por su intrínseca libertad.

El fulgor de los incendiados debates está más en las bocas de los tertulianos de pago, de políticos con restringida visión de Estado y de todos aquellos que sacan algo de material de todo este pandemonium en el que se ha convertido el panorama político tras el 20D.

No parecen darse cuenta de que algo ha cambiado para siempre, y no sólo la irrupción de nuevos partidos con peso parlamentario, sino de una nueva forma de hacer política. Cuanto antes se den cuenta de ello, mejor para todos porque la alternativa es ir cuesta abajo y sin frenos.

Los políticos que a partir de ahora sigan creando problemas serán castigados mañana en las urnas, los políticos que ofrezcan soluciones, serán beneficiados.

Ya tenemos un presidente del Congreso que pertenece al segundo grupo más votado. Quizá sea un buen síntoma. Se trata de un acuerdo transversal. Independientemente de la persona elegida, el hecho no deja de ser el resultado de la necesaria nueva forma de entender la política.

El 63% de los vascos se muestra favorable a que gobierne el partido que más apoyos consiga, aunque no sea el más votado.

Ahora llega la prueba del algodón, la de la formación del Gobierno. En este punto se nos presenta la primera encuesta de fuste realizada tras las elecciones del 20D. Se trata de una encuesta circunscrita al ámbito de Euskadi y publicada estas primeras semanas de enero por el gabinete de prospecciones sociológicas del Gobierno Vasco.

Es cierto que el ámbito de referencia es únicamente el vasco, pero resultan de interés los resultados porque según la encuesta el 63% de los vascos quiere que gobierne el que más apoyos obtenga, independientemente de si ha sido el partido más votado o no.

Este estudio, como digo, se realizó con posterioridad a las pasadas elecciones generales. En medio de la vorágine postelectoral que ha conformado un panorama político de difícil solución, el estudio realizado por el gabinete de prospecciones sociológicas del Gobierno Vasco, aporta una pequeña luz que puede servir para iluminar el oscuro sendero en el que se ha convertido la conformación del próximo gobierno.

Los vascos están de acuerdo en que gobierne el quien obtenga la mayoría adecuada. Cuando ningún partido obtiene la mayoría absoluta, el 63% de los vascos se muestra favorable a que gobierne el partido que más apoyos consiga, aunque no sea el más votado.

La pregunta realizada a los encuestados a este respecto era exactamente esta: "Ningún partido ha logrado la mayoría absoluta en estas elecciones, ¿PrefiereVd. que gobierne el partido que ha obtenido más votos o que gobierne otro partido, si consigue el apoyo de otros?"

Un 17% considera que tiene que gobernar el partido más votado, un 63% que gobierne el partido que más apoyos obtenga y un 21% no saben o no contestan.

Lo dicho, los ciudadanos, al menos los vascos, parecen tenerlo claro. Ahora es a los políticos a quienes toca enfrentar los nuevos tiempos, liderar una sociedad plural y saltarse las líneas rojas. El gobierno para quien se lo curre.