Ignacio Echeverría, el héroe de Londres

Ignacio Echeverría, el héroe de Londres

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¿Y qué es un héroe?

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-No lo sé- dijo. Alguien que se cree un héroe y acierta. O alguien que tiene el coraje y el instinto de la virtud, y por eso no se equivoca nunca, o por lo menos no se equivoca en el único momento en que importa no equivocarse, y por lo tanto no puede no ser un héroe. O quien entiende como Allende, que el héroe no es el que mata, sino el que no mata o se deja matar. No lo sé..."

Javier Cercas, Soldados de Salamina

Ignacio Echeverría murió el sábado por la noche en Londres. Volvía de patinar con unos amigos cuando tres jóvenes terroristas embistieron con su coche a la gente que paseaba por el Puente de Londres, para luego continuar su orgía sangrienta apuñalando a quienes encontraban a su paso. Una de las víctimas era una joven: Echeverría la vio, su instinto de justicia pudo más que el de supervivencia, soltó su bicicleta y se abalanzó sobre uno de los agresores con su monopatín. Los otros dos le atacaron por la espalda. La última vez que lo vieron sus amigos, estaba tumbado en el suelo.

Es un héroe, en uno de los sentidos que propone Javier Cercas: no se equivocó en el único momento en que importa no equivocarse, aunque ello le costara la vida.

Han tenido que pasar cuatro días, cuatro absurdos días, para que la familia del joven gallego, instalado en Londres desde hace algo más de un año, recibiera la confirmación de sus peores sospechas. Resulta tan difícil de entender esa lentitud de las autoridades británicas, como poco creíble su explicación sobre lo estricto de los protocolos policiales. En un atentado con 8 muertos y casi sesenta heridos de arma blanca y de bala, esa tardanza no es creíble. Ha provocado un dolor innecesario en la familia, la exasperación de las autoridades españolas, y despertado todo tipo de especulaciones sobre las circunstancias exactas de la muerte de Ignacio. El texto de su hermana en Facebook, donde ha confirmado su muerte, también apunta en ese sentido: quieren ver y estar con el cuerpo de Ignacio, algo que no les permitirán hasta el viernes, como pronto.

Ignacio no sobrevivió al momento del atentado.

Gracias a todos los que le quisisteis y cuidasteis. Sabemos que no somos los únicos tristes.

Queremos ver y estar con el cuerpo de Ignacio. Parece que hasta el viernes como pronto no podemos estar con su cuerpo.

Querríamos que el Gobierno Británico nos permita estar con él...

Gracias al personal administrativo y político español por su ayuda en hacer esto posible.

Ani Lla

El viernes conoceremos el resultado de las elecciones británicas que se celebran este jueves. La campaña electoral ha quedado marcada por este atentado y el que se produjo en Manchester el pasado 24 de mayo: demasiado horror como para no contaminar los mensajes de las fuerzas políticas. La primera ministra, la conservadora Theresa May, que convocó los comicios contra pronóstico y confiando en barrer a los laboristas, se ha visto literalmente desbordada por los hechos.

Iba a ser una campaña en torno al Brexit duro que propone y ha acabado centrada en la seguridad... y en los recortes. Los que ella misma realizó, como Ministra del Interior en el gabinete de David Cameron entre 2010 y 2016, y que afectaron a los efectivos de la policía: un 15% menos en ese periodo, con una reducción de fondos para los agentes metropolitanos de Londres de casi 2000 millones de euros prevista para los próximos dos años. La lucha antiterrorista no depende sólo de los servicios de inteligencia, sino de los agentes a pie de calle, ese ojo imprescindible sobre los jóvenes marcados como posibles conversos al yihadismo. Dos de los terroristas de Londres eran conocidos por las autoridades, y uno de ellos había trabajado en el Metro de Londres.

La respuesta de May a las críticas ha sido elevar el tono de la dureza: en uno de los últimos actos de campaña, este martes, aseguró estar dispuesta a cambiar las leyes que "protegen los derechos humanos" si ello sirve para combatir el terrorismo. Quizá piense que elevar la voz y las amenazas puede desviar la atención de lo que realmente le reclaman los británicos: eficacia.

Mañana se abren las urnas. Mientras, resulta especialmente doloroso repasar los rostros y las vidas de las víctimas de este último atentado: además de Ignacio, las australianas Kirsty y Zara, la canadiense Christine, los franceses Alexandre y Sebastien, el británico James... todos alrededor de la treintena. Todos ellos parte de ese Londres cosmopolita que votó en contra del Brexit y que resultó vencido por el voto rural y por el de los británicos de más edad, nostálgicos de los viejos tiempos imperiales.

Nadie se fía ya de las encuestas, que tanto patinaron con la votación sobre el Brexit. La distancia que separa a May de Jeremy Corbyn, el improbable candidato laborista, se ha acortado en las últimas semanas, pero... ¿quién se aventura a dar un resultado? En unas horas lo sabremos. Y entonces, quizás, la familia de Ignacio Echeverría, ese valiente, ese héroe, pueda al fin velarlo.