En términos psicológicos estrictos, la "fuerza de voluntad" no existe. La prueba es que, si realmente el que yo superara conductas dañinas dependiera únicamente de mi "deseo", de la "fuerza con que quiero" eso, debería resultar extremadamente fácil conseguirlo.
Los seres humanos, y las relaciones entre nosotros, son muchas veces la fuente de todos los problemas. Por eso, todo lo que podamos hacer por mejorar las habilidades interpersonales es positivo. De ahí que puede llegar a ser muy importante no solo lo que decimos después de decir "hola", sino lo que hacemos antes de ese momento.
Hay estudios que afirman que dos de cada tres veces que abrimos la boca, es para cotillear. Esto, aunque suene feo, es normal. Las personas somos animales sociales y hablar de las personas cercanas no tiene por qué ser forzosamente malo. Pero no todo se vale a la hora de cotillear.
Cuando un amigo te habla acerca de las dificultades por las que está pasando en su relación, o de su enfermedad o sus problemas laborales, no te está pidiendo consejo, te está pidiendo que le entiendas, que le escuches o en el mejor de los casos que le digas ¡cuenta conmigo!