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Podemos 2.0: de la sopa de siglas al pacto de los botellines

Podemos 2.0: de la sopa de siglas al pacto de los botellines

Si el PSOE aguanta la embestida final de Podemos, será Podemos el que reciba el mazazo del cual le va a ser muy complicado recuperarse. Totalmente arrinconado a la izquierda, sin más elecciones a la vista y con la pólvora mojada, la travesía por el desierto podría hacerse realmente dura. Sería difícil que la épica y el coaching que la formación aplica para jalear a sus bases pudiera surtir efecto en esta ocasión.
Sobre la confluencia: ¿y si la trampa está a la izquierda?

Sobre la confluencia: ¿y si la trampa está a la izquierda?

Durante su corta pero intensa trayectoria, Podemos ha demostrado una total conciencia de la necesidad de romper con las identidades adjudicadas por sus contrincantes políticos. Ocupar la centralidad del tablero y lograr una presencia transversal no es una opción de la corriente errejonista del partido, como ahora se asevera. Es parte de su especificidad constituyente. IU, en cambio, en la polifonía de sus voces internas, se ha mantenido fiel a una identidad de izquierdas que parece renunciar a representar a aquellos que no se identifiquen con la mochila de luchas.
La confluencia que nunca llegó

La confluencia que nunca llegó

Esta es, en definitiva, la situación actual de cara al 20D. Por desgracia, no muy alentadora. Esperemos que el previsible batacazo que nos espera ayude a esos dirigentes que tuvieron la llave de un auténtico cambio en sus manos a reflexionar para que esa evolución tan necesaria.
En común sí se puede

En común sí se puede

Lejos de constituirse como un partido abierto, colaborativo, de acuerdo a los valores iniciales que guiaron su constitución, en los últimos meses estamos viendo la evolución de Podemos hacia un partido más tradicional construido de forma vertical y en el que prima más el mantenimiento férreo de una determinada estructura de poder y la defensa de unas siglas.