Imagina que has quedado en un restaurante para una reunión de negocios. Se trata de algo importante, por lo que sientes nervios; en ese momento, despiertan tus instintos. Una parte de tu cerebro, llamado cerebro reptiliano, toma los mandos y empieza a buscar peligros: ¿es éste un lugar seguro? ¿Se trata de un potencial enemigo?