Hay denuncias de asesinatos extrajudiciales contra mujeres y niñas en lugares donde habían buscado refugio o durante su huida, incluso bajo bandera blanca.
El 3 de diciembre pasado, Shaul Greenglick, de 26 años, participó en el 'talent show' nacional 'Israel's Rising Star' y pasó la primera fase del concurso.
Una doble investigación periodística de 'The Guardian' y '+972' desvela que los objetivos en la franja son generados por un programa de IA que dirige una "fábrica de asesinatos en masa" en la que "el énfasis está en la cantidad y no en la calidad".
El 'otro' territorio palestino, el que alberga su capital administrativa, el que soporta a los colonos y la presencia constante del Ejército de Israel, vive el dolor de sus iguales en la franja y sufre, a la par, redadas, ataques y detenciones a niveles de récord.
Esta son las estampas que deja la franja en estas horas sin ataques de Israel, en las que busca rehacerse con el miedo a que acabe pronto y vuelva la ofensiva.
Yair, el polémico vástago del primer ministro, de 32 años y en edad de ser movilizado, supuestamente lleva a cabo una recaudación de fondos para el esfuerzo bélico nacional, según la oficina de su padre.
El Ejército israelí ha encontrado rifles, granadas y chalecos militares, pero hasta ahora ningún centro de mando de Hamás. Afirma que ya revisa supuestos túneles.
El mayor complejo de la franja, centro universitario y con fama internacional, está cerrado por los bombardeos y los combates. La falta de electricidad y suministros está matando a adultos y bebés prematuros. "Casi un cementerio", dice la OMS.
Los bombardeos de Tel Aviv de la pasada noche dejan en la franja 50 muertos, mientras por tierra sus soldados avanzan en el norte y cerca de la capital.
El 'número dos' de Hamás asegura que Tel Aviv sufrirá "una derrota sin precedentes" si invade el territorio: "Si el enemigo entra por tierra, habrá una nueva y gloriosa página para nuestro pueblo".
Las negociaciones para liberar rehenes en manos de Hamás, el miedo a abrir más frentes en la región, la presión internacional para que entre la ayuda humanitaria y la necesidad de Tel Aviv de no equivocarse en su ataque explican los retrasos.
"He pedido al Gobierno de Israel que no se deje llevar por la ira", dice el presidente de EEUU, Biden, tras la muerte de 11 palestinos en un campo de refugiados.
No hay "y tú más", no hay "empezaste primero", no hay "está justificado": el derecho internacional deja claro que a los civiles no se los toca, sea como sea de legal o legítima una contienda. En esta crisis, todo el mundo ha olvidado ese principio.
Tel Aviv ha anunciado una represalia sobre la franja que cambiará el territorio para siempre. Va a por Hamás, pero hay 2,3 millones de palestinos que también harán frente a las consecuencias. ¿Habrá incursión por tierra? El mundo aguarda.