Las víctimas eran obligadas a realizar jornadas de trabajo de 12 horas diarias, siete días a la semana, en condiciones incompatibles con la dignidad humana", en palabras del delegado del Gobierno.
Abordó a los agentes en una de sus salidas y destapó su situación, sin luz, sin ventilación. Una oferta de trabajo de 12 horas por 33 euros que nunca fue.
El primer ministro Rutte asume los “sufrimientos indescriptibles” del colonialismo, un "sistema criminal" que continúa afectando a los descendientes de las 600.000 víctimas.
En las “instituciones del amor”, vivían las “mujeres descarriadas” y también menores, unas 15.000 adolescentes estigmatizadas como “prostitutas” y procedentes de “familias rotas”.
Un reportaje de la CNN lleva a primer plano un drama conocido desde hace meses: el de la subasta de migrantes y refugiados que llegan al país tratando de cruzar a Europa.