Hoy apenas quedan media docena de investigadores (menos que técnicos de laboratorio) en un centro de 11.000 metros cuadrados. Aunque sea difícil evaluar a cuánto asciende la fuga de cerebros, ACCETE casi lleva 500 registrados. El INE indica que hemos perdido 11.000 en 5 años. ¿Hablamos de Marca España?
Según un estudio de la Universidad a Distancia de Madrid, un 73% de los jóvenes investigadores que trabajan en España tiene altas posibilidades de marcharse al extranjero, mientras que solo un 14% de los que ya se encuentran en el extranjero esperan volver.
La marcha de un científico como Jordi Bascompte nos empobrece a todos, nos baja la pensión que cobraremos y ensombrece la perspectiva de nuestros hijos. La ciencia no es un lujo que se permiten los países ricos, es lo que hace que esos países tengan una prosperidad económica sostenida en el tiempo.
Me voy a trabajar a una importante universidad sudamericana, con buen salario, viaje e instalación pagados, y además me dejan trabajar en lo que soy experto. Así que me temo que allí se van a beneficiar de mis conocimientos y de alguna u otra forma se van a aprovechar de vuestra inversión.
Fuera de España todo son oportunidades porque conocen la preparación y potencial de nuestros cientificos y sin costarles un duro, ¡chachán! como por arte de magia se los llevan a todos y de calle. Lo curioso es que algunos aún se preguntan ¿por qué? o te dicen que emigrar es bueno.
El físico Javier Buceta va a pasar a engrosar la abultada lista de científicos emigrantes, o exiliados, de España a falta de una política científica que le permita desarrollar su talento. No es un joven que busca conocer el extranjero, como dijo la ministra de Empleo, ni es un aventurero.
Cuando el Dr. Izpisúa reciba el premio Nobel, una posibilidad creíble, volveremos a recordar que es español, de Albacete, que dirigió un centro de investigación en nuestro país y nombraremos un efímero programa de "excelencia" en su nombre.
Si las infraestructuras científicas en España resultan irreversiblemente dañadas, existe el riesgo real de una pérdida permanente de una parte importante de los cerebros nativos. Las soluciones pueden llevar tiempo, sobre todo si para ello se requiere un cambio de mentalidad.
El Gobierno español elimina el Consejo de la Juventud. Con buen criterio, pues para mandarlos al exilio sólo es necesaria una buena red de transportes por todas las vías posibles: tierra, mar o aire. Ahí está la salida de la juventud de la clase media: en la frontera o el aeropuerto. Punto y final de una aventura que nos iluminó a todos. Ahora ya sólo nos queda recordarla. La nostalgia. La nuestra.