El sentido biológico del dolor es el de obligarnos a parar, descansar, permitir que se regeneren los tejidos y retomar la actividad de forma optimizada.
Continué pensando que no se trataba de un padecimiento mental, sino de un rasgo de carácter. Algo que debía ocultar lo mejor que pudiera, que debía disimular.
Si sigue los consejos psicológicos que se están difundiendo para afrontar la crisis por el coronavirus y no lo consigue, no se extrañe: no es el único.