Lamento no haber podido recibir al nuevo ministro de Sanidad, Servicios Sociales e Igualdad con confeti. El país no está para fiestas. Lamento haber estropeado la operación "lavado de cara" del PP respecto a su nefasta gestión en políticas de igualdad. Pero sobre todo, lamento el mal inicio del ministro que, ante la tragedia de una tentativa de asesinato y dos asesinatos consumados el mismo día -el lunes pasado-, se despachara con dos tuits y una frase recurrente sobre la importancia que su Gobierno da a la lucha contra la violencia de género.