sistema judicial

Sin mujeres no hay justicia

Sin mujeres no hay justicia

El poder judicial es un ejemplo paradigmático de la castración profesional de unas juezas, que aún siendo mayoría en la profesión, son invisibilizadas sistemáticamente en la foto oficial de la justicia en la que no hay ni rastro de ellas, siquiera en los cuadros que adornan las paredes. Una estampa judicial en blanco y negro propia de otros siglos en los que las mujeres tenían menos derechos que nuestros menores de hoy.
Montesquieu, Donald Trump y el Tribunal Supremo de los Estados Unidos

Montesquieu, Donald Trump y el Tribunal Supremo de los Estados Unidos

Tras la próxima renovación en el Supremo de EEUU, que se inclinará del lado republicano, se espera una oleada de demandas en temas claves. ¿Quién sabe si el aborto o el matrimonio entre personas del mismo sexo podrán resistir todo un mandato de Donald Trump? La justicia también se pone al servicio de esta peculiar revuelta conservadora; ni rastro queda de la tan cacareada separación de poderes. No busquen a Montesquieu en los Estados Unidos.
Por qué las togas y las puñetas no se pueden manchar de vergüenzas

Por qué las togas y las puñetas no se pueden manchar de vergüenzas

Canarias es a la vez reflejo de ese "algo huele a podrido" y, a la vez, nuevamente, tubo de ensayo de que si algo puede ir a peor, irá a peor-. Las Islas ex-Afortunadas son ahora mismo el plató de un culebrón en torno a un juez, Salvador Alba, en el que, no casualmente, también aparece el ex ministro José Manuel Soria López como uno de los elementos de una trama que comenzó a irrumpir coincidiendo con las elecciones del 20-D.
Librarse de la cárcel... por los pelos

Librarse de la cárcel... por los pelos

George Perrot, 48 años, raza blanca. Lleva 30 años entre rejas, condenado por violar a una anciana de 78. Ahora está en manos del juez Robert Kane la posibilidad de dejarlo en libertad por pruebas falsas, lo que va a sentar un precedente contra la llamada junk science, la ciencia basura salida del laboratorio forense del FBI.
La toxicidad social de una justicia congestionada

La toxicidad social de una justicia congestionada

Una mayoría alarmante del 76,36%, de los/as jueces/as de este país ejercen sus funciones jurisdiccionales en condiciones tóxicas desde un punto de vista psicosocial, soportando una carga de trabajo irracional. Carga de trabajo que incluye los numerosos procedimientos por corrupción tramitados por esos mismos órganos sobrecargados.