"El enanismo no es ninguna profesión; en España no hay bufones, sino personas", dicen sus detractores, frente a las empresas que ven en el cierre una "aberración" porque nadie los denigra.
El diputado ecologista que impulsó la propuesta dice que ha habido maniobras de "obstrucción", al presentarse casi 500 enmiendas que impedían que se votara a tiempo.